La Universidad Complutense de Madrid se ha dirigido al juez que investiga a Begoña Gómez para insistir en su intención, por ahora fallida, de ejercer la acusación contra la esposa del presidente del Gobierno. En un escrito, el centro ha enviado un informe al magistrado Juan Carlos Peinado explicando que, tras una investigación interna, no ha encontrado ilegalidades en la gestión de la cátedra que lideró Gómez, pero alegando que la empresaria no ha remitido la documentación que solicitó y pidiendo que sea el juez quien investigue. “Las actividades de investigación no permiten alcanzar una conclusión definitiva respecto a la existencia, o no, de perjuicio sobre su patrimonio”, reconoce la Complutense.
En un primer momento, la denuncia con la que Manos Limpias llevó a Begoña Gómez a los tribunales esgrimiendo diversos recortes de prensa no incluía ninguna sospecha sobre su trabajo en la Universidad Complutense. Solo el hecho de que el empresario Carlos Barrabés, cuyas adjudicaciones públicas están siendo investigadas, formó parte del máster de Transformación Social Competitiva.
Barrabés ya declaró como testigo a principios de esta semana, negando cualquier irregularidad en esos contratos públicos y explicando que se reunió varias veces en Moncloa con Gómez, coincidiendo también con Pedro Sánchez. En días anteriores compareció el rector de la Universidad, que también negó irregularidades en la gestión de la esposa del presidente del Gobierno. En paralelo, la UCM pidió sin éxito al juez Peinado formar parte de la acusación, algo que denegó el magistrado el pasado 20 de junio al no constar en la causa ningún perjuicio para las arcas del centro.
La respuesta de la Complutense ha sido un nuevo escrito dirigido al juez en el que piden que investigue por su cuenta y reconsidere su decisión de no aceptar a la universidad como acusación contra Gómez. El documento, de 20 páginas, explica que desde hace un mes investigan si Gómez puso de alguna manera a su nombre o gestionó de manera irregular un software elaborado para la cátedra que dirigía. La UCM explica que, por su cuenta, no ha conseguido encontrar esas ilegalidades, pero pide al juez que sea él quien investigue para pasar por encima de la falta de colaboración de Gómez, a la que pidieron toda la documentación hace un mes.
Su investigación interna, reconoce, “no permite” alcanza una “conclusión definitiva”, achacando esta ausencia de indicios a “la falta de colaboración de determinados intervinientes”. El documento revela que la UCM contactó con Gómez el 11 de junio y que la esposa del presidente del Gobierno contestó un día después, dando acuse de recibo y afirmando que “estoy reuniendo toda la información/documentación que me solicita en cada una de sus cuestiones”. El escrito, firmado 19 días después, denuncia que no ha recibido nada.
El escrito sí recoge la información que la Complutense ha recibido en estas semanas información del Registro de la Propiedad Intelectual, según la cual ni Begoña Gómez ni su empresa tienen registrado ese software a su nombre. Gómez no es la única persona a la que pidió información que, a fecha de presentación del escrito, no había sido remitida: sucede lo mismo con Deloitte y con José Manuel Ruano, codirector de la cátedra que comunicó no disponer de esa documentación.
Este viernes está prevista la declaración de Begoña Gómez en los juzgados de la Plaza de Castilla de Madrid. La esposa del presidente del Gobierno ya fue citada hace algunos días pero el juez suspendió su comparecencia después de reconocer que una de las querellas, la presentada por la asociación ultracatólica HazteOir, no le había sido notificada y no sabía de qué estaba siendo acusada.