Casado escenifica un PP “más transversal” con mesas específicas sobre “feminismo” o “identidades” en su Convención Nacional

Iñigo Aduriz

20 de junio de 2021 21:48 h

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El líder del Partido Popular, Pablo Casado, quiere que la Convención Nacional que celebrará el primer fin de semana de octubre en Valencia le permita escenificar un nuevo giro al centro para atraer a los votantes de la derecha más moderada e incluso a algún elector socialista “descontento” con Pedro Sánchez. El objetivo es recuperar la condición de fuerza mayoritaria en España. El cónclave, en cuya preparación ya está trabajando la fontanería de Génova 13, pretende ser un punto de inflexión en su trayectoria de tres años al frente del PP, marcada por las sucesivas derrotas electorales y las discrepancias internas sobre la relación que debía mantener el partido con la extrema derecha.

La dirección nacional parte de algunas encuestas que dan al PP como la primera fuerza del país, por delante del PSOE, para concluir que se ha iniciado la etapa de la recuperación de su electorado, sobre todo a raíz del arrollador triunfo de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas del 4 mayo, con la absorción de todo el voto de Ciudadanos. En plan es hacer desaparecer definitivamente al partido de Inés Arrimadas con cuya irrupción se inició el declive electoral de los populares- y ensanchar su base electoral con un mensaje político “más transversal”, según explicaban esta semana dirigentes con altas responsabilidades en el partido.

La idea es “renovar” algunos planteamientos programáticos de la formación conservadora para adaptarse “al siglo XXI”, consolidando la “regeneración” que trató de representar Casado cuando ganó las primarias de 2018 y tras tres lustros de mandatos de Mariano Rajoy durante los que apenas se modificaron las propuestas del partido, según esas mismas fuentes.

Para lograrlo, Casado deberá pelear con el calendario judicial y con escándalos de corrupción que cercan a quien fue su mentora política, María Dolores de Cospedal, imputada tanto ella como su marido Ignacio López del Hierro, y su jefe de gabinete en el Ministerio de Defensa, José Luis Ortiz, en la trama kitchen, el espionaje parapolicial organizado desde Interior para tener controlado a Bárcenas e intentar librar al PP y sus principales cargos de la trama Gürtel y la caja B.

Todo ello no quiere decir que el líder del PP tenga previsto romper de verdad con Vox tras el anuncio escenificado en la fallida moción de censura de Santiago Abascal del pasado otoño. La estrategia de no agresión a la formación con la que compite por el mismo electorado -y a la que debe los gobiernos de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid además de Andalucía, entre otros- es la que sigue desde hace meses Pablo Casado y es la que tiene previsto mantener pese a la renovación de la convención de octubre con la que pretende girar al centro.

Esta misma semana volvió a evidenciarse su dependencia de Vox en la sesión de investidura de Ayuso que seguirá necesitando a la extrema derecha en la nueva legislatura que comienza. La dirección de los populares contemporiza además con el partido de Santiago Abascal acudiendo a las mismas manifestaciones, como la de Colón del pasado domingo –que, con una asistencia menor a la de otras protestas, como la de la conocida como foto de Colón de 2019, estuvo precisamente hegemonizada por Vox–, y asumiendo parte de su discurso.

450 invitados de la “sociedad civil de verdad”

El giro el centro tampoco supondrá la suavización de los mensajes contra el Gobierno, al que Casado ha dedicado todo tipo de insultos desde su creación, vinculándolo con ETA, tildándolo de “dictadura constitucional” o equiparándolo a la Venezuela de Nicolás Maduro, y al que siempre ha considerado ilegítimo por la presencia de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros. Seguirán las protestas en las calles o la judicialización de la política –la estrategia que sigue en este momento contra los indultos a los presos del procés– con el fin de hacer caer al Ejecutivo progresista.

Casado y los suyos consideran que todo eso es compatible con encontrar una “transversalidad total” que permita atraer hacia el PP a votantes de todas las ideologías. Se trata, según explican los principales dirigentes del partido, de “actualizar el ideario” de la mano de “la sociedad civil de verdad” a la que, sin concretar nombres, tienen previsto invitar a las distintas mesas sectoriales que se celebrarán durante el verano, hasta el cónclave de octubre, para perfilar los documentos políticos de la formación conservadora. Los invitados de fuera del partido serán 450.

Los populares tienen previsto incluso celebrar una mesa específica sobre feminismo, el movimiento por la igualdad al que Casado descalificó al principio de su mandato, acusándolo de “colectivizar” a la sociedad o de querer “enfrentar” a las mujeres con los hombres, en un discurso calcado al de la extrema derecha.

Ahora, la dirección del PP considera que debe buscar un espacio en el que “sean compatibles” las distintas visiones sobre el feminismo que habitan en su seno. Desde el “feminismo amazónico” que defiende la diputada Cayetana Álvarez de Toledo –con un perfil más derechista que el de Casado– en la línea de Camille Paglia, una escritora y profesora norteamericana que, por ejemplo, considera que “sin el hombre la mujer nunca hubiera salido de la cueva”. Hasta el discurso sobre la igualdad de la actual vicesecretaria de Política Social del partido, Ana Pastor –más moderada– y de la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, que a diferencia de Álvarez de Toledo celebran el 8M y han acudido a sus movilizaciones.

En ese intento por abrazar el centro la dirección de Casado también convocará debates específicos sobre “identidades”, la “digitalización” o la “sostenibilidad”. Todo ello porque Génova 13 considera que “el pozo ideológico no se ha actualizado desde hace 20 años” y necesita de una renovación por haber surgido retos sociales y preocupaciones nuevas y, sobre todo, para que el PP vuelva a ser aquel partido que, durante la etapa de Mariano Rajoy, llegó a lograr más de once millones de votos.

“Reactivar” a los votantes de la Comunitat Valenciana

El conjunto de las mesas sectoriales de los próximos meses culminarán en la semana que va del 27 de septiembre al 3 de octubre. Desde el lunes 27 y hasta el viernes 1 Casado tiene previsto viajar a las cinco comunidades gobernadas por el PP: Andalucía, Comunidad de Madrid, Galicia, Región de Murcia y Castilla y León.

El fin de semana, la Convención Política se cerrará en la Comunidad Valenciana, un territorio que fue feudo de los populares hasta 2015 pero que cayó en manos de la izquierda tras años de casos de corrupción vinculados a gobiernos del PP. El equipo de Casado considera que sus compañeros valencianos necesitan “actos nacionales” para “reactivar” a la militancia, y es por ello que esa, Valencia, ha sido la plaza elegida por Génova 13 para la que consideran como su cita política más importante del año.

El lema de la convención es “Creemos” en el doble uso de los verbos creer y crear. “Para crear más España hay que creer en España. Nosotros creemos. En España y en la Libertad”, aseguró Casado el pasado lunes, en el discreto acto de presentación del cónclave que tuvo lugar en Madrid y que se vio ensombrecido por la polémica de las palabras pronunciadas un día antes por Ayuso, justo antes de participar en la concentración de Colón, sobre la supuesta “complicidad” del rey si firma los indultos a los políticos independentistas.

El líder del PP apuesta por un partido que se “ensanche” cada día más. “Desde nuestra izquierda y desde nuestra derecha, alrededor de un proyecto razonable y centrado en lo que España necesita”. “Un partido que esté, que diga y que haga. Que esté donde debe, que diga lo que piensa y que haga lo que dice”, insiste Casado. El lunes habló incluso de que la convención “debe tener mucho de rebelión cívica” y ser “una rebelión democrática y serena que se plante frente al intervencionismo sin sentido, a la asfixia de la sociedad, a la ruptura de la ley y de los lazos nacionales”.

“Llevar el partido a pie de calle”

“Debemos abrir nuestras sedes de par en par, llevar el partido a pie de calle, a pie de obra y de negocio. Seamos un partido hecho de abajo arriba, bien anclado en la realidad, volcado en los problemas reales de los españoles”, insiste el líder del PP, que quiere “el voto de la esperanza, del reformismo, de los que quieren volver a construir y dejar atrás este tiempo sin horizonte”. “No vamos a dedicarnos a imaginar ningún futuro lejano mientras millones de españoles sienten el presente moverse bajo sus pies. Creemos en los españoles, creemos un futuro mejor para todos. No solo el de sus vidas, sino el de la vida política, económica, social y cultural de su país”.

La convención se centrará en cinco pilares: nación y sociedad abierta; libertad y responsabilidad individual; estado de derecho y seguridad; libre mercado y propiedad privada; e igualdad de oportunidades y bienestar.