Echenique: “No hay que dejarlo para septiembre; Pedro Sánchez debería no irse de vacaciones, la gente nos paga para llegar a acuerdos”

Pablo Echenique ha acumulado en los últimos cuatro días 20 horas de negociación para un Gobierno de coalición con el PSOE que facilitara la investidura de Pedro Sánchez. La propuesta del Gobierno de coalición la lanzó Pablo Iglesias en la noche electoral del 28 de abril, la habló con Pedro Sánchez en un puñado de ocasiones entre mayo, junio y julio, pero no es hasta la víspera de la investidura, tras anunciar en La Sexta el veto a Pablo Iglesias, seguido del paso atrás de éste, cuando el secretario general del PSOE encarga a Carmen Calvo abrir las negociaciones con Unidas Podemos.

Al otro lado de la mesa se encontraba Pablo Echenique, diputado por Zaragoza y coordinador de las negociaciones y pactos postelectorales.

¿Por qué no se ha logrado la investidura?

Desde el momento en que, después de más de 80 días desde el 28A, Pedro Sánchez sólo ha conseguido el apoyo de un escaño más al margen de los 123 del PSOE, el del partido de Miguel Ángel Revilla, con quien gobiernan en Cantabria, queda patente que el responsable de que haya fracasado este intento de investidura es Pedro Sánchez. No ha hecho más que poner problemas y excusas.

La primera excusa que ponían hace semanas es que no salían los números, en concreto decían que si llegaban a un acuerdo de coalición con nosotros alejábamos la posibilidad de que otros permitieran la investidura. En ese momento, explica Pablo Iglesias en un artículo en La Vanguardia que estábamos dispuestos a replantearnos nuestra posición si íbamos al Parlamento y no salía. Si se ratificaba la hipótesis del PSOE, nos replanteábamos la posición. Como es evidente que salen los números, el PSOE deja de usar ese argumento.

Luego ponen la excusa de Catalunya, algo que afecta a nuestro espacio político allí. Y reconocemos que vamos a ser 100% leales con la línea que marque el PSOE. A continuación, hay un momento breve en el que ponen en cuestión nuestra consulta, la descalifican, dicen que es una trampa, una mascarada, y la ponen como causa de ruptura de las negociaciones. Luego se ve que hay un 30% de inscritos que votan otra opción, y se les desmonta esa excusa.

La última excusa que ponen es que Pablo Iglesias no puede estar en el Gobierno. El presidente del Gobierno dice en primer time que Pablo Iglesias no defiende la democracia española, y le veta explícitamente diciendo que era el único escollo para el Gobierno de coalición, y que si no existiera ese escollo, ya estaría hecho.

Pablo Iglesias hace un gesto inédito en cualquier democracia desarrollada: jamás el líder de una fuerza con tanto apoyo electoral ha llevado a cabo este acto de generosidad. A partir de ahí, Pedro Sánchez se queda sin excusas para negociar.

Se abre la negociación y empiezan las nuevas excusas, con argumentos para decirnos que Unidas Podemos tiene que tener un papel decorativo en el Gobierno. Que podemos entrar, pero con pocas competencias para no poner en marcha las políticas públicas que defendemos.

Nos encontramos excusa tras excusa, nunca nos hacen una propuesta sin ser un elemento decorativo.

Este jueves por la mañana, antes del debate de la investidura, sin ser la fuerza mayoritaria, sin tener la responsabilidad del desbloqueo, hacemos una propuesta que ni siquiera está solicitando un papel proporcional a nuestros votos, que es menor. Una propuesta que es sensata y que nos da unas series de competencias que nos parecen importantes desarrollar, y nos contestan que no.

Y luego, Pablo Iglesias, entendiendo que Trabajo era un escollo fundamental, propone que nos quedemos con una parte modesta, las políticas activas de empleo. Y, ante eso, recibimos un discurso de malas palabras y en ningún momento dicen que están dispuestos a aceptar nada: no querían que entráramos en el Gobierno, han sido todo excusas, incluido el veto a Pablo Iglesias.

El hecho de que el fracaso es responsabilidad de Pedro Sánchez es evidente en tanto que no ha conseguido ningún apoyo más allá de Partido Regionalista de Cantabria. No han querido negociar con nadie, ha pedido el voto a favor porque sí, y pensamos que Pedro Sánchez tiene que dejar de poner problemas y excusas.

Queremos que haya un gobierno de coalición antes de septiembre, lo antes que se pueda.

En el debate de investidura, Adriana Lastra, la portavoz socialista, les afeaba haber rechazado Igualdad, una bandera progresista.

La pregunta es qué medidas se pueden llevar a cabo desde una configuración como la que proponían en su última propuesta. Nos interesan los permisos de paternidad y maternidad intransferibles y remunerados, acabar con la brecha salarial, escuelas infantiles de 0 a 3 años... Pero ninguna de esas competencias estaban.

Lo mismo ocurre con su oferta con Vivienda. Jaime Palomera, del Sindicat de Lloguer, explicaba que con esa estructura no se puede hacer nada. No se pueden parar los desahucios sin ofrecer alternativa habitacional, ni intervenir en las subidas abusivas de los precios del alquiler... Es verdad que el nombre de los ministerios afecta a políticas muy importantes, pero nos los daban sin competencias para políticas que mitigan el sufrimiento de las personas por debajo de esos epígrafes.

Nosotros no hemos venido a la política para figurar, para mejorar nuestras wikipedias. Hemos venido a hacer políticas públicas para mejorar la vida de la gente. Quien entienda la política para tener puestos, visibilidad y una línea importante en la Wikipedia no entiende qué personas somos. No queremos formar parte de un gobierno a cualquier precio. No es la naturaleza de Unidas Podemos.

De hecho, hay un discurso público que habla de sillones. Hoy se ha visto la diferencia entre sillones y tener competencias para hacer políticas públicas. El PSOE nos ofrecía sillones, pero no queremos sillones, sino competencias para hacer políticas públicas.

Sobre la propuesta, además, hay dos datos: representa un 5% de los presupuestos generales del Estado, y menos de un 3% del total del personal de la administración general del Estado. Nosotros ponemos un 33% de los votos. Es verdad que a veces es más importante lo cualitativo que lo cuantitativo, pero éstos son parámetros útiles para que la gente se haga una idea.

Yo he sentido ver esto: crear dos ministerios con pocas competencias con temas tan importantes para tanta gente. No es respetuoso con el movimiento feminista, quienes sufren violencia machista o son desahuciados y no pueden pagar el alquiler. Como estamos ante dos temas importantísimos que hacen sufrir a muchas familias, a mujeres, convendría que cuando uno crea un ministerio de Igualdad o Vivienda, tengan posibilidad de resolver problemas. No es respetuoso con estos sectores de la sociedad que lo están pasando mal montar dos ministerios que son un sillón.

No somos el tipo de personas que quieren que ponga en su página de Wikipedia que fuimos ministros. Queremos bajar los precios de alquileres y subir el SMI, y para eso hacen falta competencias, no sillones. Y eso es lo que hemos pedido en toda la negociación sin que estuviera en sus propuestas. De la última, además nos enteramos por los medios.

¿Cree que la gente y los votantes entenderán que hayan rechazado esa propuesta?

Estoy muy decepcionado. Entiendo a la gente que sienta lo mismo. Cuando uno está en política, hay que poner los intereses de la gente en primer plano. Eso se puede hacer, es lo que hicimos en la moción de censura. A lo mejor hacer presidente a Pedro Sánchez con un Gobierno de partido único del PSOE no nos iba a venir bien electoralmente. La Moncloa es una plataforma muy potente que tiende a beneficiar a su ocupante en las siguientes elecciones. Pero el día de la moción de censura éramos los que más contentos estábamos y gritábamos “sí, se puede” por echar la corrupción y el neoliberalismo del PP.

Creo que los españoles no perdonarían al PSOE ni a Sánchez que les forzara a volver a votar por su incapacidad para llegar a acuerdos. Es una irresponsabilidad amenazar con la repetición electoral, después de la gran participación del 28A apoyando un gobierno progresista, y la incapacidad de Pedro Sánchez para ponerse de acuerdo con fuerzas diferentes a la suya. Por supuesto que va a haber una batalla por el relato.

Se habla constantemente de relato.

Ellos van a intentar explicar a la gente que somos muy malos, que hemos hecho todo mal, que la culpa de que no haya un Gobierno es nuestra... Cuando los relatos se alejan tantísimo de la realidad, la gente no es idiota y entiende lo que ha pasado. Después de que el presidente en funciones ha dicho que Pablo Iglesias no defiende la democracia y que era el único escollo para un Gobierno de coalición, sólo ha conseguido un escaño. Ha sido incapaz de juntar una mayoría, con lo fácil que lo pusimos.

La gente lo entenderá. Los relatos retuercen la realidad, pero la gente no es idiota. Sé que hay algunos partidos, no el PSOE sino en el otro lado, que piensan que la gente es idiota. Pero se equivocan, por mucho bombardeo mediático y fake news que haya, van haciéndose un criterio personal: los relatos no aguantan el escrutinio público como le gustaría a algunos estrategas y asesores áulicos.

Espero que el PSOE haga este análisis y no convoque elecciones de nuevo, aunque han amenazado de manera irresponsable. Espero que recapaciten y no pongan ese escenario. Hay tiempo, sólo falta que Sánchez deje de poner excusas.

¿Qué va a pasar ahora?

Hay que sentarse a analizar. Creo que el PSOE se va a sentar a reflexionar, nos han intentado llevar a un acuerdo en tres días. Hay que hacer un análisis sosegado, no muy largo, Creo que, a partir de ahí, veremos qué plantean. La clave es lo que el PSOE decida. Ya nos gustaría a nosotros estar en la posición de ser los que deciden lo que va a pasar. Significaría que hemos ganado las elecciones, y Pablo Iglesias es presidente del Gobierno. Pero ha ganado el PSOE y va a tener la decisión el PSOE.

Confío en que tienen que dejar de poner problemas y excusas, porque en los parámetros europeos tradicionales es lo más sensato un Gobierno de coalición. Que dejen de poner excusas y problemas, que lideran pero no tienen mayoría absoluta. Y España ha votado que haya acuerdos. No se puede ser presidente del Gobierno dándole a tu aliado un papel decorativo sin políticas públicas relevantes. Confío que esto sea lo que pase, pero quien tiene la sartén por el mango es el PSOE.

¿Cuándo habría que retomar los contactos?

La cosa se tiene que enfriar. Nos hemos metido todos una paliza, la ciudadanía de esta país y nosotros. Pedro Sánchez ha sometido a los españoles a una tensión que no merecen y que no está justificada. Hay que dejar enfriar unos días la cosa, hay que reflexionar, pero no podemos dejar muchos días para retomar las conversaciones y por nosotros no será.

Nosotros llevamos una trayectoria de ceder sin parar que creo que demuestra nuestra voluntad de llegar a un acuerdo de coalición. Bastaba con que Pablo Iglesias no hubiera hecho ese gesto de generosidad inédito, en el que demostró el tipo de líder que es, y con el que abrió la puerta a sentarnos por primera vez a negociar un gobierno de coalición. Estamos ahí para llegar a un acuerdo sensato que respete a las dos partes, pero seguramente mañana aún está la situación caliente. Nos han dicho cosas duras el candidato y la portavoz del PSOE. No nos lo tomamos como algo personal, pero cuando se ha tensionado tanto a la sociedad, es verdad que conviene retomar en unos días si el PSOE quiere.

¿Cuándo decide Iglesias dar el paso atrás? Porque se veía venir que en algún momento el PSOE podría llegar a vetarlo.

Era una posibilidad que habíamos contemplado, pero nunca el presidente nos la había explicitado en público ni en privado. Y Sánchez lo hace en público. No se lo transmite a Pablo Iglesias, sino que lo hizo en prime time. La decisión la toma al día siguiente de anunciarlo Sánchez en La Sexta por la mañana. Tenemos una reunión para debatir el asunto, y por la tarde lo anuncia.

El problema de ir a septiembre es que puede coincidir con la sentencia del procés, la Diada, el segundo aniversario del 1-O...

No hay que dejarlo para septiembre. Es verdad, lo ha dicho Gabriel Rufián [portavoz parlamentario de ERC], que es algo que puede pasar. Y por eso habría que no irse de vacaciones, para eso nos paga la gente, para llegar a acuerdos. Y retomar las negociaciones dentro de unos días, cuando se enfríe la tensión a la que ha sometido Pedro Sánchez al pueblo español para intentar llegar a un gobierno de coalición. No hay que dejarlo para septiembre; Pedro Sánchez debería no irse de vacaciones, la gente nos paga para llegar a acuerdos. Si Pedro Sánchez se va de vacaciones, la investidura se puede complicar. Volvería a demostrar una voluntad más parecida a la de la CEOE, que decía que igual hay que volver a votar.

En el debate de investidura, se les ha acusado de hablar de Gobierno pero no de programa.

En paralelo a la negociación del Gobierno íbamos hablando de programa. Ellos publicaron un documento el jueves pasado, una versión del que tenían antes, y puse a mi equipo a estudiarlo. Incluso antes de su decisión de empezar a negociar. Estábamos todo el tiempo preparándonos para abrir la negociación. Nosotros cogemos la propuesta de eldiario.es para estudiarla. Cuando nos sentamos en la mesa, entendemos que la mejor manera es trabajar sobre el documento del PSOE, con modificaciones y añadidos. Nos hemos intercambiado documentación varias veces. El obstáculo no estuvo nunca ahí, parecía evidente que íbamos a ponernos de acuerdo, estamos cerca. Pero sabemos que lo que se pone en el papel no es más que lo que se pone en el papel. Nosotros les pedimos que fuera una negociación integral, que no habláramos solo de programa, y es en la estructura del Gobierno donde ponían excusas para darnos un papel decorativo. Era caótico: se ponían sobre la mesa elementos sin razonamiento político, pero con la máxima de que el papel fuera de decorado, sin casi competencias para nuestras políticas y la gente.

La vicepresidenta y negociadora del PSOE, Carmen Calvo, ha dicho en una entrevista en la SER que le hicieron esperar el primer día de la negociación porque no se sentaban con ella hasta que aceptara a Irene Montero como posible ministra. Carmen Calvo, ha dicho en una entrevista en la SER

El PSOE ha dicho un montón de imprecisiones respecto de cómo han transcurrido las negociaciones. Lo que le pregunto a la vicepresidenta muchas veces es si va a haber más vetos, porque nos temíamos que el veto a Pablo Iglesias era una excusa, y ya habían sugerido la posibilidad de vetar a más gente hablando de “independientes” y “técnicos cualificados”. Después de haber habido un veto, una condición mínima era que no hubiera más vetos. La vicepresidenta me dice que nos veamos, y le digo que me tiene que garantizar que no haya más vetos. Se lo pregunto muchas veces y no me contesta, y entiendo que no garantiza que no haya vetos, así que le propongo un nombre: Irene Montero. El único nombre que teníamos claro era el de Irene Montero, y le digo: te lo cuento, y te pido discreción, y que antes de sentarnos me digas si vas a vetar o no. Y no responde a la pregunta.

Y entiendo que no desean que nos vayamos a sentar. Cuando llega la hora de la reunión, me llama, me dice que no tienen problemas con Irene Montero, cojo un coche y voy. Si a la primera llamada que tuvimos me hubiera dicho que no existía ese veto, no habríamos llegado una hora tarde.

Ha trascendido que IU ha expresado discrepancias con la negociación. ¿Por qué ha sido?

Hemos tenido un debate en la mesa confederal muy útil, en el cual hemos analizado la situación con diferentes matices. Estábamos más o menos de acuerdo, no hay discrepancias de fondo, aunque cada elemento del grupo confederal sus propios matices. Eso nos viene bien, y en estos escenarios hace que uno tome rumbos más sensatos. Hay máximo acuerdo en el fondo de la cuestión.

¿Habrá acuerdo con el PSOE al final para el Gobierno de coalición?

Ojalá. Deseo que lo haya, es el deseo de la mayoría de nuestra militancia, y mucho más importante, es el deseo de millones de personas en este país y, mucho más importante, creo que sería bueno para nuestro país. Creo que, si eso se diera, si hubiera un acuerdo de coalición, estaríamos abriendo una época muy ilusionante en este país. Tendríamos la oportunidad de mejorar la vida de la gente, que es el principal motivo por el que me metí en política, y de demostrar a Europa y a América que hay otra manera de gobernar, de repartir la riqueza, de salir de las crisis poniendo la vida de la gente en el centro de la acción política, con el Estado cuidando y protegiendo, y no sólo con los marcos mínimos para la economía de libre de mercado, además de ser una manera más eficaz de frenar a la extrema derecha.

El padre o la madre de la extrema derecha son las políticas económicas neoliberales que destruyen la vida de la gente humilde, capas amplísimas de la población que pierden la confianza en el Estado por una vida digna. Y eso pone a una serie de personas en las manos de gente reaccionaria que les cuenta que su problema no es que haya multimillonarios evadiendo impuestos, sino su vecina feminista o el mantero.

Esa oportunidad está encima de la mesa. Si el partido que ha ganado dejara de utilizar su posición para acaparar todo el poder, ya demostramos en los presupuestos que las cosas se pueden hacer de una manera diferente. Es una oportunidad para la gente de nuestro país, pero además nos mirarían otros países europeos y podría tener efectos fuera de nuestras fronteras frente a la Italia de Salvini, o los cuatro de Visegrado, o Donald Trump y Jair Bolsonaro, para dar esperanza a la gente humilde sin decirle que la culpa de los males del penúltimo la tiene el último.

Deseo que haya ese acuerdo y, sinceramente, todos se lo hemos puesto muy fácil a Pedro Sánchez. Sólo desde una voluntad estructural de no negociar con nadie, o con falsas negociaciones, se puede entender que en más de 80 días haya conseguido sólo un escaño.

Creo que más facilidades no se le pueden dar, nosotros hemos cedido muchísimo, y si Pedro Sánchez deja de poner problemas y excusas, este panorama desafiante está lleno de oportunidades y puede generar mucha ilusión. Por nosotros no va a ser, lo hemos demostrado con nuestra trayectoria, y desde la moción ha quedado clara nuestra voluntad.

Espero que en unos días haya recapacitado y que esto, como escribí en eldiario.es, sea un win-win-win: ganaría el PSOE, Unidas Podemos y la gente de nuestro país, España. No hacerlo y no dar ese paso, intentar acaparar el máximo del poder para ti, cuando esa oportunidad está tan cerca, nadie lo entendería.

Ellos tiene la sartén por el mango, que cambien de rumbo, que entiendan que este bochorno no se lo merece la gente de nuestro país y que pueda haber un gobierno de coalición.