A pesar de las tres contundentes derrotas que Ciudadanos ha sufrido en menos de dos años, y de un panorama nada alentador según el último CIS, que no les da representación en el Congreso, Inés Arrimadas cree posible el resurgir del partido. Para ello la líder de Ciudadanos ha decidido mirarse en el espejo de los liberales alemanes, buscar sus consejos y aplicar las mismas recetas que llevaron al Gobierno a sus homólogos germanos después de haber sufrido un severa derrota en las urnas y desaparecer del Bundestag.
La semana pasada Arrimadas viajó hasta Berlín, donde mantuvo una intensa agenda de trabajo. Se entrevistó con el líder del Partido Democrático Libre (FPD) y ministro de Finanzas, Christian Linder, del que recibió su apoyo: “España necesita una alternativa liberal para progresar”, sentenció el alemán. Linder le explicó las medidas económicas que está poniendo en marcha Alemania para combatir los efectos de la guerra en Ucrania y la reforma de las pensiones, y animó a su compañera española para que no desesperara recordando que “el FPD, en Alemania, también pasó por tiempos difíciles, pero remontó y entró en el Gobierno”. El hoy ministro de Finanzas auguró que “esa misma remontada se verá en España con Ciudadanos”.
Un mensaje que no se cansa de repetir la propia Arrimadas en todas sus entrevistas y comparecencias. Si ellos lo lograron, también lo puede conseguir su formación en España, contra todos los pronósticos de las encuestas.
Durante aquella jornada, Arrimadas se entrevistó también con el responsable de la oficina de España en el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán y diputados liberales en el Bundestag, así como con el presidente de la fundación de los liberales alemanes, Karl-Heinz Paqué.
Pero de la foto que más orgullosa está es de la que consiguió días antes con el presidente francés, Emmanuel Macron, en su reciente visita a Bruselas, una foto que nunca consiguió su predecesor, Albert Rivera, pese a perseguirla durante mucho tiempo sin descanso. En su intervención ante los primeros ministros y líderes liberales europeos, la presidenta de Ciudadanos puso en valor la “responsabilidad histórica de la familia liberal demócrata en las instituciones europeas” y “la batalla que se está dando con los extremismos”. La satisfacción de Arrimadas por esa instantánea quedó reflejada en un tuit que puso inmediatamente después. Según proclamó, el grupo al que pertenecen tanto Ciudadanos como el partido de Macron, Renew Europe, es el “dique de contención frente al populismo”.
A pesar de todo este esfuerzo de Arrimadas por aparentar fortaleza e insuflar ánimos a los suyos, tanto la escuálida militancia como los pocos dirigentes con cierto relieve que le quedan a Ciudadanos saben que el partido está en un momento crítico.
La última baja ha sido la del eurodiputado Luis Garicano, una de las caras más conocidas y valoradas. Fue todo un varapalo para Arrimadas, pese a que la líder le ha despedido con las mejores palabras y ha expresado su deseo de que tenga suerte en su nuevo cometido. El economista, al que fichó en 2015 Albert Rivera, ha renunciado a su escaño en el Parlamento Europeo, donde era jefe de la delegación de Ciudadanos, y abandona Bruselas dos años antes de que finalice su mandato para asumir una plaza de profesor en la Universidad de Columbia (Nueva York).
Después de felicitarle por ese “gran logro profesional, una evidencia más de que el proyecto liberal español está formado por personas con talento y una trayectoria valiosa, reconocida y ejemplar fuera de la política”, la dirección de Ciudadanos añadía en un comunicado que seguirán contando con “el apoyo y la colaboración” de Garicano, aunque ya “como miembro de la sociedad civil y afiliado a este partido donde siempre tendrá su casa”.
Su marcha deja a Ciudadanos más carente aún de caras de cierto peso. Mucho antes que él dimitieron –aunque por cuestiones diferentes, enfrentados a Rivera– los dos compañeros que formaron el primer equipo económico del partido, Toni Roldán y Francisco de la Torre. Además, la opa lanzada por el PP de Pablo Casado le ha hecho mucho más daño del que reconocen con el trasvase de cuadros al partido que hoy dirige Alberto Núñez Feijóo.
Hace algo más de un mes la severa derrota electoral sufrida en Andalucía se llevó por delante también a Juan Marín, que ocupaba la única vicepresidencia que les quedaba en un Gobierno autonómico, después de perder su presencia en Murcia, Madrid y, posteriormente, Castilla y León. En las Cortes de esta última comunidad todavía aguanta Francisco Igea, quien logró ser reelegido procurador. Es el único que mantienen.
Todas estas sucesivas debacles electorales han dejado a la formación sin músculo y prácticamente sin banquillo a menos de un año de la doble cita de las municipales y autonómicas de mayo de 2023. Y con las generales también previstas para unos meses después. El ejemplo más palpable es lo que ocurre en Andalucía, donde el partido se está desintegrando tras la renuncia de Marín como coordinador regional. Desde entonces, ninguna persona de su entorno –ni críticos ni afines ni coordinadores provinciales– ha mostrado el menor interés por ocupar el puesto que ha dejado vacante. La formación que se autoproclama “liberal” ha quedado desgobernada en la comunidad más poblada del país, donde llegaron a aglutinar más afiliados –5.697– y donde lograron el mejor resultado electoral.
Villacís, ¿el relevo?
La secretaria general de Ciudadanos, Marina Bravo, y el secretario de Organización, Borja González, se han hecho cargo de la estructura andaluza mientras los pocos grupos municipales del partido que quedan en pie afrontan la misma crisis de identidad y carencia de esqueleto orgánico que ha terminado por destruir al partido que ha cogobernado esta región los últimos cuatro años. En Sanlúcar de Barrameda, cuna de Marín, el partido ha entrado en una espiral autodestructiva que le ha llevado a romper el pacto de Gobierno que mantenía con el PSOE desde hace tres años.
En estos momentos, el máximo cargo institucional que conservan es la Vicealcaldía de Madrid que ostenta Begoña Villacís. Y ha sido precisamente a ella a quien Arrimadas le ha encargado la coordinación de la anunciada “refundación” de Ciudadanos junto al diputado malagueño Guillermo Díaz, una de las personas más fieles a la dirigente nacional y al que le ha encomendado presidir la fundación de los liberales españoles.
En una reciente entrevista con elDiario.es, la vicealcaldesa explicó que el proyecto que están diseñando busca “volver a ilusionar” e impulsar al partido: “No va de poner chapa y pintura, no tiene nada que ver ni con la marca ni con el nombre ni con el color ni con el logo ni con nada de eso”. “Quien piense que es un cambio de logo se equivoca radicalmente. Esto va de hacer apología del radicalismo liberal de centro”, de “ser más valientes de lo que hemos sido hasta ahora y decir cosas que solo un partido como Ciudadanos se puede permitir decir clarito”. Unos comentarios sobre los que no quiso dar más detalles, alegando que el equipo que trabaja en la refundación tiene un “compromiso de confidencialidad”.
Villacís, además, adelantó su disposición a volver a presentarse como candidata a la Alcaldía de Madrid, donde acaba de celebrar tres años de Gobierno de coalición con el PP de José Luis Martínez-Almeida. “Duros y difíciles” y no exentos de “tensiones”, según ha confesado. “He pensado en que la mejor manera de defender el proyecto liberal es defender la ciudad de Madrid, defender nuestro trabajo en el Gobierno de la ciudad de Madrid. Ese es mi sitio”, aseguró, reafirmando que no se le ha pasado por la cabeza optar por el liderazgo de Ciudadanos.
Pero la posibilidad de que Arrimadas dé un paso atrás nadie la descarta. De hecho, la líder de Ciudadanos está dejando caer algunas insinuaciones en ese sentido estos días. El martes pasado reconoció en una entrevista en TVE que ha tenido la “tentación” de dejarlo todo y volver a su profesión: “Dejarlo e irme al trabajo normal es una tentación que muchas veces se le pasa a uno por la cabeza, y más en la situación en la que yo he estado personalmente, con dos niños en 21 meses, siendo la presidenta del partido”. Pero de inmediato afirmó que se sentía “fuerte” y “apoyada” por sus compañeros, por lo que su apuesta es seguir intentado que Ciudadanos sea un “partido decisivo”.
La semana pasada, sin embargo, al ser preguntada en otra entrevista en Antena 3 si estaría dispuesta a dejar en manos de Villacís el partido, señalaba que serán los militantes los que en el marco del proceso de refundación digan “quién tiene que ser el equipo directivo”, destacando no solo la figura de la vicealcaldesa, sino también la de su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, como “activos para el partido”.
El primer reto al que se enfrenta Arrimadas es el de encontrar candidatos para esa doble cita electoral municipal y autonómica de la primavera de 2023. Sin embargo, la líder no ve tan difícil esa tarea y la afronta como una “oportunidad” para demostrar “que hay una red que apoya al liberalismo en España, que se puede aguantar en algunos ayuntamientos muy importantes y lugares de España”. Es más, está convencida de que esa doble cita será el inicio de un ciclo electoral “mejor” para Ciudadanos. Por ello, ha dicho, “el partido se va a apoyar en alcaldes y equipos municipales que lo están haciendo muy bien”.
El pasado fin de semana, el autodenominado Equipo para la Refundación compartió con “decenas de cargos municipales de toda España” una “jornada de participación, intercambio de ideas y trabajo”. “Estas sesiones –explican en el partido– forman parte del proceso que hemos emprendido para escuchar a todos los afiliados, cargos, simpatizante y, en definitiva, las personas que creemos que este espacio político no solo es imprescindible sino que tiene mucho que decir sobre el futuro de España”. Y la semana anterior la diputada María Muñoz y el eurodiputado Adrián Vázquez hacían lo propio con un grupo de “técnicos y profesionales” para escuchar sus aportaciones.
“Mi compromiso personal y el de mi equipo dura hasta que se haga esa refundación”, dejó dicho la dirigente liberal ante la Ejecutiva de su partido pocos días después de la debacle electoral en Andalucía. El reloj corre.