El plazo para registrar coaliciones para las elecciones gallegas del 5 de abril finaliza a las doce de la noche de este viernes. Pero pese al estrecho margen, de apenas un día, Partido Popular y Ciudadanos siguen sin cerrar ningún acuerdo concreto para conformar una alianza “constitucional” como la que dicen buscar para Galicia. A última hora de este miércoles ambas fuerzas anunciaban, en cambio, la firma del pacto para concurrir juntos a las elecciones en Euskadi que tendrán lugar en la misma fecha que las gallegas. En este caso, el candidato de la coalición, que aún no tiene nombre –se barajan Euskadi Suma o Mejor Unidos–, será el líder del PP vasco, Alfonso Alonso.
En Galicia, en cambio, el pacto se aventura muy complicado. Con el argumento de que su candidato a la reelección, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, acumula tres mayorías absolutas consecutivas y que, por tanto, en Galicia es el PP el que “aglutina a todo el centro derecha”, los populares mantienen su determinación de presentarse a las elecciones gallegas bajo sus propias siglas –que, sin embargo, Feijóo ha escondido en los carteles de su campaña, insistiendo además en que no es candidato “de un partido”– aunque se abren a que miembros de Ciudadanos se incorporen a sus listas.
El partido de Inés Arrimadas insiste, sin embargo, en que como en Euskadi la fórmula gallega debe ser también la de la coalición, amenazando incluso con que si el acuerdo no es en “bloque” –es decir, con el mismo formato para las dos citas electorales– no tienen problema en presentarse en solitario en ambos territorios.
“En Galicia la coalición es absurda”
Ante este escenario, los populares están decididos a aprovechar la “debilidad” que ven en Ciudadanos tras la debacle electoral del 10N, cuando pasaron de 57 escaños en el Congreso a solo 10, y su posterior desmembramiento –la escalada de salidas, especialmente en Galicia, no ha cesado desde la dimisión de su fundador y principal cabeza visible, el expresidente del partido, Albert Rivera, tras el fracaso de las generales– para presionar a Arrimadas hasta el último minuto de la negociación. Si no, advierten en Génova 13, concurrirán en solitario, porque están “preparados”.
Fuentes de la dirección nacional del PP consideran que Ciudadanos “no está en condiciones” de mantener sus exigencias hasta el final y se muestran convencidas de que finalmente Arrimadas dará su brazo a torcer y aceptará la fórmula de integración en Galicia. “Ciudadanos ya no tiene músculo para aguantar esta negociación”, resume gráficamente un alto dirigente de Génova 13. “Se deben preguntar en qué situación se quedarían si fracasa este diálogo, ya que en Galicia la coalición es absurda porque Feijóo aglutina a todo el espacio del centro derecha”, remacha la misma fuente.
Las conversaciones entre ambas formaciones se iniciaron la semana pasada pilotadas por el secretario general del PP, Teodoro García Egea y el secretario de Acción Institucional de la Gestora de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra, y desde entonces los dos partidos daban por hecha la coalición en Euskadi, aunque este miércoles reconocían que los avances en el caso gallego no se estaban produciendo.
El martes, en la reunión que los equipos negociadores mantuvieron en el Congreso y a la que se sumaron Casado y Arrimadas, las posturas no se movieron un ápice: el líder del PP insistió en asumir las tesis de Feijóo, que se niega a renunciar a presentarse bajo las siglas de los populares, y la portavoz de Ciudadanos, que asumió que el “escollo” de la negociación está en la fórmula gallega, volvió a pedir una coalición y exigió hablar directamente con el presidente de la Xunta.
Feijóo: “El candidato soy yo”
El contacto entre Arrimadas y Feijóo se producía finalmente este miércoles, pero tampoco servía para avanzar en el acuerdo. El presidente gallego celebraba después que durante su conversación “larga y cordial” con la líder de Ciudadanos esta le manifestara su apoyo a su candidatura, aunque él insistió en que la única vía posible de entendimiento entre los dos partidos pasa por que miembros de la formación que se dice “liberal” se integren en las listas del PP. “Las puertas del PP hasta el 1 de marzo [cuando finaliza el plazo para presentar las listas electorales] están abiertas a cualquier dirigente que quiera sumar”, resumía.
Tratando de restar trascendencia a la negociación, Feijóo aseguraba que en su conversación con Arrimadas ambos quedaron “en ver si hay alguna posibilidad o algún punto de encuentro en las elecciones gallegas para sumar”. “No es fácil, no se suma automáticamente. Lo que hemos quedado es en seguir hablando, también con algún representante de Ciudadanos en Galicia para ver cuál es la mejor fórmula”, añadía. “Es bueno ir estableciendo puentes, restableciendo diálogos con Ciudadanos, a pesar de que Ciudadanos nunca ha querido tender puentes con el PP”, recordaba, en un evidente reproche a su interlocutora.
“En este momento el candidato soy yo y agradezco que ella quiera que el candidato sea Alberto Núñez Feijóo. Es la primera vez que Ciudadanos dice esto. Lo valoro y agradezco profundamente”, añadía el presidente gallego, que no se mostraba seguro de haber “convencido” a Arrimadas de que la única fórmula posible pasa por renunciar a la coalición e integrarse en las listas del PP.
“Espero que haya entendido las razones de alguien que es presidente desde hace 11 años y que quiere seguir siéndolo. Mi objetivo fundamental y único es ser presidente de la comunidad. El que se juega la presidencia es el PP y su candidato, por lo que para ganar pido que se nos dé protagonismo en la estrategia, porque a veces sumar cosas que no son comunes, sino dispares, no produce una suma neta sino que produce una operación que no nos interesa”, remachaba Feijóo.
“Especialistas” en la última hora
Ciudadanos trataba después de marcar terreno en la negociación condicionando la coalición en Euskadi a una misma alianza en Galicia que el PP rechaza. “Sería muy triste que por un 'no' del señor Feijóo o del PP a tener esa coalición en Galicia, los vascos tuviera que pagar las consecuencias”, amenazaba Espejo Saavedra, el principal negociador de la formación liberal.
Pese al clima de desconfianza –agravado por el hecho de que Saavedra anunciara una nueva reunión con el PP que Génova 13 se negó a confirmar apelando a la discreción de las negociaciones–, ambas partes retomaron el diálogo por la tarde del miércoles a última hora cerrando un acuerdo para Euskadi pero sin lograr progresos para Galicia. En las filas populares se muestran “optimistas” y creen ser capaces de convencer a Ciudadanos de que “la única fórmula posible” es la de su integración en el PP gallego.
“Somos especialistas en lograr acuerdos a última hora, así que paciencia”, zanjaba un miembro de la dirección de Casado, apelando a los pactos suscritos en los últimos meses con el partido de Arrimadas para gobernar comunidades autónomas y ayuntamientos.