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Sánchez llamará a Iglesias para reiniciar las negociaciones dejando la composición del Gobierno para el final

Pedro Sánchez en una imagen de archivo.

Irene Castro

Pedro Sánchez ha anunciado que llamará este jueves a Pablo Iglesias para reiniciar las conversaciones para la investidura después de reconocer que “el método de negociación” hasta ahora ha fallado. Así lo ha reconocido el presidente en funciones en una entrevista en TVE en la que ha asegurado que serán los equipos los que se hagan cargo de las conversaciones que le propone para sacar adelante un “Gobierno de cooperación”.

Tras realizar este anuncio, Iglesias ha asegurado en una entrevista en Antena 3 que no había recibido esta llamada pero ha criticado las formas. “No parece serio que los dirigentes nos enteremos de que nos van a llamar por teléfono en los medios”, ha asegurado el líder de Unidas Podemos. “Estamos en la cuarta economía del euro y una negociación hay que hacerla con seriedad”.

“Negociemos los contenidos, dejemos aparcado qué Gobierno sería, yo estoy dispuesto a hacerlo si Unidas Podemos está dispuesto a hacerlo, y dejemos para el final cómo podemos abordar el principal escollo que, a mi juicio, tiene Unidas Podemos”, ha expresado Sánchez, que ha insistido en que no trabaja en una repetición electoral.

Aunque ha evitado “desvelar” sus conversaciones privadas con Iglesias a propósito de las acusaciones mutuas sobre reparto de puestos en el futuro Gobierno, sí ha deslizado que se ha hablado de “puestos” y que hay que “desencallar” la situación. Ha insistido en un acuerdo programático y en dejar atrás quién ocupa las carteras. “Defiendo el Gobierno de cooperación, pero creo que lo importante no es hablar de quién va a ser el ministro de Sanidad, de Trabajo, sino de las pensiones, o el Sistema Nacional de Salud”, ha expresado.

“Un Gobierno también requiere cohesión interna”, ha afirmado Sánchez, que rechaza una coalición pero acepta a miembros de Unidas Podemos en escalones secundarios de la Administración tras un acuerdo programático, así como la posible incorporación de “independientes de reconocido prestigio” que sugiera Iglesias, Sánchez ha defendido que es la propuesta más “sensata, realista y generosa” que se le puede hacer al grupo confederal.

“En las cuestiones de Estado hay discrepancias de fondo”, ha reiterado Sánchez tras recordar asuntos que separan al PSOE de Unidas Podemos, como el conflicto territorial. “Tenemos diferencias serias”, ha abundando para justificar su negativa a la entrada de Unidas Podemos al Consejo de Ministros. Así, ha recordado que Iglesias habla de “presos políticos” mientras para los socialistas no y también se ha preguntado qué haría su potencial socio si se repiten las condiciones para aplicar el 155 tras recordar que lo recurrió en los tribunales en 2017. Iglesias ha trasladado públicamente que asumiría la posición del PSOE en cuanto a Catalunya.

El aspirante socialista cree que esas diferencias le llevan a negar una coalición. “Yo a priori no tengo ningún prejucio ni con militantes ni compañeros de Podemos ni de su confluencias. Yo hice un gobierno hace doce meses donde más de un un tercio son personas de reconocido prestigio, independientes que nada tienen que ver con una filiación política al PSOE, y eso fue premiado por la ciudadanía. Planteé un gobierno abierto a la ciudadanía y no cerrado a las lógicas partidistas, que de alguna forma es lo que puede planetarse a través de un Gobierno de coalición. Si Unidas Podemos tiene un planteamiento semejante a este, estaría dispuesto a abrirlo, porque podemos hacer muchas cosas juntos, pero insisto, hay elementos centrales de la política de Estado que exigen de una cohesión interna que ahora mismo, por las discrepancias que mantenemos con Unidas Podemos, no podemos garantizar”, ha respondido a la pregunta concreta sobre la posible entrada del grupo confederal en el gabinete.

Dispuesto a “negociar” una abstención de PP y Cs

Sánchez ha vuelto a pedir al resto de grupos, especialmente al PP y a Ciudadanos, que permitan su investidura a través de una abstención que, según ha dicho, está dispuesto a “negociar” para evitar que la investidura dependa de las fuerzas independentistas. De hecho, ha asegurado que se lo ha propuesto a Pablo Casado y a Albert Rivera, pero que lo han rechazado. Sánchez envió este miércoles un mensaje a Rivera, que permanece ingresado por una gastroenteritis y le ha afeado que haya rechazado reunirse con él las últimas dos veces que se lo ha planteado.

También ha explicado que propondará al Congreso en su investidura reformar la Constitución para evitar que haya bloqueos y repeticiones electorales, como sucedió en 2016 y parece que vuelve a suceder ahora en lo que ha denominado “crisis de la investidura”.

El presidente en funciones ha asegurado que ese será el “primer acuerdo de país” que ofrecerá al conjunto de las fuerzas mayoritarias (PP, Ciudadanos y Unidas Podemos dejando fuera a Vox): “Tenemos que encontrar un mecanismo que permita una investidura e impida repetición electoral”. El planteamiento del PSOE es seguir el modelo vasco en el que no se puede votar en contra del candidato que más apoyos parlamentarios recabe.

Sánchez ha agradecido a los 66 diputados socialistas que se abstuvieron en la investidura de Mariano Rajoy la carta que han enviado al PP para reclamar “reciprocidad” y ha reconocido que “tienen razón” quienes recuerdan que el hoy candidato socialista no lo hizo, pero ha explicado que las situaciones son incomparables. Sánchez sostiene que ahora no hay alternativa y que el PSOE ha crecido electoralmente mientras que el PP cayó.

La defensa que ha hecho la dirección del PSOE de esa abstención ha sentado mal a algunos diputados que votaron 'no', que fue lo que defendió Sánchez hasta el final y que usó como principal argumento en la batalla de las primarias. Quienes defendieron la abstención se jactan ahora de que la cúpula socialista que entonces se opuso reconozca que esa posición fue “honorable”, como dice la carta que firman, entre otros, Adriana Lastra y José Luis Ábalos.

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