Aguirre pidió a Villarejo que su asociación dejara morir el caso de su fuga en la Gran Vía de Madrid
Esperanza Aguirre esquivó por poco el banquillo de los acusados por su huida de la Policía Municipal tras aparcar mal en la calle Gran Vía de Madrid. En julio de 2015, más de un año después del incidente, el juzgado de Madrid que investigaba el caso decidió archivarlo de manera definitiva por una razón de forma y no de fondo: estaba investigada por una falta de desobediencia y la reforma que el Gobierno del PP había puesto en marcha ese mismo mes había despenalizado esa falta. Pero antes, según los audios que revela este martes el diario El País, pidió al comisario José Manuel Villarejo que su asociación, que ejercía la acusación popular, dejara morir el caso.
La reunión entre ambos, según los audios que revela el rotativo, tuvieron lugar el 11 de septiembre de 2014 con José Luis González Armengol como mediador. El exmagistrado había ejercido como juez decano de Madrid hasta junio de ese año y había fichado ya entonces por la asesoría jurídica de El Corte Inglés. Villarejo, por su parte, tenía buena parte del destino procesal de Esperanza Aguirre en sus manos: su asociación Transparencia y Justicia ejercía la acusación popular en un caso que había llegado a juicio después de varios archivos y reaperturas.
Para Aguirre, que en ese momento intentaba ser candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid tras dejar la Comunidad en 2012, era clave que este caso terminara antes de llegar a juicio. Le solicitó explícitamente que no pidiera más diligencias. “Yo solamente prometo lo que voy a cumplir”, le dijo Villarejo, comprometiéndose a no hacerlo. “Lo que me estás diciendo es música para mis oídos”, dijo aliviada Aguirre.
En ese momento no era público y notorio que Villarejo estaba detrás de la asociación Transparencia y Justicia, creada en 2005. Fue en 2017 cuando las acusaciones y la Fiscalía, en el caso del pequeño Nicolás que hizo saltar por los aires la guerra entre comisarios, exigieron su expulsión del caso por su vinculación con el comisario ya entonces jubilado. David Macías, abogado juzgado en la actualidad por su papel de supuesto colaborador de Villarejo, llevaba la representación letrada de la asociación.
El papel de Transparencia y Justicia en el caso de Esperanza Aguirre fue determinante. En mayo de 2015 la Audiencia de Madrid ordenó juzgar a Aguirre pero en un juicio de faltas, no por un delito, y Transparencia y Justicia no recurrió aunque, como acusación popular, era la única legitimada para hacerlo. En un primer momento, un recurso de la misma asociación había enseñado a Aguirre el camino del banquillo: “Transparencia y Justicia es mi verdugo”, dijo abiertamente Aguirre al comisario en las conversaciones desveladas este martes.
Granados, un “choricete”
Otra de las conversaciones reveladas por El País entre Esperanza Aguirre y José Manuel Villarejo Pérez tuvo lugar ese mismo 11 de septiembre de 2014, pero no sobre su incidente en la Gran Vía, sino sobre la corrupción en el Partido Popular. Fue el policía el que definió como “choricete” a Alfredo Prada, exvicepresidente de su ejecutivo. “Pero vamos, ese sí que sí. Y así sigue, cobrando sobresueldos en el PP (...) Ese sí. Por eso lo eché. Granados también, por eso lo eché”, dice Aguirre, incluyendo a su antigua mano derecha, Francisco Granados.
Francisco Granados fue detenido mes y medio después de esa conversación, acusado de liderar la trama Púnica de corrupción en diversos municipios de la región junto con el empresario David Marjaliza. “Granados ya había perdido mi confianza hace tiempo”, dijo Aguirre después de conocer su detención. En la actualidad, Aguirre está imputada en una de las piezas separadas de esa misma causa a la espera de saber si es enviada a juicio.
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