Los politólogos piden “cautela” ante la “discreta” caída de participación y prevén mayor afluencia vespertina que en el 28A
Los datos de participación de 14.00 horas en las elecciones generales, que indican que la afluencia a las urnas ha caído tres puntos y medio respecto al 28A, están en la línea de lo esperado, en el sentido de una bajada que se puede atribuir al cansancio por ser las terceras elecciones este año, pero no es dramática, según todos los politólogos consultados.
Los expertos resaltan no obstante que los datos deben ser analizados con mucha cautela, entre otras cosas porque los hábitos de voto cambian en función de la estación del año (primavera versus otoño), y en principio podría haber más electores que acudieran a las urnas por la tarde que el pasado abril, cuando había un tiempo más suave.
Como explica la politóloga Berta Barbet, “era esperable que por la repetición electoral, y después de tener que acudir a las urnas por tercera vez, hubiera cierto cansancio y cayera” la participación. “No es una caída especialmente alta”, considera. Hace también hincapié en el hecho de que es probable que hubiera más escapadas de fin de semana en abril, algo que podría influir también en la participación.
En el caso concreto de Catalunya, donde ella vive, Barbet destaca que Barcelona haya “aguantado” más que el resto de las provincias, algo que se podría achacar a cuestiones como el hecho de que haya más movilización del voto de Vox en esta provincia o, en menor medida, a que la candidatura de Más País se presenta en esa circunscripción y no en las otras tres.
A juicio del también politólogo Pablo Simón, el hecho de que en Catalunya, donde la movilización el 28A fue especialmente importante, esté cayendo algo menos que en otras zonas, puede mostrar que sigue vigente la “dinámica de polarización” o una mayor movilización del voto independentista.
Por su parte, Carmen Lumbierres cree que a pesar del “hastío” y el “cabreo”, la “sensación de incertidumbre” respecto al resultado y no saber a ciencia cierta qué va a ocurrir puede haber llevado a “cierto ambiente de movilización”.
“No hay incertidumbre en cuanto a cuál será el partido ganador, pero sí respecto a los bloques. Hemos pasado del bipartidismo al bibloquismo, y los dos bloques están muy cerca”, asegura. Dentro de cada bloque, encuentra que ha habido una movilización mayor de la esperada. “Tanto cada partido de la izquierda como dentro de la derecha, cada formación quiere una posición fuerte de cara a posibles coaliciones”, destaca Lumbierres.
Respecto a la caída de casi cuatro puntos, recalca que es pronto para saber si corresponderían a votantes de Ciudadanos, que según el último CIS es la formación con menor fidelidad de voto, o pueden pertenecer al resto de los partidos, “excepto en la ultraderecha”, donde cree que la movilización es muy alta porque “se ve caballo ganador”. Lumbierre también ve “muy movilizado” al votante de Unidas Podemos y del PSOE, “por miedo a Vox”, mientras que “en PP y C puede estar más el globo indecisos”, según su análisis.
A su juicio, “no parece que la participación vaya a estar por debajo 68-69%”, que es el nivel que marcó la repetición electoral de 2016. En todo caso, hace hincapié en que los datos de las 14 horas “no tienen por qué ser significativos de lo que pasará a las ocho (cuando cierran los colegios).
“No se ha producido la desmovilización sorpresa de 2016”
Pablo Simón recalca también que se debe ser “muy cauto” con los datos de participación de las 14.00, debido al cambio horario, por el que anochece antes, y porque el propio dato de las dos de la tarde en general debe cogerse “con muchísimas pinzas”.
“En distintos contextos los hábitos de voto cambian. Si desagregas por provincias, las más lluviosas están retrasando voto. Mucha gente puede estar decidiendo ir a votar por tarde”, asegura.
Si se compara con el primer avance de participación del año 2015, cuando las elecciones se celebraron en diciembre, la participación creció más a lo largo del día, mientras que en 2016 (fueron en junio), bajó según avanzaba el día.
A su juicio, la caída de 3,5 puntos de participación va en línea con lo anticipable y muestra que la caída no ha sido tan importante como esperaban algunas encuestas. Recuerda que la mayoría de los sondeos de casas privadas daban tasas de afluencia por encima del 70%. “No ha habido la desmovilización sorpresa de 2016”, destaca.