La examante del rey Corinna Larsen y el polémico excomisario José Manuel Villarejo, hoy en prisión acusado de dirigir una organización criminal mientras estaba en activo, generaron durante meses una estrecha relación donde la mujer le iba contando algunos de los secretos de la corona que su interlocutor grababa para engrosar su inacabable archivo sonoro, que incluye conversaciones con otros comisarios, directivos del IBEX 35 y diferentes personalidades políticas.
En esas citas se abordaba un tema recurrente: los presuntos movimientos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) contra la que había sido pareja del monarca. En una de esas conversaciones en las que la comisionista alemana describe supuestas maniobras de los servicios secretos y del entorno del rey contra ella, asegura a Villarejo que tiene constancia de que a Juan Carlos lo han estado medicando con hormonas femeninas “para quitarle la fuerza”. “Le han quitado todo, ni podía estar con una mujer ni nada [...] Y claro, se ha puesto en una depresión horrible, y después, pues mejor, mejor manipular la persona”, cuenta en un momento dado Corinna al comisario, a quien explica que no se trata de una mera suposición suya sino que estas prácticas las ha detectado un médico francés.
La empresaria alemana sostiene además en esa misma charla que al rey le han estado proporcionando una cantidad excesiva de somníferos desde que fue operado del tumor en 2011 –cuando aún ejercía la Jefatura del Estado que no dejó hasta su abdicación en 2014– pero no atribuye a nadie en concreto esas prácticas, aunque en varias ocasiones se refiere a que era el entorno de Juan Carlos I el que lo quería tener controlado. Dentro de ese círculo, que sí acota, alude a la familia Fanjul, unos empresarios cubanos de ascendencia española con muy buena relación con el monarca, y a Félix Sanz Roldán, exdirector del CNI, a quien sitúa constantemente detrás de las acciones para que Juan Carlos y ella rompieran su relación en un momento en el que el rey emérito habría comunicado a algunos de sus íntimos su intención de separarse para emprender una nueva vida con su amante tras la abdicación.
La conversación, como otras en que Larsen aludió a la fortuna en Suiza y que se demostraron ciertas, fue grabada por Villarejo y está transcrita en un informe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía al que ha tenido acceso elDiario.es. Los agentes fechan la cita en 2016, sin especificar ni el mes ni el día. El documento policial se remató el 14 de septiembre de 2020 y fue entregado al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, que investigaba en esa pieza del caso Villarejo si Corinna Larsen había contratado al expolicía para espiar a una empleada de su servicio y comprobar si colaboraba con los servicios secretos españoles para pasarles información. La pieza ha sido archivada por falta de indicios de que ese encargo se materializase.
El encuentro con Villarejo –que se celebra un día por determinar de 2016– ocurre en Londres, residencia habitual de Corinna Larsen. Y como en anteriores reuniones grabadas se abordan las presuntas maniobras del CNI contra la expareja del rey para alejarlo de su amante. La tesis de los dos interlocutores, Larsen y el polémico comisario que acude como siempre con su grabadora, es que los servicios secretos españoles han estado demasiado preocupados por proteger a Juan Carlos I y en esa tarea han puesto el foco en la propia Corinna como supuesto origen de todos los males del monarca. Lo que sigue es un primer extracto de la conversación que figura en el informe policial, al que ha tenido acceso elDiario.es.
Corinna: Son como una banda de ¿sabes? de, de, de delincuentes. Porque hacen cosas que son…
Villarejo: ¡De torpes! Sobre todo... bueno, ten en cuenta que, digamos que los países, por sus intereses pueden hacer cuestiones, pero ellos el problema es que ellos han estado demasiado tiempo solamente preocupados de, de “El Señor”, digamos ¿no?
Corinna: Sí
Villarejo: Y, los intereses de España los han confundido con los intereses del Señor…
Corinna: Sí
Villarejo: ... y ese es el error (hablan a la vez) ese es el grave error.
Corinna: El grave error. El otro error es, es, han pensado durante mucho tiempo de ponerme a mí la X…
Villarejo: Culpable, sí.
Corinna lamenta en ese tramo de la charla que en España se le esté señalando a ella como la razón por la que el rey ha llevado a cabo un sinfín de comportamientos irregulares.
“¿Has visto ahora? Se comporta de la misma manera, continúa exactamente igual como los últimos cuarenta años, es que no tiene nada que ver con ninguna mujer…”, le dice a Villarejo para hacer ver que nada ha cambiado en el rey emérito desde que se rompió su relación.
“Es su manera de actuar, porque, bueno, vino en un momento muy importante de la vida española y se aprovechó, yo creo, que demasiado”, contesta el excomisario.
Villarejo insiste en que determinadas prácticas del rey tienen que ver con “la impunidad que le han dado las leyes”; Corinna apunta que en todo caso las actitudes de Juan Carlos I no pueden atribuirse a que tenga una mujer u otra a su lado —“Ni la una ni la otra, ni la tercera, ni la última, ni la primera (se ríe)”— y pone como ejemplo los viajes “con los Fanjul”, en referencia a la familia de millonarios de origen cubano asentados en República Dominicana. Pepe Fanjul es uno de los mejores amigos de Juan Carlos I.
En ese punto de la charla, grabada hace cuatro años, Villarejo asegura que el emérito todavía tiene una “cierta tensión emocional” con Corinna, y que hace comentarios sobre ella cuando “se deprime”, algo que, según el excomisario, le ocurre “con mucha frecuencia”. Él asegura que cae en ese estado a pesar de los intentos por animarle de los Fanjul y del entonces director del CNI, Féliz Sanz Roldán, al que se refieren como 'El Troll'.
Lo que sigue es otro extracto del informe policial en poder del juez que resume la conversación.
Villarejo: ... y por muchas jovencitas que le traigan los Fanjul y tal y cual, no solamente no puede hacer nada, sino que además, bueno, además el Troll [el comisario se refiere así al exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán] lo lleva con periodistas jovencitas y tal…
Corinna: No funciona…
Villarejo: Y, y las periodistas luego...algunas son famosas, luego, luego hacen comentarios jocosos ¿no? Porque dicen “pero que hacen estos dos viejos y tal, con un traje tirándome los tejos...” “Ay qué guapa eres, no sé qué...” por favor...claro, una, una chica con treinta años y unos señores [hablan a la vez].
Corinna: [Ininteligible] Un poco de dignidad.
Ambos hablan sin rodeos de la relación del rey y Corinna, y ésta comenta que a pesar de que hubo un tiempo en que siempre estuvo a su lado, llegó un día en que ella se vio obligada a apartarse: “Ha llegado un momento que han hecho juegos tan sucios que yo tenía que salir del juego porque yo no controlaba nada”.
Larsen menciona en ese punto supuestas maniobras de Sanz Roldán y del entorno del rey, en el que se cita expresamente a la familia Fanjul, para tener “controlado” al emérito. De los empresarios cubanos dice que lo manipulan, y lo utilizan para “enseñarlo” en distintos foros y presumir de que Juan Carlos I es su amigo. Se valen, dice, de que está “confundido”. Es ahí cuando Corinna asegura que al rey lo estaban medicando en exceso, dándole muchos somníferos, y que eso empezó en 2011, cuando todavía ejercía como jefe de Estado y se le operó de un tumor.
Pero Corinna no solo alude a un exceso de somníferos. También cuenta a Villarejo que al rey le han estado proporcionando hormonas femeninas, algo que según ella ha comprobado un médico francés que también trató al expresidente de Francia Jacques Chirac. La examante del rey afirma que en Francia se ha analizado la medicación de Juan Carlos y se ha detectado que le han “puesto un montón de hormonas femeninas para quitarle la fuerza”. “Para quitarle testosterona y todo eso”. “Le han quitado todo, ni podía estar con una mujer ni nada, le han puesto el cierro [así lo transcribe el informe policial, aunque fuentes que han escuchado la grabación sostienen que en realidad Larsen dice 'le han puesto a cero'] ¿no? Y claro, se ha puesto en una depresión horrible, y después, pues mejor, mejor manipular la persona ¿no?”, comenta a continuación la expareja del rey.
Villarejo: Muy maquiavélico y...
Corinna: ...muy sucio...
Villarejo: ...y muy miserable.
Corinna: ...muy, muy...
Villarejo: Totalmente de acuerdo.
Corinna: ...muy horrible...A mí, a mí me da mucha pena porque él no merece...
Villarejo: Totalmente.
Corinna: ...esto, él no lo merece. Es, ha sido, vamos, una falta de respeto, una falta de humanidad, en mi opinión, total.
Villarejo: Total.
Corinna: Han visto su oportunidad de hacerlo y lo han hecho.
Villarejo: Sí, porque para ellos es más importante el control, el poder, el manejar que la verdadera salud mental y física de su Rey, es alucinante pero son así (hablan a la vez) ese tipo de personaje…
Villarejo y Corinna no llegan a atribuir esas maniobras a una persona con nombre y apellidos, pero hablan de “una armada de gente”, que rodea al rey emérito, a la que acusan de haber filtrado el incidente en Botswana para romper la relación de la aristócrata alemana con Juan Carlos I. No implican directamente a nadie, pero a continuación ambos expresan su deseo de que se destituya a Sanz Roldán al frente del CNI. “Es un peligro para mucha gente”, concluye Corinna. Este medio se ha puesto en contacto con el CNI, que ha declinado hacer comentarios.
Corinna y Villarejo sospechaban de una empleada de la empresaria
El informe de Asuntos Internos que extracta esa conversación forma parte de la línea de investigación abierta en la Audiencia Nacional sobre los supuestos encargos que Larsen hizo a Villarejo, en prisión provisional desde hace tres años por graves delitos. El juez acordó el pasado 28 de octubre el archivo de esta pieza separada dentro del caso Villarejo —denominada Carol, por el nombre con el que el policía se refería a Larsen en sus archivos— al no encontrar “elementos suficientes que permitan sostener la comisión de delitos de cohecho ni de descubrimiento de secretos”.
La investigación, que se archivó una primera vez en 2018, fue reabierta el pasado verano después de que aparecieran unas nuevas grabaciones que apuntaban a un supuesto encargo de Larsen para que investigara a una mujer llamada Noelia M., una empleada de “mucha confianza” de la que sospechaba que estaba filtrando datos suyos de índole privada al CNI.
Según las conversaciones recogidas en este informe, el comisario se ofrece a investigar a esta mujer y a “chequear” su teléfono y le dice que tiene un equipo a su “disposición”. Aunque en las conversaciones analizadas Larsen no hace al policía ninguna propuesta formal de colaboración y tampoco hablan de contraprestaciones económicas, sí le facilita datos personales de su empleada, como su lugar y fecha de nacimiento, su número de teléfono, su dirección de email e incluso información sobre su situación sentimental. En ese momento esta mujer tenía una relación con un hombre de Bangladesh, algo que los dos interlocutores califican de “muy extraño”.
En varios momentos de la charla, el comisario intenta hacer ver a Larsen que su asistenta estaría colaborando con el CNI. “La han captado, no hay duda”, llega a decir, e incluso le pide que la use “para desinformar”. “Tienes una línea directa en vena, es lo que se llama chute en vena. Te ahorras buscar la fórmula de cómo mandar mensajes equivocados”, le dice el comisario. “Exacto, exacto”, responde la examante de Juan Carlos, si bien no parece estar del todo convencida y dice que lo que va a hacer es “limitarle el acceso a todo” durante un tiempo, pero sin que ella se de cuenta porque fue la niñera de su hijo y éste tiene una gran vinculación emocional con ella.
El informe policial, que concluye que “no se ha localizado entre la documentación intervenida información o datos que confirmen que dicho encargo haya sido ejecutado”, fue utilizado por las defensas de Larsen y Villarejo para pedir el archivo de esta causa. También la Fiscalía Anticorrupción solicitó el cierre de esta investigación por falta de indicios de que el comisario llegara a realizar el encargo.
El informe de Asuntos Internos, que también recoge anotaciones manuscritas del comisario sobre sus citas con la empresaria, confirma que en los ficheros policiales no se realizaron consultas relativas a la empleada de Larsen entre el 7 de octubre de 2016 y el 3 de noviembre de 2017 y que únicamente se registró en el fichero ADDNIFIL —desde el que se gestionan los DNI— una consulta por parte de una persona que no pertenece a la Policía. Estos elementos llevaron al juez a “descartar cualquier acción encaminada a la obtención ilícita de información”, indica en el auto en el que decreta el archivo.
El primer encuentro, en 2015 junto al expresidente de Telefónica
La relación entre Villarejo y la examante del emérito se remonta a junio de 2015, cuando el comisario viajó por primera vez a Londres a entrevistarse con ella en presencia de Juan Villalonga, expresidente de Telefónica y amigo de ambos. La examante del rey asegura que buscaba ayuda y que el policía le mostró un supuesto “informe interno del CNI” sobre el plan para acusarla. El viaje se produjo cuando Villarejo todavía estaba destinado en la Dirección Adjunta Operativa de la Policía y habían comenzado a emerger las informaciones sobre sus negocios paralelos y su implicación en tramas delictivas.
Larsen siempre ha defendido la existencia de una operación del servicio secreto español para que rompiera su relación con el monarca, donde asegura que la consideran una “amenaza” por los “secretos de Estado” que conoce por la relación que mantuvieron durante años. De hecho, en abril de 2019 registró un acta notarial en la que describe y aporta documentación sobre las presiones que habría recibido de Sanz Roldán con conocimiento y autorización de Juan Carlos I. “El Rey Emérito también me dijo que General Roldán estaba coordinando la operación. La participación combinada de antiguos mercenarios en una operación coordinada por el jefe del servicio secreto me puso muy nerviosa”, recoge ese documento.
El episodio central de su denuncia es un supuesto asalto a su casa y su despacho profesional en Mónaco por parte de una empresa de seguridad mientras ella estaba de viaje. El argumento que recibió la mujer de parte de su expareja y del propio Sanz Roldán, según cuenta, es que querían garantizar su seguridad. Pero ella cree que se trató de una operación encubierta orquestada por el CNI. “El verdadero propósito, como se hizo evidente más tarde, era utilizar a la empresa de seguridad de Mónaco como tapadera para que el equipo de inteligencia española pudiera acceder a mi hogar y oficina y llevarse los documentos y otras pruebas”.
En mayo de 2012, el rey emérito habría adelantado a Corinna Larsen que el director del CNI viajaría a Londres a reunirse con ella, como así ocurrió el 5 de ese mes. La empresaria entendió aquel encuentro de una hora en el hotel The Connaught como una amenaza. El general le dijo que para garantizar su seguridad y la de sus hijos debería seguir sus instrucciones, incluida la de no hablar con la prensa, siempre según la versión de Larsen, que ha amenazado con llevar a Juan Carlos I y Sanz Roldán ante la Justicia londinense por amenazas. Este verano, en una entrevista en la BBC, dejó caer que tendría mensajes del emérito que probarían que conoció el supuesto asalto a su casa de Mónaco aunque el monarca lo justificó en que era para protegerla de los paparazzi.
A Larsen y Villarejo les une su enconado enfrentamiento con el CNI. El comisario responsabiliza de su caída en desgracia a Sanz Roldán, al que retrata como un tipo “pernicioso, acomplejado, mezquino” que tiene a ambos entre sus “obsesiones”. “Es muy mezquino”, responde la empresaria, ante la que Villarejo intenta mostrarse como protector en la misma conversación. “Lo estarás sufriendo probablemente cada vez menos, porque, insisto, el troll, no es miedo, a mí me tiene pánico, no sé por qué. Y él piensa que yo te estoy protegiendo, que estoy esperando que vuelvan a cometer un error para detenerlos en el extranjero”, dice el policía.
Pero la animadversión al jefe de los espías no es lo único que une a ambos interlocutores. Las conversaciones recogidas en el informe policial también revelan la buena sintonía que existe entre ambos en el plano de los negocios. Villarejo, que se define a sí mismo como “buen estratega” por haber trabajado muchos años en “temas de inteligencia” y presume de estar “haciendo cosas” con varios lobbies “vinculados a los Clinton”, insiste en que Larsen le recomiende a sus amigos. “Tú les dices: mis compliance son el grupo CENYT, de Torre Picasso, planta nueve”.
En esa oficina situada en el centro financiero de Madrid, el comisario creó una estructura societaria con la que ganó cientos de miles de euros ofreciendo a sus clientes —entre ellos empresas del Ibex y bancos— campañas de intoxiación contra terceros, sabotaje o blanqueo de capitales mientras era un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía destinado en el corazón de la seguridad del Estado. Desde noviembre de 2017, está en prisión acusado de dirigir una organización criminal.