A finales de este mes de agosto se va a cumplir un año del pacto de investidura que firmó Albert Rivera con Mariano Rajoy. Pero aunque el líder de Ciudadanos parece estar satisfecho con su grado de cumplimiento, lo cierto es que no para de recibir desplantes del presidente del Gobierno y líder del PP.
A su negativa a cumplir con la limitación de mandatos, se une ahora el rechazo de su partido a despolitizar las instituciones, como el Defensor del Pueblo, cargo que siempre ha estado representado por un político y negociado entre los dos principales grupos parlamentarios, PP y PSOE.
El puesto se quedó vacante en junio pasado tras la marcha de la exministra de UCD y exalcaldesa del PP, Soledad Becerril, quien al acabar su mandato fue sustituida de forma provisional por su número dos, Francisco Fernández Marugán, exdiputado del PSOE.
En septiembre debe renovarse el cargo y tanto populares como socialistas han puesto ya sobre la mesa sus candidatos: Luisa Fernanda Rudi (PP), expresidenta del Congreso y del Gobierno de Aragón, y el propio Fernández Marugán.
Pero a Albert Rivera no le parece apropiado que esa institución siga estando dirigida por un político. En una entrevista con Europa Press realizada a primeros de agosto, Rivera propuso que “por primera vez no haya bipartidismo” y que el cargo lo ocupara una persona “independiente” ajena a la política. “Creo que sería importante que fuera un personaje lo más apolítico posible o, por lo menos, que tenga una trayectoria detrás más allá de la política”, dijo Rivera.
En su opinión, en España a esta figura no se le ha dado además la relevancia que realmente tiene y que eso debería cambiar: “Creo que los gobiernos deberían atender más a lo que dicen los Defensores del Pueblo advirtiendo de algunos errores o de cambios legislativos”.
Rechazo del PP pero también del PSOE
La respuesta de ambos partidos mayoritarios no se ha hecho esperar. El portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, ha tachado de “preocupante” que se quiera “estigmatizar a las personas por ser del PP o del PSOE”, cuando España es un país libre donde hay elecciones en las que participan 24 millones de personas que votan a uno u otro partido.
Hernando ha aseverado que le parece “ridículo estigmatizar a la gente por su pertenencia o su voto”. En su opinión, hay que buscar una persona preparada que realice bien su función. “Busquemos un buen defensor, con independencia de su filiación política o no”, ha añadido, en un entrevista con la agencia Europa Press.
Hernando ha aprovechado también para criticar el discurso de Rivera: “Hay gente que desde la política juega a la antipolítica, al populismo, y eso me parece que no es positivo”. “Esto de ser político pero que no me gusten los políticos que no sean de partido o pertenecido a otros, me parece un poco ridículo”, ha rematado.
Las críticas también le han llegado por parte de los socialistas. El portavoz de la Ejecutiva Federal, Óscar Puente, ha rechazado que se intente “penalizar” a los políticos “como si fuera un estigma” haber defendido a la ciudadanía, cuando a su juicio debería ser “al revés”.
“La pertenencia me parece irrelevante, no debería ser un hándicap, ha dicho. ”Se tiene que elegir bien a esa figura, que importante, y dejarle trabajar con autonomía; que sus iniciativas se escuchen y si algo se tiene que corregir, se corrige“, ha zanjado Puente.