Pedro Sánchez prevé “inflamación verbal” en Catalunya pero descarta un otoño de ruptura de la legalidad
Pedro Sánchez prevé “inflamación verbal” en Catalunya en los próximos meses, pero no teme que las manifestaciones de los independentistas pasen de ahí, de meras expresiones y declaraciones de intenciones. En Moncloa están preparados para un incremento en esa línea, coincidiendo con la Diada del próximo 11 de septiembre y con el aniversarios del 1-O, pero el presidente del Gobierno descarta que se produzca un otoño de ruptura de la legalidad como el de hace un año.
“Ha habido inflamación verbal, pero no una ruptura de la legalidad”, afirmó el presidente en una conversación informal con periodistas. Esa es la postura del Ejecutivo de Sánchez, que se ha llevado críticas de PP y Ciudadanos, que reclamaron una aplicación del artículo 155 de la Constitución tras unas palabras del president Quim Torra en las que llamaba a “atacar el Estado injusto”. La vicepresidenta, Carmen Calvo, aseguró que “con frases no se ataca al Estado”.
No obstante, el presidente recuerda que ya apoyó la intervención de Catalunya cuando el PP tenía mayoría absoluta para aplicar el 155 y asegura que no ha cambiado de posición, es decir, que si se repiten las circunstancias que llevaron a aquella decisión en octubre del pasado año el Gobierno está determinado a echar mano del precepto constitucional.
Sánchez no cree que Torra pretenda convocar elecciones catalanas próximamente y pronostica que el resultado sería más o menos igual que el de diciembre. El presidente socialista está convencido de que la mayoría de catalanes, incluso los que optaron por fuerzas independentistas, se reconocen en un sistema con un autogobierno mejorado y apuesta por caminar en esa línea sin ofrecer la autodeterminación.
La propuesta de Sánchez, que no se materializaría en un plazo inmediato, consistiría en la votación de un nuevo Estatut. Sánchez emplaza al independentismo a hacer “autocrítica” porque considera que han impuesto su posición sin tener una mayoría social detrás, ni tan siquiera la mayoría de tres quintos que se requiere para reformar el Estatut. También cree que los partidos nacionales deben hacer una reflexión de por qué se llegó al punto de ruptura hace un año.