A finales del pasado mes de abril la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid reconocía a elDiario.es que en la Dirección General de Patrimonio no tenía conocimiento de la venta de un retrato pintado por Goya a finales del siglo XVIII y que pondrían en marcha una investigación para dar luz al caso. Cultura indicó entonces que lo estudiarían “detenidamente” a raíz de las investigaciones publicadas por este periódico. Medio año después la Fiscalía cree que el marido de Esperanza Aguirre pudo evadir impuestos con la venta del lienzo y el equipo de Marta Rivera de la Cruz en la Consejería reconoce que “no hay ninguna novedad al respecto” y que no tiene nada más que comentar.
Desde abril la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid no ha sido capaz de reunir la información de la obra para iniciar los trámites que terminen considerando la pintura como un bien cultural relevante del Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. Por lo tanto, sigue sin protección ni control de ningún tipo, esté donde esté porque la administración regional desconoce su ubicación y en todos estos meses tampoco la ha determinado.
El retrato de Valentín Belvís de Moncada y Pizarro carece de protección como Bien de Interés Cultural (BIC) y tampoco está reconocido como Bien de Interés Patrimonial. Aguirre era presidenta de la Comunidad de Madrid y ocultó a Patrimonio la venta del cuadro por cinco millones de euros, gracias a los cuales evitó la bancarrota de su familia. El empresario Juan Miguel Villar Mir compró la obra del pintor aragonés y meses después de la adquisición se benefició de la desprotección de dos edificios históricos del conjunto Canalejas que pudo destruir para levantar el eje del lujo.
Una pintura “relevante”
Desde la Comunidad de Madrid alegan que “en muchas ocasiones la solicitud de la incoación como BIC procede del Ministerio de Cultura, tras declarar inexportable la obra” y añaden que en este caso “no se ha declarado inexportable la obra y no se ha recibido una solicitud del Ministerio”. En aquellos meses el responsable de Cultura era José Manuel Rodríguez Uribes y confirmó que no habían reaccionado ante el escándalo, a pesar de que sí se movieron con urgencia en el caso de un supuesto Caravaggio que apareció en una casa de subastas.
La ex dirigente del PP encargó a Sotheby’s la venta del retrato realizado entre 1795 y 1800 y la casa de subastas determinó su precio: ocho millones de euros. Era una pintura “relevante”. Hasta Manuela Mena -máxima experta en Goya de la institución- pasó a ver el cuadro por Sotheby’s y le reconoció a James Macdonald, director de ventas de pintura antigua de la casa, que el Museo Nacional del Prado debería adquirirlo. Macdonald tendrá que declarar como testigo ante la jueza que investiga el reparto de la herencia y la venta del cuadro.
A pesar del alto valor del retrato, la Comunidad de Madrid sigue sin preguntar por su paradero a su dueño y sin declararlo Bien de Interés Cultural (BIC) y proteger el retrato del marqués de Villanueva del Duero, teniente general del Ejército de Carlos IV y grande de España.
En el año 2012, cuando el marido de Esperanza Aguirre comunica la operación de venta al Ministerio de Cultura, el ministro José Ignacio Wert (PP) no reclama a la Comunidad de Madrid la protección BIC del cuadro de la presidenta de la Comunidad. Tres años más tarde, en 2015, cuando el nuevo propietario –Juan Miguel Villar Mir– pide permiso de exportación para que el cuadro viaje hasta Londres, a la exposición de la National Gallery, se concede el pasaporte y en la Junta de Calificación –organismo que determina los permisos– nadie levanta la mano para avisar de que el cuadro no está declarado BIC.
Un cuadro desparecido
Nadie ha garantizado la protección de la pintura que fue bendecida por los especialistas del Prado, reconocida en el catálogo de la exposición de la National Gallery y valorada varias veces por la Junta de Calificación del Ministerio de Cultura a lo largo de tres años. Los expertos consultados por este periódico no comprenden cómo la Administración regional y estatal guarda silencio y no actúa sobre el caso. Una de las vocales de la Junta de Calificación en aquel momento cree que si ese cuadro se hubiera visto en una comisión habría sido declarado inexportable de inmediato.
Según difunde la Comunidad de Madrid, su compromiso “con la protección de nuestro patrimonio cultural parte del firme convencimiento de su papel como elemento clave para el acceso de todos a la cultura”. Desde julio, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha acordado declarar siete nuevos BIC: el Santuario de Nuestra señora de Valverde, en Fuencarral; las iglesias de la Asunción de Nuestra Señora de vuela de las Torres y Robledo de Chavela; el cuadro 'Vista de Madrid con el Palacio Real y el Patio de Armas de construcción', de Antonio Joli; el yacimiento arqueológico de Piedra Escrita, en la localidad de Cenicientos; la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos del siglo XII, en Prádena del Rincón; y la pintura San Jerónimo, atribuida a Luis de Morales, El Divino, inédita hasta 2015.