Rivera da por amortizado al PP y llama al “voto útil” para liderar la derecha y los gobiernos autonómicos y municipales
Albert Rivera ha encontrado en la debilidad del PP y en la crisis que tiene abierta el partido de Pablo Casado la gran oportunidad para que Ciudadanos siga creciendo en las próximas elecciones y pueda tocar poder. Si hace apenas unos meses había muchos dirigentes del partido que seguían viendo difícil dar el sorpasso a los populares, después del pinchazo del PP el 28A no solo lo ven posible, sino que están convencidos de que el 26M lograrán liderar los gobiernos en algunos de sus feudos históricos, como Madrid y Castilla y León.
Con ese claro objetivo encara Rivera la recta final de esta campaña, en la que se volcará en la capital en actos con Ignacio Aguado y supliendo a una ausente Begoña Villacís, cuya reciente maternidad está siendo utilizada por el líder de Cs como reclamo electoral. Desde sus muestras de apoyo a la candidata municipal por el escrache sufrido en la Pradera de San Isidro por activistas de la PAH -que aguantaron todos los candidatos madrileños, incluida Carmena-, hasta su visita al hospital para dar la enhorabuena a la 'alcadable' y llevarle un regalo a su hija Inés, visita que retrataron con un vídeo. Villacís ha sido invocada en todos sus actos como ejemplo de “valentía” e icono para aquellas mujeres que no están dispuestas a que la maternidad sea un impedimento para ejercer sus profesiones.
Lo cierto es que desbancar al PP en la Comunidad de Madrid se ha convertido para Rivera casi en una auténtica obsesión, un objetivo que por primera vez ve al alcance de la mano. “Estamos a un solo escaño de conseguirlo”, proclamaron tanto él como Ignacio Aguado este lunes en un desayuno informativo, basándose en las recientes encuestas que han publicado algunos medios de comunicación. Durante sus intervenciones los dos dirigentes llamaron al “voto útil” para Ciudadanos ante un nutrido grupo de empresarios y del expresidente de la CAM, Ángel Garrido.
En la formación de Rivera están especialmente contentos del fichaje de este destacado miembro del PP en la Comunidad de Madrid en el último año, al haberlo cerrado justo en un momento en el que sabían que sería un duro golpe para Pablo Casado, al que por un lado Rivera tiende la mano para poder cerrar acuerdos poselectorales tras estas autonómicas y municipales, mientras por otro no para de lanzarle ganchos directos al hígado, sin piedad. El último, utilizando a Mariano Rajoy, con el que el líder de Ciudadanos cerró un pacto de investidura en la anterior legislatura.
Rivera aprovechó la inesperada aparición del expresidente del Gobierno en un acto electoral, en el que sentenció que “Ciudadanos es un partido bisagra”, para arremeter contra el PP y recordar a Casado sus pésimos resultados de las generales en las que Ciudadanos les ha superado en votos en Madrid, Aragón, Baleares, Andalucía o Cataluña y se ha quedado a unas pocas décimas en el total de votos a nivel nacional, mientras los conservadores han pasado de tener 186 escaños en el Congreso -con Rajoy- a quedarse solo con 66.
“Si Ciudadanos es un partido bisagra, ¿entonces el PP es el partido tuerca?” ironizó, sentenciando que hoy por hoy, el PP “no tiene remedio” y que sus dirigentes siguen “viviendo en otro mundo” sin hacer autocrítica de sus catastróficos resultados. “La culpa de lo que les ha pasado es del mundo mundial”. El dardo fue más allá al referirse a Rajoy como “M. Rajoy” para destacar los 55 casos de corrupción que tiene pendientes de esclarecerse el partido de Casado en los tribunales.
El diseño de campaña está decidido hace tiempo. De aquí a este viernes Rivera seguirá volcado en Madrid insistiendo en que “el nuevo voto útil es Ciudadanos”, mientras Inés Arrimadas viajará por las principales comunidades para arropar a los demás candidatos tanto autonómicos como municipales en un último esfuerzo para ocupar todo el espacio de centro derecha posible.
“Vemos al PP sin ganas ni fuerza, sumido en batallas internas”, reiteran los dirigentes de Ciudadanos, que no paran de pedir a los conservadores “que nos apoyen” en las comunidades autónomas y ayuntamientos donde Ciudadanos pueda encabezar gobiernos, “como hicimos nosotros en 2015 con ellos”. Sobre Vox, de nuevo, ni una sola palabra convencidos de que los de Abascal se van a desinflar el 26M y no tendrán más remedio que apoyarles para que gobiernen y evitar así que lo hagan las izquierdas.
El enemigo seguirá siendo el 'sanchismo' y sus aliados
Pero el hecho de que hayan colocado bajo su foco al PP no va a alejarles de su principal 'enemigo', que es Sánchez, los independentistas y los populistas, por lo que Rivera seguirá alertando de que el PSOE y Podemos, al igual que están a punto de cerrar su gobierno nacional, formarán también gobiernos allí donde sumen tras las elecciones del próximo domingo. Y Ciudadanos debe ser el “dique de contención”, insiste Rivera, “en defensa de la libertad, de la moderación y de la prosperidad”. De ahí sus llamamientos al “voto útil” a su partido.
En contra de lo que se pudo pensar en un principio, ahora también tienen claro que no van a levantar el veto sobre algunos barones socialistas a los que antes veían críticos con el líder de su partido pero después del 28A ven “entregados al sanchismo”. Empezando por Ángel Gabilondo en la Asamblea de Madrid, al que Aguado no ha dudado en calificar de “emisario de Sánchez en la Comunidad”. “Por acción o por omisión, Gabilondo es cómplice de lo que ha hecho Sánchez desde el Gobierno de España”. “No se ha salido ni una coma de sus tesis. Ya sabemos lo que vota cuando no le queda más remedio que bajar al barro y aterrizar”, afirmó el candidato madrileño de Ciudadanos, en alusión a una moción sobre los indultos a los presos del procés.
Rivera y Arrimadas, cuyo nombramiento oficial como portavoz parlamentaria está al caer, tampoco abandonarán sus discursos sobre Catalunya a pesar de que el líder de Ciudadanos insistió en que estaba harto de hablar de Torra y Puigdemont. Este lunes anunció que en cuanto quede constituido el Congreso presentará un escrito ante la Mesa de la Cámara para pedir la “suspensión automática” de los cuatro diputados independentistas que se encuentran en prisión preventiva mientras son juzgados por el Tribunal Supremo.
Rivera ha advertido de que “vigilará” con más empeño que nunca al Gobierno de Sánchez para evitar que haya “concesiones” a los independentistas que “han intentado dar un golpe de Estado”. A su juicio, sería “una vergüenza” que ocuparan un escaño en una institución que representa “la soberanía nacional”.