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La debacle de Por Andalucía reaviva los reproches entre Podemos e IU

Iñigo Aduriz

20 de junio de 2022 22:39 h

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Podemos e IU trataron de aparcar durante la campaña andaluza la tormenta que se generó durante la creación de Por Andalucía, la coalición que comparten, además, con Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz. Pero el cruce de reproches se reavivó desde la misma noche electoral de este domingo. Todo ello después de que la candidatura encabezada por Inmaculada Nieto obtuviera tan solo cinco escaños y el 7,68% de los votos, lejos de las expectativas de la coalición, que confiaba en lograr representación al menos en cada una de las ocho provincias andaluzas.

Las fuerzas a la izquierda del PSOE pagaron además en las urnas su división en dos candidaturas. Por Andalucía competía directamente con Adelante Andalucía, la fuerza encabezada por Teresa Rodríguez. Se trata de una formación que surgió tras la expulsión de esta última del grupo parlamentario que llevaba ese mismo nombre, Adelante Andalucía, que fue la marca con la que concurrieron en 2018 Podemos, IU y también la corriente Anticapitalistas, liderada en Andalucía por Rodríguez. Tras una pugna en los tribunales, ella consiguió quedarse con esa denominación, decidió presentarse en solitario y forzó a Unidas Podemos a crear Por Andalucía tras una negociación a la que se sumaron el resto de formaciones.

Este lunes, Nieto culpó a Rodríguez de la debacle, en una entrevista en RNE, al señalar que su decisión de concurrir en solitario “ha tenido una consecuencia electoral evidente”.

En 2018, la coalición unitaria obtuvo el 16,19% de los votos y 17 escaños. Yendo por separado, la suma de Por Andalucía y Adelante Andalucía se quedó este domingo, sin embargo, con el 12,31% de los apoyos, un 24% menos que hace cuatro años. Sin embargo, la traducción de esos votos en escaños represento una pérdida mucho más grave. La suma de las dos candidaturas obtuvo solo siete escaños, un 59% menos que cuando concurrieron juntas.

La confusión que generó en el electorado de izquierdas la división en dos candidaturas ha sido una de las razones de la debacle, según la dirección de Podemos. El equipo que lidera la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, lamenta que los votantes no tuvieran claro cuál era la papeleta en la que concurría Podemos, algo de lo que responsabiliza directamente a IU. Esta última fuerza, por su parte, reprocha a Podemos que no se pudiera presentar la coalición en tiempo y forma.

“Impotencia” en la dirección de Podemos

En el origen del conflicto está el convulso proceso de negociación de la creación de Por Andalucía, que ya estuvo marcada por los reproches entre Podemos e IU sobre todo por el error y las consecuencias económicas –principalmente, de acceso a subvenciones– que supusieron que finalmente la alianza encabezada por Inma Nieto se registrara sin el nombre de Podemos cuando apenas quedaban tres minutos para que concluyera el plazo para presentar coaliciones. Esto hizo que el nombre del partido de Belarra no pudiera aparecer en la papeleta de Por Andalucía y fue algo de lo que se culparon mutuamente los dos partidos.

IU es la fuerza del espacio con una mayor implantación territorial en Andalucía y, poniendo en valor esa supremacía, fue la que se encargó de organizar la campaña electoral y la que, con el apoyo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, impuso a su candidata frente al de Podemos, el diputado Juan Antonio Delgado, que fue quien ganó las primarias del partido en la comunidad.

La principal reflexión que se realiza por parte del equipo de Belarra es que la gente no sabía que Podemos se presentaba en Por Andalucía. Y el sentimiento generalizado en la dirección de Podemos es de “impotencia”, al considerar que IU no les ha dejado participar en la campaña pese a su experiencia y sus medios que, a nivel estatal, son mayores que los del partido encabezado por el ministro de Consumo, Alberto Garzón.

La dirección de Belarra lamenta que se impidiera trabajar en la campaña a su equipo de audiovisuales –que hubiera permitido, por ejemplo, emitir más mítines por streaming–, o que por parte de IU no se dejara participar a la dirigente más visible del partido, la ministra de Igualdad, Irene Montero, hasta el día antes de la jornada de reflexión.

El cese de Amanda Meyer

En realidad, pese a la imagen de unidad que intentó trasladarse –Ione Belarra y Alberto Garzón compartieron escenario con Yolanda Díaz, que también coincidió en un mitin con Íñigo Errejón, líder de Más País–, durante la campaña siguieron los roces entre Podemos e IU. A petición de Montero, el Consejo de Ministros aprobó el primer martes de la campaña, el 7 de junio, el cese de Amanda Meyer como directora de gabinete de la ministra de Igualdad. Desde el departamento que encabeza Montero remarcaron que se trató de un “cambio de etapa” en cuanto a la dirección de gabinete para el último año y medio de legislatura, tras la aprobación de la Ley de Libertad Sexual en el Congreso, la conocida como ley del 'solo sí es sí'.

Pero dirigentes del espacio confederal al margen de Podemos consideraron que el cese de Meyer, andaluza y miembro de la Ejecutiva de IU, se debió a una suerte de “ajuste de cuentas” por parte del partido de Belarra, por lo ocurrido en Andalucía. E IU considera ahora que Podemos trata de responsabilizar al equipo de Inma Nieto de la debacle de una coalición en la que nunca creyó.

En este clima, Podemos decidió este lunes no ofrecer su rueda de prensa semanal, en este caso para valorar los resultados en Andalucía. La razón por la que no se produjo esa comparecencia es, según el equipo de Belarra, que fue IU quien “coordinó” y “lideró” la campaña, por lo que Podemos consideró que debía ser ese partido el que tenía que dar explicaciones de la debacle. La teoría es que si IU fue quien encabezó la campaña era también IU quien debía pagar las consecuencias de sus errores. 

La encargada de dar las explicaciones menos de 24 horas después de los comicios fue así la portavoz federal de IU, Sira Rego, que reconoció “que el resultado no ha sido bueno, ha sido malo sin paliativos”. “No hemos sido capaces de romper el marco de la campaña y situar a la izquierda con opciones de gobierno”, sostuvo, en rueda de prensa. Pero Rego también atribuyó la debacle al “incidentado” proceso de creación de la marca. Todo ello, añadió la dirigente de IU, “no ha ayudado”, como tampoco lo ha hecho “la división” de la izquierda.

El proyecto de Yolanda Díaz

Tanto IU como Podemos tratan en todo caso de desligar a Yolanda Díaz de lo sucedido en Andalucía. La vicepresidenta es la candidata de los dos partidos para las próximas generales, aunque ella aún no ha decidido si dará el paso para presentarse. De momento Díaz pondrá en marcha 'Sumar', su proceso de escucha, el 8 de julio en Madrid, con la intención de, a diferencia de lo ocurrido en Andalucía, relegar a las fuerzas políticas a un segundo plano para dar “todo el protagonismo” a la ciudadanía y a los movimientos sociales.

El entorno de la vicepresidenta trata de desmarcar el mal resultado de la coalición, este domingo, del futuro proyecto político de la vicepresidenta y se remite a la hemeroteca de las últimas semanas, cuando la propia Díaz insistió en que Por Andalucía no tenía nada que ver con su iniciativa, pese a haberse involucrado personalmente en la campaña andaluza acudiendo a tres mítines que fueron los más multitudinarios de la coalición.

IU considera que lo ocurrido en Andalucía “refuerza la idea de la importancia de la unidad de la izquierda”. La debacle, apuntó Rego este lunes, no solo no perjudica al proceso de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sino que lo hace “más necesario que nunca”, al considerar que estamos “en un ciclo político diferente que requiere un proceso de unidad nítido de la izquierda” que debe “incorporar a más sectores”. “Lo que se refuerza es que el proyecto de Yolanda es más necesaria que nunca”, insistió

Para Podemos, que mantiene intacto su apoyo a la vicepresidenta, la derrota en Andalucía sí debe hacer pensar a Díaz, sobre todo, respecto al papel que va a dar al partido en su proyecto. La dirección de Belarra considera que no se puede repetir un escenario en el que se oculte su marca.

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