El Patronato de Altamira ha anunciado este sábado que se van a permitir visitas experimentales a la cavidad, de cinco personas y un guía a la semana. La duración de las mismas será de 37 minutos y se realizarán hasta el próximo mes de agosto. Las personas que participen en las mismas se elegirán por sorteo entre aquellas que acudan al Museo y Centro de Investigación, —que alberga la réplica de la gruta—, el mismo día en que se realice la visita.
Este programa de visitas experimentales se iniciará en breve y se prolongará hasta el próximo mes de agosto, para cuando se prevé que estén las conclusiones de los investigadores sobre el estado de conservación de la cueva y sus pinturas -declarada Patrimonio de la Humanidad y considerada la 'Capilla Sixtina' del arte rupestre- y la posible reapertura de la misma.
Se llevarán a cabo en base a un protocolo y controles “muy estrictos”, de modo que los visitantes deberán llevar la misma vestimenta y calzado que utilizan los investigadores. También se establecerán parámetros como la estancia en cada zona de la cueva y la iluminación, con el fin de minimizar el posible impacto de la presencia humana en su interior.
Así lo ha anunciado este sábado el Patronato de Altamira, reunido en Santillana del Mar. Al término del encuentro, que se ha prolongado durante más de tres horas, el presidente cántabro y del Patronato, Ignacio Diego; el secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle; el director del Museo Altamira, José Antonio Lasheras; y la coordinadora del programa de investigación para la conservación y acceso a la cavidad, Marián del Egido, han ofrecido una rueda de prensa en la que han detallado este régimen de visitas experimental.
Cerradas desde 2002
Las pinturas polícromas del techo de Altamira fueron descubiertas en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María, y en 1917 el Ayuntamiento de Santillana del Mar -propietario de la gruta- decidió abrirlas al público. En los años 50 se iniciaron las visitas masivas, que continuaron en la década de los 60, llegándose a alcanzar 270.000 personas al año. En la de los 70 surgió la alarma ante la degradación de las pinturas, de modo que en 1977 se acordó el primer cierre parcial y dos años después, se clausuraron las visitas.
En 1982 se reabrió la cavidad, pero con accesos controlados y limitados, y veinte años después, en 2002, se decidió de nuevo cerrar la cavidad al público tras la aparición de unas manchas en la Sala de los Polícromos, aunque para entonces ya existía una réplica de Altamira, la neocueva, albergada en el nuevo Museo que también incluye un Centro de Investigación y que se inauguró en julio de 2001. Estas instalaciones, ubicadas a unos metros de la puerta de la cavidad, recibieron en 2013 cerca de 260.000 personas (más o menos la media anual), de modo que el número total de visitas desde su creación se aproxima a los dos millones.
A mediados de 2010 se constituyó el Patronato y se comenzó a estudiar la posibilidad de reabrir la cavidad a las visitas, aunque carácter restringido. En su última reunión, en junio de 2013, los científicos apuntaron que las pinturas de Altamira no corrían peligro, ya que evolucionan según el proceso natural de la propia gruta. No obstante, descartaban la apertura masiva. Las conclusiones sobre el estado de conservación y posible reapertura de la cueva al público se prevén conocer para el próximo mes de agosto.