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Los integrantes de Unidas Podemos pactaron pedir el cara a cara de Sánchez e Iglesias como último intento para la coalición

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en su primera reunión tras el 28A. Dani Gago (PODEMOS)

Aitor Riveiro

Un intento casi a la desesperada. Una última llamada de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez para cerrar un acuerdo que permita la investidura del líder socialista y evite una repetición electoral el próximo 10 de noviembre. El movimiento lo avanzó el secretario general de Podemos en la tribuna del Congreso durante la comparecencia de Pedro Sánchez para informar sobre el Consejo Europeo. El debate estuvo monopolizado por las negociaciones para formar gobierno o, más bien, por la ruptura de estas. Los aliados de la moción de censura mostraron unanimidad para pedir a las partes un último esfuerzo que el presidente en funciones descartó sobre la marcha en su réplica a Iglesias.

La decisión de que el líder de Unidas Podemos haga ese último intento se tomó el  martes por la noche en una reunión de la Mesa Confederal, el órgano de dirección del grupo parlamentario de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común. Los representantes de Podemos, IU, Equo y las confluencias se citaron en el Congreso tras el Pleno y después de que se dieran por rotas las conversaciones con el PSOE. La delegación socialista había lanzado un ultimátum: o el grupo confederal renuncia al Gobierno de coalición o no hay nada más que hablar.

En el seno del grupo que lidera Iglesias no hay fisuras sobre la posición que se adoptará en una hipotética investidura: si el PSOE no atiende al Gobierno de coalición, sus 42 votos no servirán para apoyar a Sánchez. Es la posición mayoritaria de un órgano controlado por Podemos, lo que no significa que no se hayan planteado y debatido otras opciones.

Desde IU se ha planteado desde el principio que lo mejor es lograr un acuerdo programático sin entrar al Gobierno. Es la posición aprobada por sus órganos, así como por los del PCE. Aunque algunos de sus dirigentes no verían con malos ojos entregar gratis el apoyo a Sánchez con tal de evitar elecciones. Ambas organizaciones han aprobado en todo caso que es prioritario mantener la unidad de acción en el Congreso ante el riesgo de que las diferencias tengan efectos negativos en una repetición electoral. O, incluso, que suponga la ruptura del espacio político y de la coalición, añadiendo fragmentación a una ya de por sí recargada oferta electoral.

En esta idea insistió este pasado fin de semana el Comité Central del PCE, el máximo órgano del principal partido de IU. En el informe aprobado por la organización que dirige el también diputado Enrique Santiago se asegura que se trabaja “con el objetivo prioritario de mantener la cohesión en el grupo confederal de Unidas Podemos durante el complejo proceso de conversaciones con el PSOE para intentar alcanzar un acuerdo de Gobierno, posición mayoritaria en la Mesa Confederal de Unidas Podemos”.

El mismo informe, al que ha tenido acceso eldiario.es, constata que el escenario más probable es la repetición electoral “vista la negativa del PSOE a volver al punto en el que se encontraban las conversaciones en los días anteriores a la fallida investidura [en julio] y tras proclamar que no va a aceptar un voto de UP 'gratis”. Una posibilidad, la de apoyar la investidura y pasar a la oposición, que también es rechazada mayoritariamente en Unidas Podemos porque, creen sus dirigentes, daría al PSOE manos libres para pactar con Ciudadanos y con el PP en el Congreso y desentenderse de las propuestas de izquierdas que hizo durante las elecciones.

En este sentido, desde Unidas Podemos se pone el foco en las diferentes declaraciones que ha hecho Pablo Casado en las que negaba su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez aunque se abría a proveer “estabilidad” al futuro Gobierno. Y también en el intercambio de palabras entre Sánchez y Albert Rivera este mismo miércoles en el Congreso sobre sentarse a revisar una hipotética aplicación del artículo 155 en Catalunya una vez que el Gobierno deje de estar en funciones.

La idea de que Pablo Iglesias se involucre personalmente en las negociaciones ya fue planteada por el propio líder de Podemos hace unos días en una entrevista con el canal ruso RT. Allí reveló que Sánchez le propuso en julio negociar entre ambos, pero que él mismo lo rechazó y prefirió dejarlo en manos de los equipos. Una decisión de la que ahora se arrepiente porque no sabe qué hubiera pasado si en lugar del equipo negociador fuese él quien dialogase directamente con Pedro Sánchez.

“No” de Pedro Sánchez

La llamada de Iglesias está abocada al fracaso, según explican desde el PSOE. El propio Pedro Sánchez le indicó a su supuesto socio desde la tribuna del Congreso que no tiene intención de negociar nada con él y que cualquier opción que no pase por un Gobierno de coalición debe plantearse en la mesa de negociación que se dio por muerta el martes. 

En Unidas Podemos insisten en que Sánchez debe ser el que llame a Iglesias y, por eso, dará unas horas al presidente en funciones para que lo haga. En caso contrario, descolgará el teléfono y será el secretario general socialista, creen en la formación, el que quedará como quien renunció a una última opción de entendimiento.

Durante el Pleno de este miércoles no solo Sánchez rechazó la idea. La portavoz socialista, Adriana Lastra, cerraba la puerta con una frase lapidaria: “Esto no es una cuestión de machos alfa”.

El recurso de Iglesias a una cita cara a cara con Sánchez recuerda a la fórmula empleada para cerrar el proyecto de Presupuestos Generales de 2019, que finalmente decayó por el voto en contra de ERC. Una ERC que ahora se ha erigido en máxime defensora de la continuidad del PSOE al frente del Gobierno.

Durante todo el verano de 2018, y parte del otoño, los enviados de PSOE y Unidas Podemos negociaron incansablemente un documento que no conseguían cerrar. Finalmente, fue una reunión a dos entre Sánchez e Iglesias en la Moncloa lo que permitió alcanzar un acuerdo.

Iglesias quiere intentarlo otra vez un año después y el tiempo apremia. Este mismo jueves el jefe del Estado recibirá a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en el Palacio de la Zarzuela. La idea de Felipe VI es convocar a los líderes políticos a principios de la próxima semana y sondear las opciones de Sánchez antes de que el viernes 23 cumpla el plazo legal de la disolución automática de las Cortes. Cualquier acercamiento debe producirse entre este jueves y el domingo.

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