El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) condenó hoy el asesinato de una de sus trabajadoras, que había sido secuestrada en el noreste de Nigeria junto a otras dos empleadas humanitarias el pasado marzo.
“Estamos devastados por el asesinato de nuestra compañera Saifura Hussaini Ahmed Khorsa”, dijo en un comunicado el jefe de la delegación de la CICR en Abuya, Eloi Fillion.
La matrona de la Cruz Roja, de 25 años, se encontraba trabajando en un proyecto de atención prenatal en la localidad de Rann, situada en la provincia de Borno, la zona de actuación de grupos yihadistas como Boko Haram o el Estado Islámico en África Occidental.
Saifura fue secuestrada junto a otra matrona del CICR, Hauwa Mohammed Liman, y una enfermera que trabajaba en un centro del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), Alice Loksha.
El CICR pidió hoy “a quienes sigan reteniendo a Hauwa y Alice” que las liberen, ya que “no son partes de la pelea” y “no hay ideología o ley religiosa que pueda justificar daño contra ellas”, afirmó Fillion.
La organización humanitaria dijo que no va a hacer comentarios sobre la identidad de los secuestradores o sus motivos ni va a divulgar detalles sobre la muerte de la matrona, pero aseguró que desde que fueron secuestradas hace seis meses ha hecho y seguirá haciendo todo lo que está en su poder para que sean liberadas.
El noreste de Nigeria lleva años sumido en un estado de violencia provocado por las acciones de Boko Haram, que combate desde 2009 por imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Desde entonces, más de 20.000 personas han muerto y la cifra de desplazados casi alcanza los dos millones, según las Naciones Unidas.