Ciudadanos intenta volver a 2018: levanta el veto al PSOE y trata de recuperar el centro
Ciudadanos quiere pasar página de la estrategia que le llevó a caer en la irrelevancia tras perder el pasado 10 de noviembre 47 de los 57 diputados que había logrado apenas seis meses antes en las elecciones del 28 de abril del año pasado. Para ello propone en su ponencia de Estrategia Política volver al pasado para ser un partido “de centro, liberal y progresista” sin vetos al PSOE y sin considerar al PP “como aliado preferente”, una política de pactos que precipitó a mediados de 2019 una de la mayores crisis de su historia con una cadena de dimisiones de destacados miembros de su Ejecutiva, que inició con su marcha Toni Roldán.
Aunque los cambios ya había empezado a dejarlos vislumbrar el propio Albert Rivera al ver el desplome electoral que les atribuían las encuestas, con una oferta a Pedro Sánchez de última hora para no tener que ir a nuevas elecciones, ahora esa línea estratégica se quiere dejar definitivamente plasmada en la V Asamblea General extraordinaria que celebrará el partido entre el 14 y el 15 de marzo.
Los cambios propuestos en ese documento, que ha sido elaborado por varios miembros de la gestora entre los que figura el crítico Luis Garicano, no afectan sin embargo a los partido “nacionalistas y separatistas” a los que Ciudadanos sigue considerando sus enemigos políticos . Tampoco a los “populistas”, aunque el partido que aspira a liderar ahora Inés Arrimadas engloba en este concepto, sin mostrar equidistancia, tanto a Unidas Podemos como a Vox, a los que de todas formas no citan en el texto. Pero se refieren a la formación de Santiago Abascal de manera velada al rechazar aquellos “populismos” que “niegan la diversidad y la pluralidad de la sociedad española, renegando de las sociedades abiertas y del proyecto europeo”. Pese a ello, no censuran el apoyo necesario que esta formación de ultraderecha les ha dado para que los pactos de gobierno que el partido ha cerrado en Andalucía, Madrid y Murcia salieran adelante.
Además de Garinano, en la ponencia estratégica han trabajado otros seis miembros del partido, pertenecientes a la gestora que se creó tras la dimisión de Rivera: su propio presidente, Manuel García Bofill; Manuel Giménez; Marina Bravo; Guillermo Díaz; Joan Mesquida y la portavoz del órgano, Melisa Rodríguez.
La hoja de ruta que plantean seguir a partir de marzo sigue apostando por llegar a un acuerdo entre las fuerzas “constitucionalistas”, es decir, la misma propuesta que también ofreció reiteradamente Inés Arrimadas a Pedro Sánchez antes y después de su investidura: un gran pacto de Estado entre el PSOE, el PP y Ciudadanos para salvar a España del “peligro de los nacionalistas”.
Sin analizar el fracaso ni hacer autocrítica
Pese al fracaso de todos estos intentos de enmendarse a última hora a sí mismo, el partido no ha querido hacer un análisis profundo de las causas de la tremenda derrota que sufrió en las urnas. Tampoco lo hace ahora en la ponencia a la que a partir de este lunes los afiliados podrán presentar enmiendas. Es más, siguen dejando caer que no entienden que los electores les dieran la espalda cuando concurrieron a esas elecciones del 10N con el mismo equipo y el mismo programa que el 28A.
Lo que olvidan es que tras esas comicios sumaban con el PSOE mayoría absoluta y Rivera se negó a negociar con Sánchez la posibilidad de que hubiera gobierno. En Ciudadanos siempre han echado la culpa al líder socialista asegurando desde el minuto uno ya tenía “un plan” con los “separatistas y los populistas” y “los herederos de ETA” para repartirse el “botín” de España. Un discurso que ahora han recuperado al ver que Sánchez e Iglesias han pactado tras la repetición de las elecciones, sumando para ello los apoyos de varios partidos como ERC y el PNV.
El partido mantiene en su Ponencia de Estrategia Política sus críticas hacia el nuevo Gobierno de coalición, alertando de que en él hay “miembros abiertamente contrarios a nuestro modelo económico y que llegan a declararse como comunistas”, lo que “no contribuye a generar ni mucho menos a alimentar un clima de confianza empresarial y tranquilidad en los mercados que facilite la inversión y permita generar actividad económica y empleo”.
El portavoz de la Plataforma crítica Compromiso Ciudadano, Juan Carlos Bermejo, asegura que valoran “positivamente que la ponencia contemple no establecer vetos a los partidos. Las líneas rojas las marcan las políticas y sobre todo los ciudadanos con sus votos”. Pero a eso añade que echan de menos en el texto “una fórmula para recuperarnos de la debacle sufrida, para lo que presentaremos una enmienda para volver a ser útiles, y recuperar la ilusión y la simpatía a los ciudadanos”. Sobre los términos de esa enmienda prefiere esperar a su presentación.
La Ponencia de Estatutos defrauda a los críticos
En cuanto a la Ponencia de Estatutos hay algunas novedades pero el sector crítico considera que recoge muy pocos de los cambios que reclamaban por lo que Bermejo anuncia que presentarán “una enmienda a la totalidad”.
“Agradeciendo el esfuerzo de redactar la ponencia de Estatutos, opinamos que reflejan un continuismo que no va a solucionar el problema de desmovilización y falta de ilusión que asola las Agrupaciones de Cs”, explica. Por ello, anuncia: “Haremos una enmienda a la totalidad y propondremos basarnos en el texto de la III Asamblea, modelo que consideramos provocó la ilusión y expansión de Cs para devolver el partido a lo más alto y hacerle referente de representación democrática”.
Los críticos reclamaban la posibilidad de elegir en primarias a los dirigentes regionales. Pero esta potestad la seguirá teniendo el presidente del partido una de cuyas atribuciones es “nombrar responsables en un determinado ámbito territorial de las diferentes secretarías del Comité ejecutivo”.
Para compensar, se crea un nuevo órgano: el Consejo de coordinación territorial cuyo cometido será “de deliberación sobre la acción del partido en relación con los temas de proyección territorial a los efectos de articular, mediante una acción política eficaz, la unidad entre ciudadanos libres e iguales, haciendo realidad la solidaridad entre todos los españoles con independencia del lugar en el que vivan o trabajen”.
Este nuevo órgano estará presidido por el presidente del partido y en él se sentarán también los miembros del Comité Permanente de la Ejecutiva. Es decir, estará controlado por el propio 'aparato'. Además, sus acuerdos o decisiones “en ningún caso tendrán efectos vinculantes”.
El líder seguirá ostentando todo el poder. En eso tampoco hay modificaciones. “El presidente del partido podrá realizar los cambios que considere necesarios y oportunos en la organización del Comité ejecutivo, así como cesar a alguno de sus miembros, y nombrar a otros, en este caso, se requerirá la ratificación del Consejo General”.
Otra de las novedades es que “el Comité Ejecutivo podrá ser destituido mediante la aprobación de una moción de censura”. El mecanismo no será tan fácil porque la Ponencia establece que “a tal fin, se requiere que, al menos, un tercio de los afiliados promuevan la convocatoria de una Asamblea General extraordinaria” y la mayoría absoluta de los miembros de la Asamblea para que sea aprobada.
Un clima de división tras las destituciones decretadas por la gestora
El ambiente de aquí a que se celebren las primarias y se inicie el cónclave es de clara división después de la nueva crisis interna que les ha estallado ante los cambios que por sorpresa decidió la gestora el pasado lunes. El hecho de que se laminara a los pocos críticos que quedaban como portavoces en algunas autonomías hace pensar a muchos de estos dirigentes -y también a una parte de la militancia- , que la nueva dirección quiere seguir controlando las riendas del proceso precongresual, asegurándose una mayoría de compromisarios afines a la gestora.
Las miradas se han dirigido sobre Inés Arrimadas para saber su opinión. Pero la portavoz parlamentaria, que no forma parte de la gestora, ha guardado silencio dando a entender con ello que los avala.
Ante el ruido interno que ha logrado generar con sus polémicas decisiones la gestora, un órgano que debería ser neutral y que según los críticos no lo está demostrando, la estrategia decidida por Arrimadas, líder de facto del partido, es mantenerse en el foco mediático por la labor parlamentaria, todas las veces que puedan y por cualquier motivo, por pequeño que sea.
De hecho, desde que prosperó la investidura y Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sellaron su Gobierno, la actividad de los 10 diputados que les quedan está siendo frenética. Nada más echar a andar la legislatura se estrenaron presentando con el PP una petición para que el presidente del Gobierno explique en el Congreso si su Ejecutivo respaldará la elección de Juan Guaidó como jefe del Parlamento de Venezuela.
Después anunciaron que presentarían en todos los ayuntamientos de España donde tiene representación una moción para respaldar la labor del Rey y los órganos constitucionales, con el fin de reprobar las palabras de la portavoz de EH Bildu en el Congreso y pedir a Sánchez que no haga más “concesiones a los independentistas”.
También solicitaron que Iglesias rinda cuentas en la Cámara sobre la supuesta financiación irregular de su partido por parte del régimen del régimen de Evo Morales.
En el partido destacan que el handicap de tener un grupo tan pequeño no les va a restar protagonismo a la hora de que su portavoz suba a la tribuna en los debates importantes, como fue el de la investidura en el que Ciudadanos tuvo el mismo tiempo de intervención y de réplicas que los demás principales portavoces.
Sin embargo, ya no forman parte de la Mesa del Congreso y el cupo para presentar iniciativas y que éstas lleguen a ser debatidas en Comisión o por el Pleno se les ha quedado reducido considerablemente. Pero eso no quita para que las registren y las presenten convocando 'canutazos' (declaraciones rápidas ante los medios) o ruedas de prensa.
Alguna de las propuestas que han presentado esta misma semana han sido recuperadas de otras legislaturas. Como la de la reforma del Ministerio Fiscal que “hubiera evitado” que la exministra de Justicia, Dolores Delgado, haya sido nombrada Fiscal General del Estado, algo que para el portavoz adjunto del grupo, Edmundo Bal, que se ha convertido en el 'hombre fuerte' en el Congreso de Arrimadas, es un claro caso de “puertas giratorias”.
Mucha actividad en Catalunya para potenciar a Lorena Roldán
Paralelamente, el partido ha vuelto a desplegar en Catalunya mucha actividad ante la posibilidad de que se convoquen nuevas elecciones. La portavoz nacional y candidata a la Generalitat, Lorena Roldán, está teniendo una gran presencia en la autonomía para potenciar allí su imagen y conjurar los malos pronósticos que les dan las encuestas. Este miércoles estuvo en Tarragona para visitar la planta petroquímica que sufrió una explosión provocando varios muertos. Roldán anunció en el Senado una serie de iniciativas para esclarecer el accidente.
También presentaba el documento que han llevado a la Fiscalía para que investigue si se ajusta al ordenamiento jurídico los permisos penitenciarios De Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Y así continuarán todas estas semanas, sin dejar un solo hueco del día sin actividad para que se vea que Ciudadanos sigue existiendo.
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