Pedro Sánchez, sobre posibles sanciones a la familia del dictador por gritar “Viva Franco”: “Vamos a estudiarlo”
Pedro Sánchez no contempla por ahora la apertura de un expediente sancionador contra la familia del dictador por haber gritado “Viva Franco” tras la exhumación y por haber salido del cementerio de Mingorrubio con la bandera franquista, pero tampoco lo descarta. El presidente del Gobierno en funciones quiere, no obstante, desviar la atención sobre esos sucesos puntuales: “Vamos a estudiarlo, pero en todo caso creo que no tenemos que mirar el dedo, tenemos que elevar la mirada”.
En una entrevista en Al Rojo Vivo (La Sexta), ha querido restar importancia a esos acontecimientos, como previamente había hecho la portavoz del Consejo de Ministros, Isabel Celaá, que directamente ha descartado actuar contra los familiares de Franco. “Los vivas de alguna gente están ahí y no vamos a entrar en ellos”. Moncloa aseguró este jueves que “si las autoridades estimasen que se ha incumplido por cualquier otra circunstancia la ley, podrían abrir el correspondiente expediente sancionador”.
Sánchez también ha reconocido que hubo momentos de “tensión” entre los nietos del dictador –especialmente Merry Martínez Bordiú– y las autoridades presentes en la exhumación, la ministra Dolores Delgado; el secretario General de Presidencia, Félix Bolaños, y el subsecretario de Presidencia, Antonio Hidalgo. “Creo que lo ha respondido el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, que ha dicho que no hay ningún tipo de profanación”.
Como hizo en su declaración institucional en Moncloa justo después de que los restos fueran reinhumados en Mingorrubio, Sánchez ha celebrado la exhumación como un triunfo de la democracia. También ha rechazado las críticas de Unidas Podemos y los nacionalistas, que acusan al Gobierno de haber convertido la exhumación en un homenaje a Franco.
“El respeto a la familia, es la prueba del algodón de la superioridad moral de la democracia”
“Todo el mundo lo ha visto no hace falta que se lo cuenten, cualquier persona de buena fe sabe lo que es un homenaje de Estado y un proceso como el de ayer –ha contestado–. Franco entró bajo palio con honores religiosos, militares, civiles y miles de personas. Ayer se vio a una familia recoger los restos de su abuelo en el vacío, el silencio bajo la atenta mirada de la democracia”. Sánchez sostiene que el Ejecutivo procuró que hubiera “respeto” a la familia sin que signifique “homenajear al dictador”. “El respeto no significa nada más y nada menos que la prueba del algodón de la superioridad moral que tiene la democracia”.
El PSOE reconoce que aún queda mucho por hacer en materia de memoria histórica, aunque celebra que al menos las 34.000 víctimas enterradas en el Valle de los Caídos ya no descansen “junto a su verdugo”. Una de las cuestiones que Sánchez se ha comprometido a abordar es la resignificación de Cuelgamuros así como dotar de fondos los presupuestos para que se puedan llevar a cabo exhumaciones de víctimas que yacen en fosas comunes. Ha recordado que las cuentas que fracasaron en el Congreso destinaban 20 millones de euros a memoria histórica, de los cuales 10 estaban planificados para las exhumaciones.
El Gobierno también está aprovechando la exhumación de Franco para defenderse de las acusaciones de autoritarismo del Estado procedentes de Catalunya. “España es un Estado democrático de derecho, quienes han construido esa democracia a lo largo de estas décadas no se merecen insulto de que nuestras libertades sean comparadas con las del régimen franquista. España cumple la ley por lo que a quienes desde Catalunya dicen que España es un estado heredero del franquismo les pedimos respeto”, ha dicho Celaá en su exposición en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros nada más hablar de exhumación.
En la misma dirección se ha pronunciado Sánchez: “Ahora hay movimiento independentista que pone en cuestión la naturaleza democrática de nuestro Estado. Si uno echa la vista atrás de lo que imaginaba Franco 44 años atrás para nuestro país, imaginaba una España aislada que hoy en el corazón de las decisiones en la UE; una España machista hoy, en cambio, está a la vanguardia de derechos y libertades; una España homófoba hoy, en cambio, tenemos una España que es todo lo contrario y que aprobó el matrimonio de personas del mismo sexo...”.
Preguntado por el recrudecimiento de la violencia en Catalunya, Sánchez ha reconocido que se mantendrá en las próximas fechas: “Tenemos información de que hay grupos violentos que quieren cronificar esta crisis. Se van a encontrar la respuesta serena y firme de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.
El presidente en funciones ha reiterado su pretensión de mantener la distancia con Quim Torra, a quien no coge el teléfono, y le ha emplazado a hablar con el resto de formaciones catalanas. “Antes tiene que hacer otras llamadas de tarifa urbana en vez de interurbana”, ha dicho el candidato socialista, que sostiene que la Generalitat debe mirar al conjunto de Catalunya y no solo “a una parte”. Además, ha vuelto a descartar los indultos para los condenados del procés y una hipotética amnistía que ha asegurado que sería “anticonstitucional”.
Ha hablado por primera vez de los abucheos que recibió en su paso por un hospital público catalán en el que visitó a algunos agentes heridos durante los disturbios: “Sentí vergüenza y tristeza”. El presidente en funciones ha acusado a la Generalitat de haber dado la orden a la dirección del hospital de que no fuera recibido: “Me metí en una sala pequeñita con la mujer del Policía Nacional herido, una mujer trabajadora de Vigo. Su marido, un trabajador también, Policía Nacional que no han recibido ni la llamada ni el arrope de las instituciones catalanas”.
“Sentí vergüenza y tristeza de que unos funcionarios públicos, no por mí sino por lo que represento, no fueran capaces de recibir al presidente con las condiciones y el respeto que merece”, ha lamentado.