La crisis migratoria sin precedentes que el martes provocó la entrada desde Marruecos de más de 8.000 migrantes en Ceuta ha evidenciado el doble juego del líder del Partido Popular en su política internacional. El mismo Pablo Casado que este miércoles, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, exigía al Gobierno defender la “soberanía” española de la localidad fronteriza con duras críticas hacia el Ejecutivo, al que responsabilizó en exclusiva de la crisis, se reunió hace justo una semana –el pasado martes, 11 de mayo– con Nizar Baraka. Se trata del secretario general de Istiqlal, el partido marroquí de corte ultranacionalista que más fervientemente reivindica la anexión de Ceuta y Melilla a Marruecos.
La formación, la tercera en número de votos en las últimas elecciones del país vecino y que ostentó la Presidencia del país entre 2007 y 2011 en manos de Abbas el Fassi, está asociada al Partido Popular Europeo a pesar de que en las últimas décadas ha reclamado en numerosas ocasiones la “liberación” de las ciudades autónomas, ha denunciado la “ocupación” española de ambas y ha defendido su integración en Marruecos. Se trata de uno de los partidos más antiguos del país africano, que mantiene un contundente discurso nacionalista, y que en diciembre destacó el “fuerte apego a la marroquinidad de Ceuta y Melilla” en el Congreso marroquí, “que debe darse en el marco de un diálogo sincero y responsable y en las circunstancias adecuadas”.
El encuentro entre Casado y Baraka se produjo de forma telemática el 11 de mayo y se sumó a la reunión que también mantuvo el líder del PP ese mismo día con Aziz Ajanuch, presidente del Partido Reagrupamiento Nacional Independiente (RNI) y ministro de Agricultura y Pesca de Marruecos. La dirección nacional de los populares explica que ambas citas “fueron solicitadas por los dos partidos marroquíes” que denunciaron la “entrada irregular” en España, “sin comunicar y con identidad falsa”, del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Este último se encuentra ingresado en un hospital de Logroño víctima de la COVID-19 y la Audiencia Nacional mantiene abierta una causa contra él “por detención ilegal, torturas y delito de lesa humanidad”.
Durante las reuniones, Casado explicó a Baraka y Ajanuch que el PP registró cinco preguntas parlamentarias para pedir explicaciones al Gobierno sobre la llegada del máximo dirigente del Frente Polisario, principal argumento esgrimido por el Gobierno de Marruecos para abrir la frontera, provocando la crisis migratoria sin precedentes de esta semana. Además, según explicaron los 'populares' a través de una nota de prensa, el líder del PP se comprometió “a recuperar la tradición de que Marruecos sea la primera visita oficial cuando llegue al Gobierno, como han hecho todos los presidentes excepto Sánchez”. También pidió “fortalecer la relación bilateral” con Marruecos, “fundamental para el ámbito comercial, cultural, turístico, en materia de seguridad, energía, salud, agricultura y pesca”.
Casado destaca la “debilidad” internacional de España
Ese mismo día 11, el representante del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, recordó a Casado la vinculación de sus interlocutores con la reivindicación de la anexión de Ceuta y Melilla a Marruecos. “Resulta sorprendente que las formaciones políticas marroquíes que tienden la mano al Partido Popular en su campaña de desprestigio contra el pueblo saharaui y su presidente, sean las mismas que en sus movilizaciones internas señalan a España como enemigo de la denominada 'integridad territorial del Reino de Marruecos”, explicó Arabi, según informa la agencia Europa Press.
Con todo, ahora es Casado el que acusa al Gobierno español de “desleal” por su política internacional que, según el líder del PP, es la causante de la crisis migratoria registrada en las últimas jornadas en Ceuta. Lo ocurrido en a ciudad autónoma es, a su juicio, “la crónica de una crisis anunciada” después de los “errores diplomáticos” del Gobierno. “La pérdida de peso exterior y el cambio de aliados nos pasa factura”, aseguraba Casado este miércoles en el Congreso, para añadir que por eso el presidente de EEUU, Joe Biden, no devuelve las llamadas a Sánchez cuando “más falta hace”. “Espero que no sea demasiado tarde y rectifique porque la mejor política exterior es una buena política doméstica, pero el caos de su Gobierno es nuestra mayor debilidad fuera”, zanjaba.
“Cuando un barco hace aguas, el capitán no puede prometer a la tripulación y al pasaje recorrer la vuelta al mundo”, añadía Casado, para subrayar que Sánchez “no ha sabido gestionar ni la crisis sanitaria, ni la crisis económica ni la crisis territorial ni la crisis internacional”. “No puede apoyar al Ejército mientras piden sacarlo de Ceuta sus socios de Bildu. No puede defender la integridad nacional en Melilla mientras negocia la autodeterminación de Catalunya con sus socios de ERC. Y no puede vender humo para el 2050 cuando es incapaz de solucionar este desastre en 2021. El Gobierno le queda grande”, concluía.
Sánchez respondía a Casado con las siguientes palabras: “España está sufriendo un desafío de Marruecos y queremos saber de qué lado está la oposición”. “Siempre pasa lo mismo. Utilizan cualquier calamidad, también una crisis con Marruecos inédita, para tratar de derribar el Gobierno de España y no lo van a lograr. Este es el problema que tiene la democracia española. Una oposición desleal con los intereses del Estado”, sostenía el presidente del Ejecutivo.
“Sánchez está muy nervioso por las encuestas”, según el PP
Unas horas después de pronunciar sus duras palabras contra Sánchez, el líder del PP aseguraba en cambio que “siempre” estará “ayudando al Gobierno de España ante cualquier agresión que venga del exterior”. “En política exterior, nosotros estamos a la altura porque España necesita que en la política de Estado haya un Gobierno responsable y una oposición responsable”, remachaba.
La dirección del PP trató este miércoles de vender la idea de que Sánchez está “muy nervioso” ante las encuestas que auguran que el PP podría ser ahora la primera fuerza del país en caso de celebrarse elecciones generales y que Casado actuó en el Congreso con “sentido de Estado” a pesar de responsabilizar al Gobierno de la crisis migratoria y de cuestionar su defensa de la integridad territorial española o del propio Ejército. Además, Génova 13 destaca que el vínculo de Casado con Marruecos “se remonta a su etapa como representante de España en la Unión por el Mediterráneo”, por lo que reivindica “una relación de vecindad estratégica, que además es fundamental para la Unión Europea, el espacio atlántico, la región del Magreb y el continente africano”.