La presentación de la candidatura de Francisco Igea para disputar la presidencia Ciudadanos a Inés Arrimadas marcará el destino del partido a partir de ahora. Los militantes tendrán que decidir entre mantener la centralización o dividir el poder entre líderes territoriales, entre abandonar definitivamente el centro para ir en coalición con las derechas, como plantea Arrimadas, o quedarse en él para pactar a uno y otro lado, la apuesta de Igea.
En contra de Igea juega que Arrimadas es la cara de Ciudadanos, la sucesora 'natural' de Albert Rivera a la que todos conocen, mientras que su nombre empezó a sonar el pasado año, cuando cuestionó al aparato por el fichaje de Silvia Clemente, se presentó a unas primarias que aparentemente perdió, y denunció públicamente un pucherazo que aún investiga la Fiscalía de Valladolid.
Igea escenificó la nula capacidad de autonomía de las agrupaciones territoriales cuando se le obligó a pactar con el PP tras las pasadas elecciones autonómicas, y todo después de una campaña electoral en la que repitió sin cesar que Ciudadanos pondría fin a tres décadas de Partido Popular, de corrupción y de medios de comunicación amordazados en Castilla y León. Ahora, asegura que lo importante, aunque su socio de gobierno “no sea el deseado”, es que están llevando a cabo “el 80% del programa de Ciudadanos”. Sin embargo no lleva nada bien que el partido en la Comunidad esté controlado desde Madrid, porque desde ahí es desde donde “el dedo divino” designa a los secretarios de organización, una extensión de poder de la presidencia del partido.
La falta de popularidad de Igea empezó a solucionarse el pasado lunes. Su breve pero tensa conversación con Arrimadas al finalizar un desayuno informativo en Valladolid le convirtió, inesperadamente, en protagonista en positivo. Arrimadas no quiso verle en un despacho y le instó a charlar en público. No esperaba que un intercambio de pareceres ante más de una decena de medios de comunicación se convirtiese en un boomerang.
Apoyo en las comunidades del pucherazo
En cuanto a los apoyos efectivos de Igea, desde su círculo se muestran optimistas porque la enmienda a la totalidad a los Estatutos que proponen los críticos está saliendo adelante en agrupaciones “fuertes”. En total, la han respaldado 107, si bien no se conoce cuántas se han reunido para votar. Donde más pega el impulso de los críticos es en las dos comunidades en las que se están investigando sendos pucherazos en las primarias: Castilla y León y Murcia, que además son la quinta y sexta en número de afiliados.
En la primera, la enmienda de los críticos ha sido la más votada en una agrupación de Ávila, una de León, tres de Palencia, dos de Salamanca y cuatro de Valladolid. En Murcia, en 12 agrupaciones. Pero, además tienen el apoyo de 16 de Madrid y 16 de Cataluña. En esta última hay que subrayar su importancia, ya que es el origen de Ciudadanos y además es la 'rama socialdemócrata' del partido. La enmienda de los críticos se ha impuesto en la agrupación más grande de esa Comunidad.
En la Comunidad Valenciana, los críticos reconocen que tienen “un agujero” y es el que ha dejado Toni Cantó, que hasta hace unos meses reclamaba la elección de secretarios de organización por parte de cada territorio -tenía una pésima relación con elsuyo- y que ahora ha silenciado su discurso, a cambio, sospechan de un hueco en la nueva Ejecutiva si Arrimadas ganase. La enmienda sólo ha salido adelante en dos agrupaciones. Aún así, no descartan que a la hora de votar, y con el amparo del secreto, los resultados mejoren.
La militancia de Castilla-La Mancha también los respalda. Allí está una integrante de los críticos, Orlena de Miguel. Los votos han sido favorables en 13 agrupaciones. Sin embargo, Ignacio Prendes no ha conseguido que en Asturias se avale con la misma contundencia. Sólo dos agrupaciones apuestan por esa enmienda a la totalidad. Tampoco Andalucía es demasiado crítica, si bien una parte está calificada como 'territorio Hervías'.
Entre los seguidores de Igea crece el optimismo aunque saben que se enfrentan a todo el antiguo aparato riverista, muy poderoso y aún con un gran control del partido gracias a los ‘tentáculos’ que sigue manteniendo Fran Hervías a través de sus peones, los secretarios de Organización autonómicos. Las últimas destituciones y ceses de los pocos portavoces críticos que quedaban, como Orlena de Miguel, en Castilla la Mancha, o Ignacio Prendes, en Asturias, fueron interpretados como la prueba de que la gestora quiere asegurarse de que el proceso de primarias les va a ser favorable.
Los críticos confían en que una alta participación les beneficie. Según fuentes de la dirección, del censo actual cifrado en 27.402 afiliados, podrán ejercer su derecho a voto 20.979, una cifra muy similar a la que había en enero de 2017 cuando Albert Rivera se enfrentó en primarias a dos rivales para la presidencia de Ciudadanos: el madrileño Juan Carlos Bermejo -en la actualidad portavoz de la Plataforma Compromiso Ciudadano-, y el andaluz, Diego de los Santos. Entonces, solo votó un 34,25% de la militancia de un censo finalmente rebajado a 20.065 afiliados. Rivera arrasó sin problemas con el 87,3% de los votos emitidos frente a un 6,2% logrado por el madrileño y el 6,5% del aspirante sevillano.
Miembros de la Plataforma Compromiso Ciudadano y de CsEresTu, que sustentan a Igea, insisten en que, a día de hoy, “si no manipulan ni hacen juego sucio, Paco podría lograr el 50% de los apoyos de la militancia o incluso más, y ganar a Inés”. Sea como sea, el resultado dejará patente el grado de apoyo de la dirigente catalana. Menos de un 70% de los votos la situaría en una complicada situación y debilitada para afrontar la nueva etapa en Ciudadanos. Además, evidenciaría la división interna del partido.
Los fallos telemáticos trastocaron los planes de Igea
Los fallos que se produjeron el sábado en la votación telemática para elegir a los compromisarios que acudirán a la Asamblea General de marzo frustraron en parte los planes de Igea dado que prefería conocer con antelación las fuerzas con las que va a contar para sacar adelanta la enmienda a la totalidad a los Estatutos que defiende su sector.
Las pocas dudas que le quedaban al líder de los críticos sobre si dar o no ese paso adelante y presentarse como la alternativa a la portavoz parlamentaria se disiparon definitivamente en la mañana del lunes tras el agrio enfrentamiento que tuvo con Arrimadas en Valladolid. Uno y otro se acusan mutuamente de haber sido los culpables de montarle al otro “una encerrona” con los periodistas y las cámara de televisión delante. La posibilidad de un acuerdo quedaba descartada.
Tras la presentación de la candidatura de Igea en Madrid, este miércoles se oficializará también la de Arrimadas. Según fuentes de su entorno, la aspirante a liderar el partido no organizará un acto específico sino que posiblemente hará pública su lista a la Ejecutiva a través de un comunicado. En ella no estará Edmundo Bal, ni alguno de los otros fichajes electorales de Rivera, que terminaron afiliándose a Ciudadanos poco despues. El motivo no es otro que los Estatutos del partido obligan a militar seis meses como mínimo para optar a un cargo orgánico y Bal -al igual que Sara Giménez o Marcos de Quinto- no cumple ese requisito en este momento. Pero Arrimadas contará con él para estar de una manera u otra en su nuevo equipo.