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Defender u opinar sobre el proyecto de reforma de la ley del aborto hace que muchos dirigentes del PP pasen apuros. Después de que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, provocara la división entre sus filas por su empeño en centrar el debate en los casos de malformación fetal, la secretaria general del PP ha evitado decir qué piensa sobre el asunto. Ya son dos las semanas en las que se ha enfrentado a la misma pregunta. Si hace una semana dijo que dirá algo “cuando se conozca”, esta mañana se ha limitado a decir que la iniciativa de presentar el texto definitivo “es del Gobierno” y que el PP se limitará a apoyarlo.
La contrarreforma del ministro de Justicia y su adecuación a la doctrina de la Iglesia católica ha provocado que el proyecto haya sufrido continuos retrasos y ni siquiera tiene una fecha tope de presentación. El supuesto de las malformaciones fetales y las posibles medidas contra las mujeres que infrinjan la ley siguen siendo los asuntos más espinosos.
Los dirigentes del grupo parlamentario han sido los más críticos hasta ahora. En el otro bando, los más conservadores defienden las tesis de la Conferencia Episcopal. El pasado viernes, la vicepresidenta se anduvo con cuidado y marcó distancias con Gallardón hasta el punto de no referirse al supuesto que afecta a la salud del feto. La consigna marcada fue “serenar el debate”.
El futuro de Cifuentes
A la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, también se le ha preguntado esta mañana por la cuestión y también ha procurado esquivarla. No conoce el proyecto, así que no tiene opinión, aunque no le gustaba la ley tal como la dejó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en cuanto a que las menores pudieran abortar sin el consentimiento de sus padres.
Durante un desayuno en el que ha sido presentada por Cospedal, el tema de conversación de los asistentes ha sido el futuro del PP de Madrid y el papel que va a jugar en él la actual delegada del Gobierno. Cifuentes ha recibido el espaldarazo de la máxima responsable de Génova y el encuentro ha sido un generoso cruce de halagos, en el que las dos han presumido de amistad. Cospedal ha destacado las cualidades de Cifuentes porque son “las que cimentan una carrera política” y ha citado su “lealtad y cordialidad”. La delegada ha contestado sobre sus planes de futuro que tiene “mucho lío” en su puesto y que no tiene “ambición política”. El comentario ha provocado que varios se rieran entre el público.
Al desayuno han asistido Gallardón, Ana Botella y Esperanza Aguirre, pero no Ignacio González. Cuando ya se habían marchado, Cifuentes ha devuelto el favor a Cospedal y ha llamado a todos los dirigentes del partido a “remar en la misma dirección” que marca el PP nacional. El consejo llega después del último enfrentamiento de Aguirre con Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro a cuenta de la subida de impuestos.