El durísimo golpe que ha supuesto para el Partido Popular la derrota en las elecciones catalanas del domingo, en las que ha registrado el peor resultado de su historia, ha abierto una nueva crisis interna en la formación conservadora que amenaza con resquebrajar el liderazgo de Pablo Casado dos años y medio después de su triunfo en las primarias para elegir al sucesor de Mariano Rajoy. Los números de Catalunya son una hecatombe: el PP se mantiene como la última fuerza política del Parlament con tres escaños, uno menos que los cuatro que logró en 2017. De los 30 diputados que ha perdido Ciudadanos, los populares no recogen ninguno y, además, se ha consumado el sorpaso de Vox por primera vez desde que la extrema derecha compite con el PP en las urnas: el partido de Abascal triplica en escaños al de Casado y entra en el Parlament con 11 representantes.
Sectores de las dos corrientes en liza desde hace años en el PP, el más moderado, heredero del mandato de Mariano Rajoy, y el ala radical, que apoya contemporizar con el partido de Santiago Abascal, cargan ahora contra la estrategia mantenida por Casado en los últimos meses y, en especial, durante la campaña catalana en la que el líder del PP se involucró personalmente, con actos y entrevistas diarias.
En este contexto se celebra este martes en Madrid el Comité Ejecutivo Nacional de los populares que reúne a la dirección de Casado con los barones autonómicos, que previsiblemente pedirán explicaciones a su máximo jefe por una nueva derrota en las urnas, la enésima desde la dimisión de Rajoy, en 2018. Será 100% telemático, por lo que no se producirán las habituales declaraciones de los dirigentes territoriales a la entrada de Génova, facilitando así que llegue el mensaje oficial de Casado, cuya intervención será en abierto para los medios.
Los sectores más derechistas reprochan al líder popular el giro al centro que emprendió el pasado verano con el objetivo de ensanchar el electorado del PP y que se escenificó con el cese de Cayetana Álvarez de Toledo de su puesto como portavoz en el Congreso de los Diputados. Los dirigentes más moderados mantienen en cambio sus críticas al jefe de filas por su falta de contundencia contra Vox durante sus primeros meses al frente del partido, que legitimaron e hicieron crecer a la extrema derecha. Creen que esa condescendencia con los de Abascal y sus pactos para gobernar en autonomías y ayuntamientos pueden estar en el origen de la huida de sus votantes al partido de Abascal en Catalunya. A todo ello añaden ahora su malestar con el hecho de que la semana pasada Casado tratara de marcar distancias con la política del último Gobierno de Rajoy en Catalunya para intentar salvar la campaña catalana.
En su afán por romper amarras con su pasado –gran parte de la campaña de Casado estuvo centrada en tratar de desligarse de la gestión de sus dos predecesores y a la vez mentores, Rajoy y José María Aznar, al frente del partido, en medio de las acusaciones de corrupción lanzadas contra los dos por Luis Bárcenas–, el líder del PP aseguró que no estuvo de acuerdo con la gestión realizada por su entonces jefe en el referéndum independentista del 1 de octubre de 2017. “Se tenía que haber evitado”, dijo Casado el pasado martes, en una entrevista en RAC1, refiriéndose al plebiscito declarado ilegal por los tribunales, pero también a las polémicas cargas policiales ordenadas por el Ejecutivo de Rajoy para evitar las votaciones. Casado dijo que no le habían gustado, pese a que en ese momento él era el vicesecretario de Comunicación del PP y, por tanto, uno de los principales portavoces de la dirección del propio Rajoy. Entonces, Casado le dio todo su respaldo al Gobierno por su gestión en Catalunya.
Feijóo pide a Génova 13 una “reflexión profunda”
A las pocas horas de consumarse el desastre en Catalunya, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, al que se considera el contrapeso interno de Casado –es el único líder autonómico del PP que gobierna con mayoría absoluta y lo hace tras reforzarla por cuarta vez consecutiva, el pasado julio– y al que se identifica con un perfil más moderado, se distanciaba de la nueva postura del máximo líder nacional de su partido sobre el 1-O. “Está claro que, ante un ataque al Estado, el Estado tiene que defenderse. La obligación del Estado es defenderse y defender la legalidad, que fue lo que se hizo en Catalunya ese domingo”, dijo él el miércoles, cuando solo quedaban cuatro días para las elecciones catalanas en las que se confirmaron los peores augurios para el PP.
Tras la aciaga jornada electoral, este lunes Feijóo reclamaba a su partido una “reflexión profunda” sobre lo sucedido en Catalunya, que ha calificado de “descalabro”. Sin querer dar un apoyo explícito al líder nacional del PP, para el presidente gallego Casado “es tan responsable del descalabro en Catalunya como lo fue Pedro Sánchez del descalabro del PSOE en las elecciones gallegas”, por lo que ha considerado necesario separar las distintas convocatorias electorales. “Son elecciones diferentes”, dijo Feijóo, en relación al ámbito estatal y el catalán, “no extrapolables”, por lo que la responsabilidad de Casado debe ser “medida y distante”, informa Daniel Salgado.
“Lo principal es analizar qué hizo el partido que es capaz de ganar elecciones como en Galicia para no tener el resultado que confiaba en tener”, aseguró, por su parte, en rueda de prensa, el portavoz de los populares gallegos en el Parlamento autonómico, Pedro Puy. “El partido tendrá que tomar, con relación a Cataluña, las decisiones oportunas”, sostuvo, abriendo la puerta a que en el Comité Ejecutivo de este miércoles Feijóo reclame alguna dimisión a Casado, si bien Puy, hombre de la máxima confianza del presidente gallego, consideró que la derrota “afecta a la posición del PP en Catalunya y no a liderazgos ajenos a lo que es la propia Catalunya”.
Como viene pidiendo Feijóo desde la sucesión de Rajoy, en 2018, tras negarse en el último momento a competir en las primarias donde todo el partido daba por hecha su participación, el PP de Galicia cree que a nivel nacional el partido debe apostar por la “moderación”, una apuesta que “salvo en el caso catalán en la que hubo una polarización” es “la fórmula de éxito”. “Y el caso de Galicia claramente lo pone en evidencia”, indicó Puy, haciendo alusión a esa cuarta mayoría absoluta consecutiva lograda por Feijóo en julio. “Cuando hay una fuerza que aglutina el voto moderado, de centro y derecha, no hacen falta partidos extremistas y prevalecen posiciones de concordia y que confían en el sistema constitucional y estatutario”, zanjó el portavoz del PPdeG.
“Cayetana”, tendencia en Twitter
Frente a estos argumentos a favor de la moderación, la derrota en Catalunya también ha enardecido a los sectores que, por contra, creen que para poder competir con Vox y ganarle en las urnas el PP debe contemporizar con sus mensajes. Desde la misma noche electoral del 14F, redes sociales como Twitter se llenaron de mensajes de simpatizantes y comunicadores de derechas que cargaron contra Casado por sus giros al centro: por romper con Santiago Abascal durante la fallida moción de censura presentada por Vox contra Pedro Sánchez y en la que los populares votaron 'no' tras un durísimo discurso contra la extrema derecha, y también por haber cesado a Álvarez de Toledo como portavoz, el pasado agosto.
Pese a ser diputada por Barcelona, la también periodista se ha erigido en un elemento de oposición interna a Casado tras su destitución. Solo participó en un acto de campaña, el pasado día 5, en el que sí coincidió con el candidato en Catalunya, Alejandro Fernández, pero no con el líder nacional del PP. Desde la derrota del domingo, “Cayetana” ha sido una de las tendencias en Twitter, precisamente por el aluvión de mensajes que consideran que los populares habrían tenido un mejor resultado en el caso de que ella hubiera tenido un mayor protagonismo en la campaña y si siguiese siendo la responsable de la oposición del PP en el Congreso.
Muy crítica, este martes la propia Álvarez de Toledo responsabilizaba de la derrota en Catalunya directamente a Casado: “En mi opinión, no ha fallado el candidato, ha fallado la estrategia errática, profundamente equivocada, de la dirección nacional, que ha dejado a muchos de nuestros votantes desorientados, huérfanos y sin razón suficiente para votarnos”, aseguraba, en una entrevista en El Mundo. Tras denunciar que Génova 13 “hizo lo imposible” para que ella “no participara” en la campaña, la diputada por Barcelona considera que ha habido “tres hitos” en el PP que explican su debacle en Catalunya.
“El primero es su discurso ante la junta directiva tras mi destitución, cuando Pablo Casado proclama que un partido no puede pretender que la sociedad se parezca a él por mucha razón que tenga. Esa es la renuncia a dar una batalla ideológica y cultural, que en el caso de Catalunta significa la batalla contra el nacionalismo y su marco dominante”, concluye. “El segundo hito es la manera en la que se rompe con los simpatizantes de Vox en la moción de censura de Abascal. Yo dije en su día que me preocupaba que eso no representara tanto la voladura de Vox como la voladura de los puentes con los votantes de Vox. Me parece que eso es lo que ha ocurrido”, sentencia.
Álvarez de Toledo, contra Casado
“El tercer hito es la campaña en Catalunya. Hemos pedido perdón por hablar demasiado del proceso, cuando hablar del proceso es hablar de la democracia y la libertad de los ciudadanos. Hemos creído que el desafío separatista se resuelve con promesas de financiación o más dinero. Un recurso extemporáneo, fracasado y en cualquier caso inviable en tiempos de ruina económica. Y lo más insólito, hemos insinuado que las fuerzas de seguridad se habían excedido el 1 de octubre. Hemos pasado de proclamarnos el partido de las banderas en los balcones a equiparar la bandera constitucional con la estelada, que es la bandera que se agita contra las libertades de la otra mitad”, añade Álvarez de Toledo en alusión a las palabras de Casado sobre el 1-O.
Su conclusión es que “ha quedado acreditada la incapacidad de Pablo Casado para reconstruir el constitucionalismo, que es el principal desafío español”. Álvarez de Toledo recuerda que “el liderazgo es de Pablo Casado y suya ha sido la presencia constante en la campaña”. Por lo que también son atribuibles al líder del PP “las decisiones estratégicas y el discurso que se hizo en la campaña”. “La responsabilidad de todo esto no es de Bárcenas, no es de Rajoy, no es de Alejandro, no es de la abstención. Incluso en mi opinión ni siquiera es de Teodoro García Egea, cuya gestión del partido deja muchísimo que desear. La responsabilidad es del líder del partido. Esto lo digo con dolor personal y político. Pablo Casado ha defraudado las esperanzas depositadas en él. Ha defraudado a los que nos unimos a un proyecto con la confianza de que aunaba tres cosas: coraje, convicciones y capacidad de desafío”, concluye.
Una de esas voces de la derecha mediática que se ha mostrado más crítica con la estrategia de Casado es la de Federico Jiménez Losantos quien, desde su programa de EsRadio, aseguró este lunes que las elecciones catalanas fueron “una moción de censura contra Casado, porque Casado en la moción de censura le declaró la guerra a Vox”. El locutor reprochó al líder del PP que no compareciera en la noche electoral tras la derrota en Catalunya. “Huyó”, apuntó, antes de ironizar sobre que “entre los resultados de Mariano” Rajoy “y los de Casado, eran mejores los de Mariano” en Catalunya.
“Vox ha entrado en sitios en los que no ha entrado jamás el PP, porque ha hablado de cosas como la inmigración y la islamización de lo que ellos no hablan, porque el centro no habla de estas cosas, porque es desagradable”, ironizó Losantos. “Uno en la guerra no elige a los aliados, elige a los enemigos. Casado eligió como su enemigo a Vox y ha sido destruido, no derrotado, destruido. Pero el PP es bastante más importante que Pablo Casado. Nosotros somos partidarios de reagrupar y volver a la única política posible frente al Gobierno socialcomunista que es la unión de todos los elementos de centro derecha”, concluía el locutor, con gran predicamento en un sector de la derecha más a la derecha.
Almeida: “No caben tres marcas de centro derecha”
Precisamente dentro de ese sector se ha ubicado también al propio Aznar, que este lunes no quiso criticar a la dirección de su formación política tras la debacle en Catalunya. El expresidente, que participó en una nueva edición del Aula de Liderazgo del Instituto Atlántico de Gobierno y de la Universidad Francisco de Vitoria junto al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se limitó a realizar “dos reflexiones” sobre las elecciones catalanas. “La primera, es que es un hecho evidente que el separatismo ha crecido y que el constitucionalismo ha retrocedido, y tiene su lógica. Cuando el separatismo ve que sus actos no generan prácticamente consecuencias no hay razón para sentirse desanimados en sus objetivos. Hemos visto a los golpistas haciendo campaña electoral sin ninguna consecuencia”, añadió. Como segunda reflexión, Aznar aseguró, en alusión al independentismo, que “cuando se tiene apenas un 25% del censo electoral de Catalunya, plantear la ruptura de España suena un poco exagerado”.
Martínez-Almeida sí que realizó un análisis más extenso. Consideró que la derrota de su formación política en las elecciones catalanas se debe, entre otras razones, a que “no caben tres marcas de centro derecha” en España, porque “la fragmentación de voto garantiza la permanencia de Sánchez” en la Moncloa. Por ello reconoció la “responsabilidad” del PP a la hora de intentar “aglutinar un proyecto transversal de todo lo que está a la derecha del PSOE”. Almeida consideró, además, que la alta abstención de los comicios demostró que “hay catalanes que se sienten huérfanos de un proyecto ilusionante”. En todo caso, ha reconocido el triunfo de Illa y que el del PP ha sido un “mal resultado”. “Lo que sí tengo claro es que Sánchez prefiere un Vox fuerte que un PP fuerte. Para Sánchez es una buena noticia que Vox tenga 11 diputados y el PP tenga 3 escaños. Es una buena noticia para Sánchez y para los independentistas”, zanjaba.
Este martes, durante el Comité Ejecutivo Nacional, se esbozará cuál de las dos estrategias –la de la ruptura con Vox o la de la contemporización con la extrema derecha– es la que adopta la dirección de Casado para intentar convertirse en una alternativa real con opciones de gobierno frente a la izquierda, y cuál es el papel de los principales barones del partido en el nuevo rumbo que deberá adoptar la dirección popular.
Ni un ápice de autocrítica
Tras la derrota del domingo Génova 13 ha evitado en todo caso hacer cualquier ápice de autocrítica y no tiene previsto modificar ni una coma de su estrategia de oposición a pesar de haber encajado en Catalunya el peor resultado de su historia, quedándose como la última fuerza política del Parlament y sin conseguir beneficiarse del hundimiento de Ciudadanos. Así se desprende de los argumentarios internos enviados este lunes por el equipo de Casado a todos los cargos del partido para que repitan sus consignas en sus respectivas comparecencias públicas, y a los que ha tenido acceso elDiario.es.
La dirección del PP sostiene que las elecciones catalanas se produjeron “en un contexto tremendamente difícil por la pandemia”, que dificultó la campaña e hizo “que la participación se desplomara al mínimo histórico”. “La mitad de los catalanes, la mayoría constitucionalista, no ha votado”, apuntan desde Génova 13. Por ello no creen que ni Casado ni Alejandro Fernández, su candidato en Catalunya, deban asumir ninguna responsabilidad por la debacle. Es más, la dirección del PP sigue sosteniendo que Fernández es “un gran candidato”.
“El resultado del PP ha sido malo porque perdemos un escaño, pero las elecciones catalanas nunca han sido extrapolables a nivel nacional. Hace tres años un partido constitucionalista nos multiplicó por 9 en las catalanas, pero después nosotros les multiplicamos por 9 en las generales. La irrupción de la derecha populista ya se ha dado en otros parlamentos autonómicos en los últimos 3 años. Hace apenas 6 meses el PSOE ha sido superado por el BNG en Galicia y hace un año por Podemos en Barcelona, Madrid, Valencia y Cádiz. Seguimos siendo la única alternativa a Sánchez e Iglesias, ya casi empatados en votos en encuestas”, insisten en Génova 13.
Remarcando la teoría del “juego sucio en campaña electoral” que Casado ha atribuido a la izquierda, la dirección del PP considera que “nunca un partido ha recibido tantos ataques a pocos días y horas de votar”. “Nuestra expectativa de voto estaba en 10 escaños hace dos semanas, según la media de encuestas publicadas, incluido el CIS catalán. Pero en un solo día esa expectativa se desplomó a la mitad al publicarse el pacto de la Fiscalía con Bárcenas”, apunta.
Lo que sostiene la dirección de Casado es que existió un “acuerdo” entre Bárcenas y la Fiscalía General del Estado para hacer público durante la campaña catalana el escrito que envió a Anticorrupción, en el que detallaba la financiación ilegal del PP durante décadas, para perjudicar a los populares en Catalunya. “Pero eso no hace más que reforzar nuestra apuesta por la ejemplaridad, tal y como nos mandataron nuestros afiliados en primarias. Esta es la última factura que vamos a pagar de ese pasado. No vamos a cambiar el rumbo, España necesita más que nunca el proyecto de centro derecha reformista, liberal y honesto que representa el PP de hoy, el PP de Casado”, zanja la dirección popular.
La Fiscalía Anticorrupción no solo no pactó con Bárcenas cuándo se iba a entregar la confesión, sino que en su primer análisis ha restado trascendencia jurídica a las revelaciones del extesorero del PP.