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Casado se ofrece a intermediar para facilitar la investidura de Sánchez y evitar otra debacle del PP en las urnas

Casado, este martes, durante su comparecencia conjunta con el líder de UPN, Javier Esparza.

Iñigo Aduriz

Desde su histórica derrota del 28A –obtuvo menos de la mitad de escaños que en 2016– el líder del Partido Popular, Pablo Casado, ha insistido una y otra vez en la necesidad de que el ganador de las elecciones, el presidente en funciones Pedro Sánchez, forme Gobierno “cuanto antes”. 

Su partido, el PP, no contempla en ningún caso la abstención para facilitar la reelección del líder socialista, pero este martes, justo después de que se conociera que el pleno de investidura se celebrará la semana del 22 de julio, Casado sí se abría a ejercer de intermediario para permitir que Sánchez siga en la Moncloa sin la necesidad de las fuerzas independentistas.

Lo que ofrece a Sánchez el líder de los populares es la abstención o el apoyo de los dos diputados de Navarra Suma –coalición que engloba a PP, UPN y Ciudadanos– así como tratar de convencer a Coalición Canaria para que facilite la investidura, dando por hecho que esta sería apoyada por PSOE, Unidas Podemos, PNV, Compromís y el PRC cántabro. 

Hasta ahora la formación canaria rechazaba esa opción si el presidente del Gobierno firmaba un acuerdo con Unidas Podemos. Pero este martes Casado abría la puerta a esa posibilidad condicionándola a las negociaciones que mantienen los populares con los regionalistas canarios para gobernar en algunos cabildos insulares.

“La aquiescencia del PP”

El planteamiento de Casado, según sus propias palabras, está directamente condicionado a que el PSOE desestime cualquier opción de gobernar Navarra con el apoyo de Geroa Bai y la abstención de EH Bildu. “Supondría una abstención del PP como miembro de Navarra Suma”, siempre con tal de que la comunidad foral “no cayera en manos de los independentistas. Ahí está incluida la aquiescencia del PP”, apuntaba el líder de los populares en rueda de prensa, tras reunirse con el líder de UPN, Javier Esparza, en el Congreso de los Diputados.

“La suma le da”, insistía Casado, que prefiere ahora ese acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos que unas nuevas elecciones en un escenario muy desfavorable para su partido, con la derecha dividida en tres –PP, Ciudadanos y Vox– y en medio de una cruenta batalla por el electorado más conservador. Las encuestas, además, señalan una mejora de las expectativas de los populares, pero apuntan a que los de Casado volverían a perder los comicios y se situarían por detrás de un PSOE fortalecido.

“No es nuestra opción gobernar con Podemos, pero entendemos que es un partido homologable para pactos, Bildu no. Son contrarios a nosotros, absolutamente, pero entendemos que un acuerdo entre el PSOE y Podemos a nivel nacional seguiría la línea marcada por el PSOE a nivel autonómico, provincial y local”, apuntaba este martes Casado en rueda de prensa.

A ese acuerdo, “le podrían sumar los escaños de Compromís, con los que ya han pactado en Valencia; los del PNV, con los que ya han pactado en el País Vasco; los del PRC, con los que ya han pactado en Cantabria, y los escaños de Navarra Suma, con los que no quieren pactar en Navarra”. “Y ahora que estamos negociando varios cabildos con Coalición Canaria, incluso se podría hablar con Coalición Canaria de qué posición tiene como socios del PP a nivel nacional. Con todo eso Pedro Sánchez podría salir investido”, zanjaba Casado. 

Los reproches a Sánchez

La dirección del PP cree que Sánchez no quiere esa suma, “bien porque quiere revalidar la mayoría de la moción de censura o porque a lo mejor Sánchez está intentando forzar unas nuevas elecciones”. Para Casado, esta última opción “sería una tremenda irresponsabilidad”, porque “los españoles ya han votado y, a diferencia de lo que pasaba en 2015, hay varias sumas que darían el Gobierno a Pedro Sánchez”. 

Las opciones que maneja el líder popular se las planteará directamente al dirigente socialista en cuanto este convoque una nueva ronda de contactos que pretendía poner en marcha tras fijar la fecha a la investidura. A diferencia de Albert Rivera, el líder de Ciudadanos con el que mantiene una pugna por la hegemonía de la derecha, Casado sí acudirá a la reunión con el jefe del Ejecutivo en funciones “por obligación”. 

En el encuentro habrá reproches del líder del PP a Sánchez por buscar la abstención de los populares para la investidura. “Ha intentado que la opinión pública y los partidos presionaran a aquellas formaciones que no nos presentamos a la investidura, sin que él todavía haya dicho qué quiere hacer en España en los próximos cuatro años. Yo no he escuchado todavía una iniciativa de futuro”, criticaba este martes.

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