El Gobierno está descontento con la actuación de los Mossos d'Esquadra ante el regreso a España de Carles Puigdemont tras casi siete años esquivando a la Justicia. Fuentes del Ejecutivo consultadas por elDiario.es critican la actuación de los agentes de la policía autonómica, que no han detenido al expresident de la Generalitat a pesar de que ha aparecido públicamente y ha pronunciado un discurso ante centenares de personas. En la Moncloa consideran que la cúpula de los Mossos debe asumir responsabilidades.
Fuentes de la seguridad del Estado consultadas por elDiario.es aseguran que el Ministerio del Interior delegó en los Mossos la detención de Puigdemont y pidió que se informara a sus responsables en cuanto se produjera un arresto que, por el momento, no se ha producido.
Tras días anunciando su regreso a España, Puigdemont ha reaparecido poco antes de las nueve de la mañana y se ha subido a un escenario ubicado a pocos metros del Parlament, desde el que se ha dirigido a cientos de sus seguidores. Ha sido después de bajarse del escenario cuando ha desaparecido: mientras los diputados de Junts y sus colaboradores entraban al edificio, nadie era capaz de ubicar al expresident.
La policía autonómica catalana ha activado una operación jaula para intentar localizar y detener al líder de Junts, que está en paradero desconocido desde instantes después de bajarse del escenario. El pasado 1 de julio, el juez del Tribunal Pablo Llarena declaró no aplicable la amnistía a Puigdemont por el delito de malversación y mantuvo la orden nacional de detención que había dictado contra él en 2023. Se daba por hecho, por tanto, que su retorno a España implicaría su arresto.
Sin embargo, ese arresto sigue sin producirse casi tres horas después de su reaparición. Los Mossos d'Esquadra, según fuentes del departamento de Interior de la Generalitat, habían pactado una detención “proporcional” con él y no contaban con esta situación. Esto suponía no detenerle delante de los miles de manifestantes presentes en el Passeig Lluís Companys, pero antes de que se pudiera efectuar la detención, el expresident ha desaparecido y ha salido del radar de la policía.