Dolors Camats (Barcelona, 1971) apura su tercera legislatura como diputada en el Parlament de Catalunya. Codirige Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) con Joan Herrera, quien encabezó la coalición con Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) en las últimas elecciones catalanas y se perfila como nuevo número uno de la lista. Camats, quien de acuerdo con los estatutos de su partido ya no podría repetir en las próximas elecciones del 27 de septiembre, descarta integrarse en la candidatura municipal de Guanyem Barcelona y asegura que dedicará sus esfuerzos “como coordinadora de ICV y como militante a crear un frente para ganar a las políticas de austeridad de Mas y su Gobierno apoyado por ERC, que invisibiliza que el país sufre con la omnipresencia de que todo es responsabilidad del conflicto con España”.
¿Esperaba que las elecciones se fueran a convocar con 250 días de adelanto?
No, porque sería la primera vez que en Catalunya vamos a vivir una campaña electoral de ocho meses y con un presidente de la Generalitat como candidato con ocho meses en el cargo. Y con una utilización descarada del instrumento que significa ser presidente de la Generalitat. Lo que esperábamos y ambicionábamos era adelantar las elecciones lo antes posible para tumbar el Gobierno de Mas y las políticas que está haciendo. Y la respuesta que él da, desde el punto de vista de su óptica, que es exclusivamente nacional, no tiene ningún argumento. No hay nada en octubre o septiembre que no se pueda resolver hoy.
¿Las elecciones son plebiscitarias?
No lo dijo así. Después del 9N lo que Mas planteó fueron elecciones plebiscitarias; cuando anunció las elecciones esta semana, anunció elecciones anticipadas, con lo cual no resuelve nada a nivel nacional ni tampoco si pretende presentarse con el mismo plan de Gobierno. De ahí la importancia de que él no sea quien continúe liderando el país.
¿Defienden unas elecciones plebiscitarias?
Yo no me creo unas elecciones plebiscitarias. No son reales. Un plebiscito es una pregunta en la que escoges entre blanco y negro, sí y no, unas elecciones al Parlamento catalán escoges una mayoría que formará Gobierno y desplegará unas políticas. Las elecciones plebiscitarias son un engaño a la ciudadanía. Hacer creer a los catalanes que aquello que no hemos podido hacer en un referéndum no lo vamos a poder hacer en unas elecciones al Parlamento. Es un fraude político pero además es un fraude democrático, porque un referéndum le da un voto a cada ciudadano y todos los votos valen igual, y en la trascendencia de lo que queremos decidir que es nuestra relación con el Estado, que es fundamental, en unas elecciones al Parlamento lo que vale es la ley D'Hondt, no me parece que sea D'Hondt quien tenga que decidir sobre el derecho a decidir.
¿Las ven en clave constituyente?
Porque lo que necesitamos en Catalunya es un cambio completo de todo, no sólo en relación con el conflicto político que se vive en España sino en relación con lo que se ha destruido en estos años de Gobierno de Convergència, primero con el PP y después con ERC. La erosión al estado de Bienestar que se ha hecho, a lo que es común, al patrimonio común, la empresa de aguas ATLL, ahora la empresa de infraestructuras TABASA, a nuestro patrimonio físico que se ha vendido, la sumisión a las políticas de austeridad. Lo que nos hace falta es un cambio en todos los espectros, como ocurre en España; esa necesidad de iniciar un cambio constituyente para volver a reformular el contrato democrático primero y después social en un momento en el que además hay un elemento que ha dañado todo el sistema democrático que es la corrupción, que es desgraciadamente común a la política catalana y a la política española, que son estos partidos podridos por la corrupción. La coalición que gobierna Catalunya tiene miembros destacados de sus antiguas direcciones en la cárcel, conflictos porque están pidiendo que se les saque de la cárcel, y CiU tiene la sede embargada y a su fundador [Jordi Pujol] pendiente de comparecer ante la justicia. Y hoy por ejemplo, de nuevo, un president de la Generalitat, un Artur Mas al que exigimos que venga a la comisión de investigación del Parlament para dar explicaciones sobre estos casos de corrupción, como el caso de Pujol, pero también de otros, y que hoy con un nuevo acuerdo de Gobierno entre CiU y ERC ha vuelto a salvar a Mas de comparecer ante el Parlament. Este es el primer efecto de la reedición del acuerdo de Gobierno.
ICV estuvo en el pacto por el derecho a decidir. ¿El calendario electoral se ha fijado al margen?
Lo que ha hecho Mas, como hemos visto en esa imagen de Mas y Junqueras es la reedición de su pacto de Gobierno. Mas empezó a hablar de unidad, y algunos estábamos estupefactos, primero porque la unidad es ser cada vez menos en el acuerdo, con lo que es una unidad muy pequeñita la que él presenta. Y muy poco transversal. Y, segundo, porque en Catalunya existe una mayoría social y política que quiere votar con una consulta su relación con el Estado. Esta es la reivindicación más transversal que existe en el país, y eso sólo puede ejercerse a través de esa mayoría política y social que es transversal. Y Mas la ha abandonado unilateralmente. Yo no he abandonado la reivindicación de ese referéndum. Creo que es imprescindible para que solucionemos un conflicto político que existe en Catalunya y España. Sin ese momento democrático, sin ese mandato democrático vamos a poder solucionar los problemas que existen.
¿La tensión por el derecho a decidir se mantendrá hasta el 27S?
Es evidente que 2015 es un año en el que se abren nuevos escenarios. No sólo porque es electoral, sino porque el fracaso de las políticas de Mas, de Rajoy y de Samaras ha dejado muy evidente que hay necesidad de que la agenda social y económica sea la protagonista. Pero yo creo que lo que vamos a vivir estos 250 días hasta las elecciones catalanas va a ser una larga agonía del Gobierno de CiU y ERC, en la que van a intentar aprobar algún proyecto de ley o alguna iniciativa que poder lucir con un acuerdo, pero es una situación agónica de un Gobierno gastado y sin ninguna capacidad de dar la vuelta a la situación económica y social, que se ha colgado del discurso nacional y que va a intentar colgarse de esta expectativa de elecciones el 27 de septiembre como un único elemento de cohesión, que es el único que existe.
Pero sí parecía que estaba muy tocado Mas, pero después del 9N ha retomado cierto impulso
Hemos visto claramente que ERC es la muleta de Mas, el apoyo en el cual Mas ha construido un Gobierno y le ha ayudado a pasar unos presupuestos que Mas tenía perdidos el 1 de enero. Y que también le permite afrontar unas elecciones municipales con cierta garantía de estabilidad, pues hay un acuerdo de apoyo prioritario entre CiU y ERC para después de las elecciones. Es una muleta en diversos aspectos que ha hecho que Mas pudiera apoyarse después de que su gestión unilateral del 9N le dejara debilitado.
ICV tuvo muchas tensiones internas con la consulta, se cambió la decisión de no participar... ¿Esas tensiones continúan?
Hay una tensión lógica, y otra externa, que es la exigencia a los partidos de que en Catalunya sean unívocos desde el punto de vista nacional. Unionista o independentista, sin matices. Algunos no están preparados para partidos que defendemos el derecho a decidir por radicalidad democrática, por el sentido de país, por ser un proyecto político nacional catalán, pero que no plantea el independentismo como única salida, sino al revés, con alternativas y con posibilidad de acuerdo con el Estado para salidas que no sea la independencia. Y hay quien no puede entender que eso exista en Catalunya cuando en realidad creo que eso refleja la mayoría de la sociedad catalana. Es un partido plural, transversal, y en eso estamos trabajando ahora, en una convención para finales de febrero de presentar un proyecto propio de relación con el Estado español, que es de soberanía para Catalunya, porque no es de independencia, sino de pactos de soberanías entre Catalunya y España, de pacto de una soberanía entre un Estado y otro, con la posibilidad de que haya espacios compartidos y propios. Ese es nuestro modelo, nuestro proyecto, y es lo que estamos discutiendo ahora internamente y vamos a ofrecer a la sociedad catalana. La exigencia viene del blanco o negro, cuando lo que nosotros representamos es probablemente lo que mejor refleja a la sociedad catalana, que es una posición de dignidad, de querer soberanía para Catalunya sin que eso signifique una ruptura. Pero es verdad que plantear la ruptura, la independencia, ha hecho que desde el Estado español se reaccione, desde una parte de los partidos, que deben entender que eso no es un bluf.
¿Cómo interpreta que Podemos, un partido nuevo con un discurso semejante, también en esto, irrumpa con tanta fuerza en las encuestas, en detrimento de otros partidos como ICV?
Hay probablemente un efecto novedad y el efecto general de una opción nueva, atractiva. Lo hemos visto en Catalunya cuando Ciutadans se presentó, que tenía este efecto novedad que les dio un plus, lo vimos con las CUP cuando se presentó por primera vez al Parlament, y ahora es Podemos. Siempre hay alguien que es más nuevo, y eso sirve al menos una sola vez. Y por tanto probablemente este es uno de los elementos que más cuadra. Como abordamos el que surjan otros partidos, creo que desde antes que algunos que estos partidos surgieran, nosotros apelábamos a la necesidad de confluir con otras fuerzas y plataformas. El ejemplo griego nos viene muy bien, y también en América Latina, donde solo la constitución de frente con partidos, con movimientos, con organizaciones políticas distintas con un eje en común: el de la izquierda, el democrático, el ecologista... Con unos con un acento más en uno que en otro, pero que ha hecho posible desplazar la corrupción, la derecha, el neoliberalismo y empezar procesos constituyentes. Si eso ha sido posible en otras partes con formas distintas, probablemente es lo que deberíamos pensar que es lo que necesitan también Catalunya y España.
¿Hay posibilidades para ese escenario en Catalunya?
Creo que hay necesidad. Si ahora que tenemos un partido de izquierdas que ha renunciado a ser alternativa de Gobierno a CiU que es ERC, que tenemos una urgencia social y ciudadana, en lo laboral, en los derechos sociales, la vulnerabilidad de nuestra sociedad es mayor que nunca, cuando están en riesgo tantísimos derechos y situaciones de dignidad vital, cuando hablamos con normalidad de pobreza infantil, de la gente que no llega a final de mes, de la gente que lleva años sin trabajo, si estos no son elementos suficientes para hacer un frente común entre aquellos que compartimos una parte del diagnóstico, la responsabilidad es nuestra, de todos y cada uno. Y por eso ICV ha emprendido desde hace tiempo un plus de responsabilidad, y ha puesto el capital político de esta organización, que viene de lejos, que está en las instituciones, con sus aciertos y errores, ha puesto su capital político al servicio de que ahora haya un cambio y ganemos. Si no ganamos, no sirve para nada; no sirve para nada que uno pase por delante del otro, lo que sirve es si ganamos, y solo ganamos si vamos juntos. La pregunta es si Syriza ganará o lo hará por mayoría absoluta, porque si no gana por mayoría absoluta también está en riesgo su proyecto. Hoy en Barcelona también está en riesgo si no sólo si avanzamos 3-2 puestos, si ganamos o no ganamos, y si no ganamos se corre el riesgo de que la ciudad siga convirtiéndose en un club privado y eso es lo que hay que tumbar. Si no es razón suficiente para que fuerzas políticas nuevas y no tan nuevas, movimientos sociales, plataformas, mareas y proceso constituyentes sumemos, no sé qué más tiene que pasar.
Fuera de Catalunya no parece que eso esté pasando
Ahí está la responsabilidad de todos para que eso ocurra. Hay un camino que es intentar ser tú quien canalice la necesidad de cambio. Es un riesgo, puede salirte bien o mal, y hay otro camino, que es asegurar que el cambio se produzca sumando. Cada uno que se haga responsable de sus decisiones.
¿La experiencia de Guanyem Barcelona tendría que servir?
Tendría que servir. Ese es un terreno y nosotros hemos apostado para que allí haya una experiencia con proyectos políticos distintos, la gente de ICV, EUiA, Podemos, Guanyem, Procès Constituent, si somos capaces de armar un sujeto político respetando las organizaciones, la identidad de cada uno y con suficiente potencia para ganar la ciudad. Lo que está en riesgo es que tenemos un alcalde que nos está reformando la parte alta de la ciudad cambiando los adoquines cuando Barcelona y Catalunya está en el ránking de más personas desahuciadas. O lo cambiamos, o continuarán cambiando adoquines de diseño. Eso es lo que está en juego.
Guanyem está cerrando su proceso de confluencia. ¿ICV aspira a ocupar el número 2 tras Ada Colau?
Los detalles de la negociación, la representación de cada uno, la responsabilidad de cada uno, las tareas de cada uno, es lo que debe terminar de cerrarse en Barcelona. Es una parte de lo que está en negociación. También está el proyecto de ciudad, cómo lo vamos a hacer es importante cuando confluyen sujetos tan distintos. Lo importante es que una fuerza política como la nuestra, con 5 concejales en Barcelona, y cuando las encuestas nos daban hasta 7, lo que hizo fue sentarse a hablar para tener 17-18 para ganar la ciudad, y sabemos que eso sólo podemos conseguirlo con esa ambición y voluntad, trabajando y siendo generosos.
Entonces, ¿ven bien como número 2 a un independiente como Gerardo Pisarello?
A mí me vale una candidatura que esté en condiciones de tomar la ciudad, que debe hacerse con ética, democracia y un modelo de ciudad... El 1, el 2, el 3 o el 20 estarán bien si estamos todos de acuerdo en el proyecto.
¿Quién encabezará su lista?
Nuestro portavoz en Barcelona y coprotagonista de lo que hoy es la apuesta de Guanyem es Ricard Gomà, un valor para ICV, para el espacio de confluencia y la ciudad. Que la teleasistencia comenzara en nuestra ciudad, las escuelas infantiles, el apoyo a las personas sin techo... Tantos y tantos proyectos sociales. Gomà hará lo que crea.
¿Va a repetir? En las últimas fue cabeza de lista y las de mayo serían sus cuartas elecciones municipales
Él tendrá que decidirlo. Es un capital de nuestra organización y de la confluencia, eso es indistinto a estar o no estar, ir o no ir.
También se ha hablado de usted, de Laia Ortiz, Janet Sanz...
Yo no voy a estar. Y los demás, no lo sé. Pero a día de hoy hablamos de este proyecto por gente como Gomà.
Y en el ámbito de la Generalitat, ¿Herrera repetirá?
Eso espero. Él decidirá si se presenta y lo decidirá ICV en primarias, que celebramos desde el año 2000. Lo mismo que en Barcelona, lo importante será si somos capaces de construir un polo de izquierdas, un polo de partidos, de organizaciones, movimientos y personas ilusionados por ganar y por cambiarlo todo, comprometidos con una mayoría alternativa a Mas y su muleta, ERC, alternativa a lo que está pasando en Catalunya.
¿Y usted?
Yo trabajaré para que eso pase, como coordinadora de ICV y como militante. Nuestro país sufre. La misma situación económica que hemos visto en otros países como Grecia o el sur de Europa, la vivimos aquí. Y buena parte del diagnóstico queda invisible en Catalunya por esa omnipresencia de que todo es responsabilidad del conflicto con España. No. Mas está haciendo las políticas de Rajoy y Samaras, Mas hoy en Grecia estaría al lado de Samaras. Y nosotros estamos al lado de Syriza y lo que queremos es cambiar.
¿Nunca se les ha pasado por la cabeza que el referente estatal sea Podemos en lugar de IU?
Nosotros tenemos en Catalunya una coalición electoral con EUiA y estamos construyendo a nivel local confluencias, nuevos sujetos electorales que pueden ser nuevos sujetos políticos, para las elecciones locales y, eso esperamos, para las elecciones en el Parlament. Yo lo que espero es que ahí esté todo aquel que desde la izquierda, el ecologismo, el feminismo, los movimientos democráticos, las mareas, las plataformas, el cambiarlo todo, podamos y seamos capaces. Espero que Podemos entienda que el momento es para sumar, no para la exclusividad.
¿Cómo será la entidad jurídica de Guanyem?
Tendrá que ser una coalición electoral.
En algunos sitios se defiende la agrupación de electores, especialmente por parte de Podemos.
En Barcelona estamos hablando de diferentes partidos, ICV, EUiA, Podemos y Guanyem... Lo suyo sería la coalición electoral, pero forma parte de los flecos, encontrar un elemento electoral que sirva para presentarse a las elecciones. La lógica hace pensar que si somos organizaciones políticas que estamos negociando, construyendo y dialogando, pues sean estas organizaciones las que al final firmen un acuerdo.