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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Las frases del debate: “el consentimiento de 1822”, “las primarias de la derecha”, “la muñeca rusa” o “los inmigrantes que nos convienen”

El segundo y último debate a cuatro de esta campaña electoral ha sido más bronco que el celebrado ayer en la pública. Sánchez, Casado, Rivera e Iglesias se han enzarzado a cuenta del independentismo catalán, la violencia machista, los impuestos o la corrupción. Aunque también ha habido momentos en los que los bloques se han definido claramente, con capotes de Iglesias a Sánchez, y viceversa. Estás son algunas de las frases más destacadas del debate.

“Para que el PSOE cumpla algunas propuestas que hace va a ser necesario que nosotros estemos en un gobierno”. Pablo Iglesias defendió algunas propuestas del partido socialista aunque advirtió que su presencia en un futuro ejecutivo sería necesaria para que se cumplieran todas ellas y enumeró algunos incumplimientos: derogar la reforma laboral, prohibir las amnistias fiscales o acabar con el concordato con la Santa Sede. “Ojalá podamos ponernos de acuerdo para que los bancos, las grandes empresas, Cabify o Uber paguen impuestos en España”, dijo. “Estamos dispuestos a formar gobierno con el PSOE, lo que no sabemos es porque el PSOE no niega un acuerdo con Cs”.

“¿Qué estamos con las primarias de la derecha a ver quién dice la mayor barbaridad y la mayor mentira?”. Sánchez pronunció esta frase en medio de una disputa por la fiscalidad ante las propuestas de PP y Cs. El primero afirmó que con sus propuestas “bajaremos los impuestos 700 euros al años; lo que proponían Sánchez e Iglesias era subir 1000 al años”. El segundo defendía eliminar el impuesto de sucesiones, al que llamó “impuesto de la muerte”, y bajar el IRPF y el IVA, mientras acusó a Casado de haber votado a favor de subirlos, aunque ahora defienda bajar el primero. “Somos el único partido liberal de este debate, y los liberales creemos que el mejor lugar para guardar el dinero es el bolsillo de los ciudadanos”, sentenció Rivera. Iglesias defendió que Unidas Podemos son el único que partido que plantea “que los bancos tienen que devolver los 60.000 millones de euros” del rescate bancario.

“La corrupción es una forma de gobierno que a veces es legal y a veces, no”. Con está fórmula introdujo Iglesias su posición sobre las puertas giratorias y los fichajes de exministros y expresidentes por las eléctricas, que “es legal, pero es corrupción”, y “fabricar pruebas falsas para evitar que formáramos un gobierno”. Además, ha vuelto a defender su propuesta de una unidad anticorrupción independiente del ministerio del Interior. Sánchez cedió el siguiente turno de palabra a Rivera. “De esto de cloacas mejor no hablemos”, le espetó Iglesias. Mientras, Rivera le preguntó al líder del PSOE si dimitiría si Cháves y Griñán eran condenados por el caso de los EREs. No contestó.

“Los inmigrantes nos convienen para pagar las pensiones”. Rivera se pronunciaba en estos términos cuando se abordó el tema de la inmigración. El candidato de Ciudadanos ha considerado que “el mayor aliado de la xenofobia es el buenísmo” por lo que ha abogado por regular la inmigración “abiertamente”, sobre todo para las personas de los países latinoamericanos que llegan con permiso de trabajo. “La inmigración ya está regulada”, le interrumpió Iglesias, que reclamó un pacto de Estado que cumpla la legislación internacional. Por su parte, Sánchez fió las devoluciones en caliente a lo que decida el Tribunal de Estrasburgo y defendió un plan para ir “paulatinamente sustituyendo las concertinas por mecanismos de seguridad más avanzados y menos lesivos” y “reforzar el control de las fronteras” y “de las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. Por su parte, Casado afirmó que había un “173% más de llegada de inmigrantes irregulares desde que gobierna Sánchez”, a quien echó en cara la trata de seres humanos por parte de las mafias, propuso “una política de defensa de la Guardia Civil y la Policía Nacional”.

“Sánchez se ha convertido en una muñeca rusa, dentro de él están Podemos, ERC, Junts per Catalunya y Bildu”, comparó Casado. “De hecho, hoy Arnaldo Otegi ha dicho que va a dar su apoyo a Sánchez. Tendrá que tener cuidado, porque una persona que es experta en secuestrar, también sabe pedir rescates”, le advirtió. “Otegi ha ofrecido un millón de votos para apoyar a Sánchez. Sánchez es el candidato del terrorista Otegi”, volvió a aludir Rivera, mientras de fondo se escuchaba al socialista murmurar “qué vergüenza”. Le defendió Iglesias: “Es verdad que a veces dice una cosa y a veces dice otra, pero creo que las barbaridades que decís no son sensatas”.

“Falso es falso, no es no y nunca es nunca”. Casado y Rivera repitieron el argumento de que Sánchez había pactado con los independentistas para atacar a Sánchez, que respondió con estas palabras. “Las mentiras vuelan entre el señor Casado y Rivera y son indistintas, cada vez se parecen más y cada vez se parecen más a la ultraderecha”, dijo el candidato socialista, que añadió: “Yo nunca he pactado con los independentistas. Es mentira, es falso, es falso y, por tanto, usted (a Rivera) podrá repetir mil veces una mentira: falso es falso, no es no y nunca es nunca”. En la misma línea, e increpado de nuevo por el mismo asunto, añadió que “la moción de censura se produjo por la corrupción del PP” y “las elecciones anticipadas porque el independentismo votó con PP y Cs contra unos presupuestos que pactamos con Unidas Podemos”.

“El consentimiento tiene que ser explicito y además esto figura desde 1822”. Casado se remontó así a una ley de hace casi 200 años para justificar que el consentimiento para mantener relaciones sexuales ya está contemplado en la legislación española. En el Código Penal de aquel año se hace referencia al consentimiento en tres ocasiones, pero ninguna para hablar de delitos contra la libertad sexual. Fue el de la violencia machista y las agresiones sexuales otro tema bronco. Sánchez recordó la lista negra de trabajadoras de violencia de género; Rivera le acusó de jugar “con el dolor de las mujeres” y afirmó que “cuando maltratan a una mujer, no es una mujer del PP, de Cs o del PSOE, es una mujer española”; y Casado se defendió dirigiendose a Sánchez: “A mi usted no me levanta ni la cara ni el dedo. No le voy a tolerar que me señale con un tema de la violencia de género”. Iglesias, que afirmó sentir “mucha vergüenza por como está discurriendo este debate”, defendió “cambiar el código penal para que solo sí sea sí” y facilitar una alternativa habitacional y una renta mínima durante seis meses prorrogables a quien denuncie violencia de género.

“El dolor y la caridad no entienden de ideologías”, dijo Rivera para defender una ley de muerte digna y una ley de eutanasia. Un punto en el que coincidió con Sánchez e Iglesias, pero que tampoco escapó de la controversia. “La ha obstaculizado hasta en 19 ocasiones”, le recriminó el líder del PSOE sobre la ley de eutanasia. “El resto de partidos no nos apoyaron”, continuó Iglesias sobre la norma que presentaron, aunque destacó que “en privado todos estaríamos de acuerdo. En una situación así (en referencia al caso de María José Carrasco) a todos nos gustaría que nos ayudaran a morir o poder ayudar a morir a un familiar”. “Lo que es impresentable es que esta mujer estuviera años esperando una prestación por dependencia”, intervino Casado, que acusó a sus contrincantes de utilizar “cuestiones morales para rascar unos cuantos votos”. “Fue el Estado, cuando gobernaba el PP, quien recortó las ayudas a la dependencia”, le recordó Sánchez.

“Si salen de noche, que nadie les ocupe su vivienda”. Albert Rivera desvió el debate sobre el derecho a la vivienda y el alquiler hacía la ocupación porque “no puede ser que esté proliferando”, dijo. “Yo quiero que en este país, si ustedes tienen una casa, estén tranquilos si se van de vacaciones, si salen de noche, que nadie les ocupe su vivienda”, dijo. “Si la gente tiene propiedades, si lo que hacemos es lo que propone Iglesias, que es expropiarles sus pisos, no vamos a conseguir nada”, añadió. “Nuestra política de vivienda no e suna revolución”, se defendió el de Podemos, que abogó por bajar los precios del alquiler, que ninguna familia tenga que pagar más del 30% de su renta y que quien tenga más de diez viviendas las tenga que sacar al mercado.