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Bustinduy, el último bastión del “errejonismo” en la dirección de Iglesias

EFE

Madrid —

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Pablo Bustinduy, que este jueves ha renunciado a encabezar la lista de Podemos a las elecciones europeas, era el último bastión del “errejonismo” en la dirección de Pablo Iglesias, cuya soledad se agranda con la marcha de quien fue uno de sus más estrechos colaboradores en los inicios del partido.

Su marcha, a tan sólo dos días del regreso de Iglesias a la primera línea política con un acto con el que pretendía reconectar con sus bases, es un golpe más para un partido que no se recupera de sus sucesivas crisis internas a un mes de las elecciones del 28A.

Bustinduy, madrileño de 35 años hijo de Ángeles Amador, la ministra socialista con Felipe González, siempre estuvo aliado con las tesis del ex número dos de Podemos, Íñigo Errejón, aunque ni en los momentos más críticos se alejó del todo de Pablo Iglesias, con quien se trasladó a Bruselas en 2014 como coordinador de la delegación en el Parlamento Europeo.

Pablo Iglesias, que lo veía como su ministrable de Asuntos Exteriores, primero lo propuso como responsable de Relaciones Internacionales en la ejecutiva saliente de Vistalegre II y después lo situó como cabeza de lista a las elecciones europeas.

Un cartel del que ha decidido caerse infringiendo un daño en la formación, pese a que hasta hoy había tenido un papel siempre discreto y conciliador.

A las puertas del congreso de Vistalegre II, medió sin éxito para evitar el choque de trenes entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, un enfrentamiento que llevó a que dos años después ya no quede nadie relevante en Podemos con vínculos con el “errejonismo”.

Distante, minucioso y respetado por casi todos en el partido, Bustinduy es hijo de la socialista Ángeles Amador y del fallecido Javier Bustinduy, que modernizó la red de Cercanías de Renfe y a quien hoy su hijo ha dedicado en su despedida unas palabras de agradecimiento.

Bustinduy se licenció en Ciencias Políticas y Humanidades y vivió en París y en Nueva York, donde estudió, respectivamente, en el Instituto de Estudios Políticos y en la New School for Social Research de Nueva York. También ha trabajado como profesor de Filosofía en varias universidades americanas.

Llegó al Congreso tras las elecciones de 2015. En esta última legislatura ostentó la portavocía de las comisiones de Asuntos Exteriores y de Relaciones con la Unión Europea, y es vocal en la Diputación Permanente.

No interviene públicamente desde el pasado 27 de febrero, cuando en un debate muy aplaudido por los suyos afeó al presidente Pedro Sánchez que se hubiese dejado arrastrar por la derecha de “la foto de Colón”, en un discurso muy difundido entonces en redes sociales.

Su actividad se había reducido considerablemente y, pese a ser el candidato de Podemos a las elecciones europeas, no había participado en ninguno de los actos de precampaña de la formación, a diferencia de lo que han hecho los número dos y tres, Idoia Villanueva y Miguel Urbán.

Y tampoco se ha dejado ver en las redes sociales. En Twitter no publica nada desde que el 20 de febrero lanzó un mensaje de rechazo al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones.

Pablo Bustinduy fue junto a Auxiliadora Honorato uno de los dos colaboradores de Íñigo Errejón que se integraron en la ejecutiva de Podemos que salió en febrero de 2017 del congreso en el que las tesis del número dos del partido perdieron frente a las de Pablo Iglesias y el ahora aliado de Manuela Carmena tuvo que aceptar su paso a la política madrileña.

Tras la marcha de Errejón el pasado 22 de enero, Bustinduy mejoró su posición en el Congreso al pasar de la cuarta a la tercera fila, y siempre mantuvo un silencio que ha guardado hasta pronunciar hoy su última palabra, la del adiós y gracias, sin mención alguna a Pablo Iglesias.

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