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Pedro Sánchez busca encaje a sus ministros en las listas del PSOE: todos tienen las puertas abiertas

Pedro Sánchez preside la Ejecutiva del PSOE.

Irene Castro

El PSOE ha activado toda la maquinaria tras la decisión de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones al 28 de abril. Ferraz presentará este martes su campaña y se ha puesto en marcha ya el proceso para la configuración de las listas que culminará el próximo mes con su aprobación definitiva en un Comité Federal el 17 de marzo. Al tradicionalmente complejo proceso de confección de las candidaturas, se suma en esta ocasión el encaje de ministros que, en su mayoría, no ocuparon un hueco en las últimas generales o que, en caso de ser diputados, renunciaron al llegar al Gobierno.

Sánchez está buscando encaje para los miembros de su gabinete que quieran ir en las listas y ocupar un escaño en la próxima legislatura. Fuentes de la dirección socialista aseguran que el cuadro no está terminado y que el presidente ha iniciado una “ronda” de contactos con los ministros para saber qué planes tienen.

Por ahora algunos ya han mostrado incluso públicamente su intención de acompañar a Sánchez en las urnas. Lo hizo la portavoz del Consejo de Ministros, Isabel Celaá, que tiene carné del partido –fue en las listas del PSE al Senado por Vizcaya pero no consiguió representación–. “Mantengo un compromiso político con lo que representa el presidente. Lo tuve antes –expresó sobre su pasado en la Comisión Federal de Ética y Garantías que defendió sus intereses cuando los barones le quisieron descabalgar–, lo mantengo durante y lo tendré después”, expresó Celaá.

La ministra bilbaína tiene papeletas para encabezar la candidatura por Álava, ya que la circunscripción vizcaína tendrá de nuevo como número uno a Patxi López. En el caso de Guipúzcoa, el escaño de los socialistas lo ocupa Odón Elorza, que forma parte de la Ejecutiva de Sánchez, con quien estuvo en las primarias frente a Susana Díaz. En el primer puesto de esas listas no está previsto que haya cambios, por lo que fuentes socialistas apuntan a que Celaá puede desbancar a Javier Lasarte, actual diputado por Álava que apoyó a Susana Díaz en la pugna por liderar el PSOE.

En la misma rueda de prensa, Dolores Delgado se pronunció en términos similares al situarse a “disposición del presidente Sánchez”. La ministra de Justicia podría encontrar encaje en la lista por Madrid, al igual que Fernando Grande-Marlaska, que ha reconocido que quiere seguir vinculado a Sánchez al afirmar que está dispuesto a “colaborar con un proyecto del cual me siento absolutamente cómplice en estos momentos”. Fuentes socialistas dan por hecho que el hueco para el juez bilbaíno estaría en Madrid.

Margarita Robles, que fue la número dos de la candidatura de Sánchez en 2016, también aspira a repetir en la candidatura. La trayectoria política de Reyes Maroto también está en Madrid, donde fue diputada en la Asamblea. Algunas fuentes apuntan a la posibilidad de que encabece la lista por Valladolid, ante una salida de Soraya Rodríguez que se da por segura. No obstante, en la dirección del PSOE en Castilla y León afirman que ese asunto no se ha abordado.

En el caso de que todos los paracaidistas acabaran en Madrid, los huecos podrían encontrarlos en las bajas que se dan por hechas: Antonio Hernando no repetirá –fue el número tres– y tampoco está previsto que lo haga en puestos de salida Ángeles Álvarez, que apoyó a Díaz en la batalla interna de hace dos años. Fuentes de la dirección del PSOE aseguran que Rafael Simancas sí irá en puestos relevantes para conseguir escaño. En Ferraz sostienen que también crecerá el número de diputados, por lo que los puestos de salida serán más a la hora de confeccionar las listas.

El secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que previsiblemente encabezará la lista por Valencia, admitió que los miembros del Gobierno tendrán preferencia en las candidaturas. “En este proyecto las personas que han tenido protagonismo, que tienen popularidad, es con las que hay que contar”. También envió un claro mensaje interno: Sánchez contará con aquellos que tienen su “sensibilidad federal”, es decir, que son afines a la actual dirección.

“Lo que voy a hacer es tener un grupo parlamentario que creo que debe recuperar la pluralidad del PSOE”, admitió después Sánchez en una entrevista en TVE, en la que también reconoció que ese grupo debería estar “alineado” con el Gobierno. Sus palabras de producen dos semanas después de que diputados como Soraya Rodríguez o José María Barreda cuestionaran públicamente la gestión del diálogo en Catalunya y de que la dirección del PSOE les quitara in extremis de puestos de responsabilidad.

Montero, un valor al alza

A diferencia de lo que ocurrió hace cerca de cuatro años, cuando las principales federaciones del PSOE hicieron las listas a su gusto, como ocurrió en Andalucía, en esta ocasión Sánchez pretende meter mano y colocar a quienes le han sido leales en los últimos años. La vicepresidenta, Carmen Calvo, previsiblemente encabezará la lista por Córdoba, circunscripción por la que ya fue diputada, según fuentes socialistas.

En las filas socialistas se da por hecho que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, encabezará una de las listas más señaladas: la de Sevilla. La que fue consejera en el Gobierno de Díaz se ha convertido en una de las promesas de los socialistas. Sánchez le va a conferir un gran protagonismo, algo que ya ha empezado. Montero apareció por sorpresa en el mitin del presidente y su antigua rival de este sábado en Sevilla. Su presencia no estaba prevista porque inicialmente tenía un acto en Catalunya. El presidente alardeó de su fichaje ante la expresidenta andaluza: “¡Menuda ministra de Hacienda tenemos”, exclamó ante una de las figuras del Ejecutivo que no se ha quemado y que ha crecido políticamente a pesar del fracaso de los Presupuestos.

Su número dos podría ser el actual delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, el eterno rival de Díaz. La apuesta por dejarle en la comunidad puede ser leída como una opción de futuro para liderar la federación. A la espera de conocer sus planes, en el PSOE también apuntan al ministro de Cultura, José Guirao, como cabeza de lista por Almería. En el caso del responsable de Agricultura, Luis Planas, una opción puede ser Córdoba, pero también el Parlamento Europeo puede ser su destino de nuevo.

Sánchez sí pretende esta vez imponer su criterio frente al de Emiliano García-Page para que Magdalena Valerio sea candidata por Guadalajara. En las últimas generales, la dirección regional se posicionó a favor del actual diputado Pablo Bellido, después de que en 2015 cediera su puesto a Luz Rodríguez por una imputación en un caso que luego se archivó. Valerio, que hasta entonces había sido parlamentaria volvió a su puesto de funcionaria. Ahora, desde la dirección autonómica apuntan a la “decisión de los militantes”.

A pesar de que en el PSOE están convencidos de que aumentarán su representación y que, por tanto, tendrán más espacios para el encaje de bolillos, otra opción para los ministros es el Senado. Luisa Carcedo, ministra de Sanidad, fue senadora por Asturias. Ese puede ser de nuevo su destino dado que Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, es la portavoz parlamentaria y ya encabezó la lista en 2015. Al tratarse de listas cremallera, el segundo puesto es para un hombre. Fuentes socialistas apuntan a Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente.

Sánchez prepara un equipo a su medida

Meritxell Batet tiene casi todas las papeletas para repetir como número uno por Barcelona, un puesto que ya ocupó en 2016 sin necesidad de primarias tras la retirada de la política de Carme Chacón. Algunas fuentes apuntan a que Josep Borrell podría ocupar ese puesto si finalmente declina ser el candidato a las europeas. El ministro de Exteriores ha trasladado a su entorno su intención de retirarse de la política cuando acabe su mandato como jefe de la diplomacia, pero en Ferraz no pierden la esperanza de convencerle para que encabeza las listas al Parlamento Europeo. Para Sánchez es una de las bazas frente a quienes le acusan de estar en brazos del independentismo porque Borrell ha sido una de las voces más furibundas contra ERC y el PDeCAT en los últimos tiempos.

Dentro del Gobierno también hay algunas incógnitas, como las de Nadia Calviño, Pedro Duque o Teresa Ribera. En el Ministerio de Economía evitan pronunciarse sobre la incorporación de la ministra a las listas: “Seguir con su agenda, queda mucho trabajo por delante”, dicen sobre sus planes. “No hay nada hablado”, responden en el gabinete del titular de Ciencia. El astronauta era el ministro más alejado de la administración y la polémica sobre la compra de sus viviendas a través de una sociedad le hizo llevarse un disgusto. La ministra de Transición Ecológica era una de las más involucradas en el partido, donde preside un consejo que le confiere asiento en la dirección. Sin embargo, tampoco está claro qué quiere: “Es de las que tiene una opción profesional asegurada, podría volver a París al IDRRI, a un puesto directivo”, dicen en su entorno.

Al encaje de los ministros le seguirá el de los miembros de la dirección del PSOE, que en su mayoría tampoco ocupaban un escaño. Sánchez nunca tuvo un grupo parlamentario afín –la mayoría de diputados se posicionó con Díaz– y configuró una Ejecutiva de cuadros que estaban alejados entonces del poder orgánico y, por tanto, institucional. La batalla, aunque sea soterrada, está servida.

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