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Podemos busca “no repetir” una negociación como la de Sumar blindando las primarias abiertas y sin “vetos”

Podemos busca redefinir su rol dentro del espacio de la izquierda después de unos meses turbulentos y en su momento más delicado. Y para eso debe volver a configurar la hoja de ruta que se marcó en su última asamblea ciudadana. Solo hace dos años de ese congreso que consagró a Ione Belarra como secretaria general y definió que la estrategia pasaba por que Yolanda Díaz asumiese el liderazgo del espacio de Unidas Podemos.

El partido, después de meses de tensiones con la vicepresidenta segunda, considera que ese mandato está caduco y por eso va a plantear a las bases un proceso de “debate” y “reflexión” para estudiar los próximos pasos a seguir. Esa reflexión colectiva se dará alrededor de un documento redactado por la dirección en el que propone que a partir de ahora Podemos solo pueda firmar alianzas en las que esté garantizada la celebración de primarias abiertas, sin vetos ni restricciones por parte de otros actores.

“El 4 de noviembre Podemos votará un documento político que haremos público hoy. Con el objetivo de fortalecer política y colectivamente a la organización”, ha anunciado este sábado la secretaria general ante un millar de simpatizantes, según el partido. Más de 600 consiguieron entrar al teatro del Círculo de Bellas Artes y otros tantos se quedaron fuera, siguiendo el acto en pantallas desplegadas en otras salas. Al acto han acudido miembros de otras fuerzas políticas como Gabriel Rufián, de ERC; Carlos Sánchez Mato, de IU; o Juantxo López de Uralde, de Alianza Verde. Los organizadores habían planteado celebrar este mitin de arranque de curso en Lavapiés pero tuvieron que cambiar los planes por razones meteorológicas.

Tras el anuncio de Belarra esta mañana, la dirección ha trasladado al Consejo Ciudadano Estatal -el órgano más importante entre asambleas- el documento que ha redactado y que servirá como punto de partida para que a partir del lunes las bases de la organización puedan enmendarlo y refrendarlo en una votación dentro de aproximadamente un mes y medio. Un documento que bajo el título 'La fuerza para seguir transformando' hace un breve repaso de la trayectoria del partido en estos casi diez años de vida y propone algunas líneas de cara al corto y medio plazo.

“Hace dos años y medio propusimos a Yolanda Díaz como candidata del conjunto del espacio de Unidas Podemos con el objetivo de ampliar nuestros resultados electorales y aspirar a ser la fuerza mayoritaria del bloque progresista. Lamentablemente las expectativas no se han cumplido”, reza el texto, en línea con lo que expresó en público este sábado Belarra. “En estos años y lo digo con inmenso dolor, Podemos ha sido sometido a un proceso que no se puede llamar de unidad”, dijo la líder del partido, que advirtió que, de cara al futuro, “acuerdos en estas condiciones no se pueden volver a repetir”.

Esta voluntad está desgranada en el documento que votarán las bases a partir de tres puntos. Podemos establece que llegará a acuerdos electorales de unidad siempre que en primer lugar “resulte útil, conveniente y eficaz” política y electoralmente; exista “respeto mutuo a la autonomía” de las fuerzas que se integren en esa virtual coalición; y, por último, “las listas de la candidatura se conformen siempre mediante primarias abiertas sin restricciones sin vetos”.

Podemos sostiene que parte de la situación en la que se encuentra actualmente el partido se debe entre otras cosas a las condiciones que Sumar les impuso durante las negociaciones para el pacto de coalición de las elecciones del 23 de julio. Un pacto que Podemos aceptó firmar entre acusaciones a Yolanda Díaz de haber ejercido un “veto” a la ministra de Igualdad, Irene Montero. Tras esos comicios, la formación ha pasado de 23 escaños en el Congreso a solo cinco, entre los que no se encuentra su 'número dos'.

Por eso la dirección del partido quiere ahora someter a sus órganos internos y a los inscritos e inscritas una fórmula que blinde esas primarias abiertas, sin restricciones ni vetos en todos aquellos acuerdos electorales en los que participe. Es algo que estuvo sobre la mesa en el principio de las negociaciones, en enero, para una coalición con Sumar. Esas conversaciones no se retomaron hasta después de las autonómicas y municipales del 28 de mayo y el adelanto electoral apenas dejó margen para que un proceso abierto de ese tipo se pudiera realizar finalmente.

El planteamiento de estas condiciones a la hora de firmar acuerdos tiene relevancia toda vez que el ciclo político no está cerrado. Aunque la posibilidad de repetir un gobierno de coalición está sobre la mesa, las condiciones de Junts dificultan un pacto y dibujan un eventual horizonte de repetición electoral. En un escenario así, Podemos exigiría a Sumar unas primarias abiertas para volver a unirse a la coalición. Pero además, este verano se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo, donde Podemos podría plantear una lista por separado. Esas elecciones son por circunscripción única, un sistema que penaliza menos la división que en unas generales. Podemos, de hecho, irrumpió en unas europeas hace nueve años.

Sin doble militancia

El partido también quiere establecer en su documento político algunas cuestiones que serán determinantes a la hora de relacionarse con el resto de fuerzas del espacio político y en concreto con Sumar, en un momento en el que Yolanda Díaz ya prepara el diseño de un partido político, que desplegará una vez esté constituido el Gobierno de coalición, a través de una asamblea. Ese proyecto político pretende ser una suerte de plataforma a la que se puedan sumar personas u organizaciones diferentes.

Y en ese punto Podemos pone el acento en este documento: no existe la doble militancia. “Podemos es una fuerza política autónoma, que tendrá siempre su propia hoja de ruta, su programa, sus órganos de dirección y sus mecanismos de decisión protagonizados por la militancia y las y los inscritos. Podemos respeta a las demás fuerzas políticas y a las personas que militan en ellas y, precisamente por ello, en Podemos no existe la doble militancia”, reza el texto.

Esto es, no se incluirán en ningún caso en ninguna plataforma más amplia como podría proponer Sumar (Movimiento Sumar) una vez que esté configurado como partido. Esa relación será siempre de cara a futuros pactos electorales y siempre con esos requisitos. Tampoco permitiría a sus cargos militar en otras organizaciones, un mensaje que cobra relevancia después de que miembros de la dirección del partido como Nacho Álvarez o Alejandra Jacinto decidieran unirse a la campaña de Sumar como portavoces, algo que no sentó bien en algunos sectores del partido.

La separación frente al proyecto que lidera Yolanda Díaz, palpable en las declaraciones públicas de los dirigentes de Podemos desde hace meses, quedará por escrito si los inscritos rubrican el texto que ha redactado la dirección. En él, hay sobradas referencias, la mayoría veladas, a la forma en que la vicepresidenta ha construido su liderazgo en torno a una plataforma nueva.

“Frente a la antipolítica, el personalismo hueco, la retórica contra ”los partidos“ y los llamamientos a ”superar las organizaciones“ -un discurso nocivo y peligroso de desmembramiento social- hay que poner en valor y defender la organización y la militancia”, dice el documento. Díaz lanzó el embrión de su plataforma política en el verano de 2022 con una llamada a sacar de la centralidad el papel de las formaciones políticas. “No va de partidos, no va de siglas, va de inteligencias colectivas, de pensar un país mejor”, dijo entonces.

“Para ser una fuerza capaz de transformar una sociedad individualista no cabe reforzar el individualismo y estigmatizar a las organizaciones y a la gente que se junta con otras personas para cambiar las cosas. La sociedad no es una suma de individuos, como dice la retórica neoliberal. La sociedad se construye con instituciones, con tejido social, con organizaciones: esa es la fuerza que transforma”, responde ahora Podemos, aunque sin menciones expresas.

Fortalecer la organización

La dirección de Podemos quiere a través de este proceso marcar un cambio de rumbo ideológico y político hasta la celebración de una nueva Asamblea Ciudadana, pero busca también afianzar una organización debilitada tanto en lo territorial como en lo orgánico. Los resultados de las municipales y autonómicas dejaron al partido sin apenas poder institucional en esos lugares, con una sustancial pérdida de recursos económicos, que lo ha forzado a abordar un ERE. Esa debilidad institucional puede afectar también a la expansión del partido en los territorios, un tradicional déficit del partido.

Por eso, y también como una forma de mandar un mensaje a una militancia que puede encontrarse desorientada con la irrupción de una nueva fuerza política, Podemos quiere implicar a sus bases y a sus territorios en este proceso de debate. “Podemos arranca con el debate de este documento un proceso de participativo de fortalecimiento ideológico y organizativo para el nuevo ciclo”, expone el texto, a partir de una serie de elementos: “a. Un programa de legislatura que actualice al momento presente nuestro proyecto de país. b. Un plan de fortalecimiento organizativo con claro protagonismo militante”.

“En la nueva fase necesitamos todas las manos y toda la inteligencia de la gente de Podemos en la tarea de liderar el bloque progresista. Este plan incluirá planes autonómicos, provinciales, insulares y de círculo. Se crearán nuevos canales de participación política con foco en las y los militantes digitales. Se reforzará el protagonismo militante en todas las actividades de nuestra organización como la ‘Uni de otoño’, la ‘Fiesta de la Primavera’ o el encuentro municipalista”, asegura el documento.

El partido confiará ahora el documento al examen de sus círculos, que podrán examinarlo y enmendarlo. En las siguientes semanas se estudiará primero en encuentros con militantes, después reuniones autonómicas con los inscritos y los cargos orgánicos e institucionales del partido y finalmente será sometido a una votación de todas las bases. El partido tiene previsto convocar una conferencia política el 4 de noviembre en la que se escenificará con debates abiertos y discursos todo el proceso anterior y se anunciará, finalmente, el resultado de esa votación.