Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acuerdan enviar a Bruselas un plan presupuestario pactado
La alianza presupuestaria entre el PSOE y Unidos Podemos-En Comú-En Marea se afianza. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del grupo confederal, Pablo Iglesias, han pactado que el plan presupuestario para 2019 que el Ejecutivo debe mandar antes del 15 de octubre a la Comisión Europea sea acordado por ambos y recoja las líneas generales de unas conversaciones que prosiguen, según ha confirmado eldiario.es.
El acuerdo se cerró esta misma semana, en una conversación telefónica entre ambos líderes que se celebró el 3 de octubre, tal y como ha confirmado este medio.
El Gobierno tiene obligación de trasladar a Bruselas un proyecto de plan presupuestario del año siguiente (draft budgetary plan, en inglés). La fecha tope para presentarlo es el 15 de octubre. En él se deben recoger las líneas económicas generales que los distintos ejecutivos europeos prevén para sus respectivos países: gastos, ingresos, deuda, etcétera.
Lo habitual es que ese documento se elabore a la vez que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. La Constitución marca que este debe enviarse al Congreso para su debate antes de finales de septiembre. Pero el Gobierno de Sánchez, como ya hizo el de Mariano Rajoy, ha incumplido este precepto. El bloqueo que PP y Ciudadanos han impuesto a la modificación de los objetivos de déficit y deuda con la que los socialistas pretendían obtener un margen de 6.000 millones para el gasto público, así como la debilidad parlamentaria del PSOE, lo han hecho imposible.
La modificación de la senda de déficit fue la condición previa que puso Unidos Podemos para negociar los Presupuestos con el Gobierno. En aquella ocasión, fue una conversación entre Sánchez e Iglesias la que desbloqueó la situación. Ambos pactaron modificar la Ley de Estabilidad, pero esta iniciativa está atascada en el trámite parlamentario.
El revés no impidió que siguieran las conversaciones entre Gobierno y Unidos Podemos, que se resignaron a preparar las cuentas con el margen de déficit cinco décimas menor que había aprobado Rajoy. Pero el pasado mes de septiembre Podemos advirtió en público de que el acuerdo debería estar encarrilado antes del 15 de octubre. La idea era, precisamente, que el plan presupuestario que el Gobierno enviará a Bruselas recogiera las líneas generales de las negociaciones.
Fuentes del Ejecutivo reconocen que ese es el plan en el que están trabajando y que mantienen abiertas las negociaciones que emprendieron el pasado mes de agosto para cerrar un acuerdo que dé cierta estabilidad al Ejecutivo. En el Gobierno creen que el acuerdo con el grupo que lidera Iglesias está encarrilado: “No va a haber ningún problema con Unidos Podemos”, señalan fuentes de Moncloa, que trasladan ahora la presión a las fuerzas independentistas después de que el president catalán, Quim Torra, amenazara con retirar su hipotético apoyo a Sánchez.
Tras el órdago del jefe del Govern, Moncloa cambió el discurso que había mantenido hasta ahora para aplacar la presión sobre un eventual adelanto electoral ante la imposibilidad de sacar adelante las cuentas. Sánchez se abre ahora a prorrogar los presupuestos de Rajoy para dar continuidad a la legislatura y seguir “con la acción de Gobierno”.
Trasladar la presión a PDeCAT y ERC
“Si es un problema de las fuerzas catalanas –señalan esas fuentes sobre la posibilidad de que el Congreso rechace las cuentas de 2019–, que lo expliquen ellas”. En esa misma línea se pronunció la portavoz del Consejo de Ministras, Isabel Celaá: “Hasta el ultimísimo momento trabajaremos con todas las fuerzas parlamentarias, también con las independentistas para que esto sea así [en referencia a aprobar los presupuestos] y ellos tendrán que ser quienes determinen si este país se merece unos presupuestos que salven, mejoren, su futuro o no”.
En el Gobierno también sostienen que ninguna de sus fuerzas que apoyaron la moción de censura –Unidos Podemos, PNV, PDeCAT y ERC– quiere que se convoquen las elecciones por lo que ven en las cuentas una baza a su favor. En el caso de los nacionalistas vascos, el Ejecutivo ha restado importancia a la exigencia de Andoni Ortuzar de que se cumplieran los acuerdos presupuestarios –alcanzados con Rajoy y comprometidos por Sánchez en la moción de censura– así como a las transferencias que establece el Estatuto.
En el caso de las fuerzas independentistas, el Gobierno considera que Torra ha ido por libre y ve posibilidades de que se impongan las tesis de quienes apuestan por la vía pactista. Aún así, Sánchez aún no tiene amarrados todos los apoyos que necesita, pero ha conseguido despejar el camino sobre el adelanto electoral.
El secretario general de Podemos, por su parte, ha insistido este viernes en las medidas que el grupo confederal planteó hace un par de semanas en el documento Presupuestos con la gente dentro como base de negociación de las cuentas de 2019.
En un discurso ante el Consejo Ciudadano Estatal, Iglesias ha repasado el estado de las negociaciones entre Unidos Podemos-En Comú-En Marea y el Gobierno para sacar adelante un acuerdo presupuestario. Iglesias ha calificado esas medidas como “líneas moradas”, para evitar hablar de “líneas rojas”, sabedor de que el posible pacto que pueda alcanzar con el PSOE no satisfará todas sus reivindicaciones.
El líder de Podemos ha defendido el conjunto de las iniciativas ahí recogidas, con la ampliación de la recaudación en “más de 10.000 millones” como condición imprescindible para avanzar en las políticas de gasto. Iglesias ha recordado sus propuestas en materia de pensiones, de vivienda, de violencia contra las mujeres o para atacar la subida del precio de la luz.
“Nos toca asumir y hacernos responsables de nuestro peso político. Nunca Podemos y el espacio confederal abierto con las fuerzas políticas hermanas había tenido tanta influencia como ahora”, ha señalado. “Nunca podíamos haber impactado tanto en la acción de Gobierno”, ha insistido. “Nos toca acabar de negociar los Presupuestos y sacarle el máximo rédito posible”, ha apuntado, para zanjar: “Pero no vamos a dejar de luchar por acabar con otras rémoras: la leyes mordaza, las reformas laborales, recuperar el dinero del rescate bancario, publicar la lista de amnistiados fiscales de Montoro, poner fin al oligopolio eléctrico y blinda los derechos sociales”.