Uno de los dispendios a cargo de las tarjetas 'black' de Caja Madrid fue cometido por el expresidente de la patronal madrileña Arturo Fernández, quien llegó a facturar 10.495 euros en restaurantes de su propiedad. Durante su declaración este miércoles como imputado en la Audiencia Nacional, el juez Fernando Andreu preguntó a Fernández por qué pasaba el plástico en sus establecimientos. “Porque son más baratos y porque son míos”, contestó.
Durante su declaración, Fernández aseguró que pensaba que la tarjeta era “transparente”, en referencia a la declaración que suponía hacía Caja Madrid de sus gastos. Según fuentes presentes en la declaración, el tramo más tenso de la misma se produjo cuando el juez preguntó a Arturo Fernández si conocía los restaurantes Cantoblanco. “Si, son de mi propiedad”, replicó el empresario.
Ya como consejero de Bankia, constan tres cargos de Fernández por un importe agregado de 1.450 euros a sus restaurantes (son los únicos que hay en esa etapa). Curiosamente, los tres se realizan por las mismas fechas: 26 y 27 de diciembre de 2011. Y dos de las operaciones (por un total de 1.350 euros) se cargaron el mismo día (26 de diciembre) y a la misma hora.
Esta mañana, Fernández le dijo al juez que en sus establecimientos mantenía “relaciones institucionales” para lo que tenía una cuenta abierta, no solo en Cantoblanco, también en Nicolasa. Periódicamente, hacía liquidaciones de lo que gastaba.
Fue en ese momento cuando el juez le preguntó por el motivo de que eligiera sus propios locales y Fernándeaz replicó que son más baratos que otros y que son suyos. “¿Y le redondeaban la cuenta?”, preguntó con sorna el juez. “Pues sí”, admitió sin empacho el empresario.
En uno de esos días, la tarjeta se pasa a las 00:50 horas, y el juez preguntó hoy por qué. “Sería la chica que hace la cuenta”, replicó el imputado. Arturo Fernández gastó en total 37.200 euros con la tarjeta 'black'. Cuando saltó el escándalo intentó devolver el dinero a la Fundación Caja Madrid, que le remitió al FROB, donde depositó el total de la cuantía.
Su concuñado y entonces presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, también se gastó 47.900 euros en establecimientos del grupo Cantoblanco.