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Ana Pastor se reserva decidir quién cerrará el debate de la moción de censura a Rajoy

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, pasa junto a Pablo Iglesias e Irene Montero, sentados en sus escaños.

Aitor Riveiro

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, se ha reservado para sí misma la potestad de marcar quién cerrará el debate de la moción de censura contra Mariano Rajoy. La Mesa de la Cámara baja se ha reunido este lunes por la tarde sin que su máxima responsable haya informado sobre la decisión que ha tomado, si es que lo ha hecho, ante un agujero del Reglamento que podría provocar un bucle de réplicas entre el candidato, Pablo Iglesias, y los miembros del Gobierno.

La norma del Congreso que fija cómo reglamenta la moción de censura no establece quién posee la última palabra del debate. A diferencia de la Asamblea de Madrid, por ejemplo, donde se recoge que es el candidato quien cierra la sesión. Así ocurrió la semana pasada en la moción de censura a Cristina Cifuentes, cuando la portavoz de Podemos, Lorena Ruiz-Huerta, puso fin a una larguísima jornada de 11 horas.

El Reglamento del Congreso, sin embargo, deja vacía esta cuestión. Solo establece, en su artículo 177.4, que “todos los intervinientes tienen derecho a un turno de réplica o rectificación de diez minutos”. Por otro lado, el artículo 70.5 indica que “los miembros del Gobierno podrán hacer uso de la palabra siempre que lo soliciten”.

La costumbre, aunque exigua en este caso, marca que en los dos precedentes de moción de censura fue el candidato quien tuvo la última palabra. Pero no existen registros y es imposible sabe si el Gobierno de entonces pidió o no esa última intervención.

Un debate de dos días

Lo que sí tienen claro todos los grupos es que la moción de censura no se resolverá en un día. Y se preparan para una jornada muy larga, la del martes, que se prolongará durante la mañana del miércoles. 

El peso del debate lo llevará el candidato, Pablo Iglesias, aunque la sesión la abrirá la portavoz de Unidos Podemos-En Comú-En Marea, Irene Montero. Sus discursos, sin límite de tiempo, no será cortos. Fuentes de la dirección del grupo confederal sostienen que los oradores no se han cronometrado y que también hay que tener en cuenta el número y decibelios de las interrupciones.

Entre uno y otro, el Gobierno tendrá oportunidad de pedir el uso de la palabra. Podría ser la primera participación de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, llamada a llevar las riendas de las réplicas a Unidos Podemos, aunque con las horas va ganando peso la idea de que el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, también hará uso de la palabra.

En Unidos Podemos temen un debate tan bronco como el de la moción contra Cristina Cifuentes de la semana pasada, aunque en una sesión tan larga y con tantas intervenciones la estrategia puede variar sobre la marcha y la improvisación, como la espantada de los diputados del PP en la Asamblea de Madrid, desmontar los planes previstos inicialmente. 

En Unidos Podemos, la indicación de la dirección del grupo es ocupar el escaño durante todo el debate. Que las ausencias sean las mínimas posibles, evitar conversaciones entre diputados, corrillos y demás. Nada que dé sensación de aburrimiento, ni durante los discursos iniciales ni en el resto de la jornada. Además, en una última reunión antes de la moción, el lunes por la tarde, se recomendó que vayan “con ropa clara y evitar colores oscuros como el negro”.

Ciudadanos, ¿cerrará el martes o abrirá el miércoles?

Tras la preceptiva pausa para comer, obligada por el Reglamento después de la intervención del candidato, llega el turno de los grupos. En orden creciente. Primero saldrá el Mixto, con el diputado de Nueva Canaria Pedro Quevedo como primero orador y el portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano, el último. Después el PNV, ERC, Ciudadanos, Unidos Podemos-En Comú-En Marea, PSOE y PP.

Cada uno de ellos contará con media hora, que en el caso del grupo confederal se repartirán Alberto Garzón (IU), Xavier Domènech (En Comú) y Antón Gómez-Reino (En Marea).

El candidato tendrá derecho a responder y los grupos a una réplica. Además, el Gobierno, cualquier miembro, mantiene la potestad de pedir la palabra cuando lo considere.

Está por concretar cuándo se terminará la jornada del martes. Los tiempos previstos indican que el último grupo del día puede ser Ciudadanos cuyo presidente, Albert Rivera, ya ha anunciado que defenderá el no de sus 32 diputados. El problema es que el resto de intervenciones del día puede alargar tanto el debate que Rivera suba a la tribuna ya de noche. Cabe la opción de que Ciudadanos pelee entonces por suspender el Pleno antes y que su líder arranque la jornada del miércoles, lo que le permitiría mayor presencia mediática.

En el PSOE, el portavoz interino, José Luis Ábalos, defenderá la abstención de su grupo. El que está llamado a ser el número dos de Pedro Sánchez en la nueva ejecutiva del partido que se elegirá este fin de semana en el Congreso Federal socialista se estrena como portavoz parlamentario en un debate de gran calado, muy largo y con múltiples opciones de intervención hacia distintos miembros de la Cámara baja.

El PP tiene claro que su portavoz, Rafael Hernando, será el encargado de dar la réplica no solo a Iglesias, sino a los demás grupos que descargarán, voten lo que voten, sus argumentos contra el Gobierno

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