El comisario europeo de Ampliación y Política de Vecindad, Johannes Hahn, dijo hoy en su primera visita a Rabat que Marruecos es “un buen alumno en la región”, pero debe “acelerar su ritmo de reformas”.
En su primera visita a un país del sur del Mediterráneo, y justo después de reunirse con el ministro de Exteriores, Salahedín Mezuar, Hahn no ahorró elogios para el país magrebí, que va “bastante por delante de otros países en la región” y que sirve como “ejemplo de lo que puede hacerse”, según dijo en rueda de prensa.
Al tiempo, añadió que se siente “impaciente” por ver “que se acelera el ritmo de las reformas” iniciadas con la Constitución de 2011, votada y promulgada en plena Primavera Árabe y que fue vista entonces como un texto lleno de oportunidades, aunque su desarrollo legislativo está siendo muy lento.
En un tono amable pero firme, Mezuar respondió en la misma rueda de prensa al comisario con dos mensajes: que “la reforma está ligada a un país y a una sociedad (...) según el modelo que hemos elegido”, y que son reformas “que no están hechas para los europeos, sino para los marroquíes”.
En los dos últimos años, Marruecos ha avanzado en la liberalización económica, eliminando progresivamente algunas de las subvenciones generales (y particularmente las de los combustibles de automoción), promulgando una ley de huelga o anunciando cambios en el régimen de pensiones, como elevar la edad de jubilación.
Sin embargo, las reformas en el ámbito político no han seguido el mismo rumbo, estando pendientes la nueva ley de prensa, la reforma de la Justicia, la presencia de la mujer en los ámbitos de poder o la libertad de asociación, por citar las reformas que suelen ser exigidas a Marruecos con más insistencia.