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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

“Esperamos que el PSOE no defraude y decida estar más cerca de Unidas Podemos que del PP”

Cansada, pero satisfecha. La portavoz de Unidos Podemos-En Comú-En Marea, Irene Montero (Madrid, 1988) recibe a eldiario.es en su despacho del Congreso un día después de la votación de la moción de censura contra Mariano Rajoy. Pese a la constatación de que los números no sirvieron para desalojar al PP del Gobierno, Montero cree que la iniciativa del grupo confederal ha puesto de manifiesto que la mayoría que permitió a Rajoy sacar los Presupuestos Generales ya no existe: “Los noes no suman la mitad de la Cámara, el Gobierno no tiene la mayoría”.

Montero se muestra especialmente contenta por haber obligado a Rajoy a dar la cara, algo que, dice, el presidente del Gobierno no suele hacer. “Creo que es un síntoma de que hicimos un buen trabajo al preparar la censura”, asegura. También permitió confirmar, cree, que Ciudadanos es “la fuerza política escudera del PP”. Pese a ello, en Unidos Podemos destacan que “ninguna de las fuerzas políticas que votaron no estaban cómodas al lado del PP”.

La portavoz de Unidos Podemos regatea las preguntas sobre el PSOE y se emplaza a que Pedro Sánchez termine de cerrar su congreso esta semana antes de valorar su actitud. Eso sí, avisa: “Esperamos que el PSOE no defraude y decida estar más cerca de Unidas Podemos que del PP”

¿Ha fracasado la moción de censura de Unidos Podemos contra Mariano Rajoy?fracasado la moción de censura

Una imagen vale más que mil palabras y la imagen del final del debate fue muy reveladora. Dijeron que la bancada se iba a levantar a aplaudir a Mariano Rajoy, y ocurrió. Pero fue un aplauso breve y casi protocolario en el que no había mucha alegría. Hubo otro aplauso que duró más tiempo y donde las caras eran de orgullo por lo que habíamos hecho. Era el aplauso de las fuerzas que habíamos votado a la moción. Ese aplauso duró más y esa imagen explica si la moción fue un fracaso o no. Igual que la imagen de un presidente que sube a responder a una portavoz parlamentaria en la primera intervención de la moción después de que había dicho que él “no replica a nadie”.

¿Por qué cree que Mariano Rajoy optó por subir él mismo y tras la primera intervención?Mariano Rajoy optó por subir él mismo y tras la primera intervención?

Ellos habían tratado de bajarle nivel y quitarle importancia a la moción de censura. También con la cantidad de tiempo que se retrasó el debate, que tampoco había pasado en ninguna de las otras dos mociones de censura. Cuando tuvieron que escuchar ellos y muchos ciudadanos durante dos horas un montón de verdades de cosas que están haciendo ellos, cómo saquean, cómo roban, los casos de corrupción, el uso partidista de las instituciones, el conflicto abierto por parte del Ejecutivo con el Legislativo y el Poder Judicial, comprendieron que él como líder no podía seguir escondiéndose y dar la cara. También ayudó la experiencia de la censura contra Cristina Cifuentes.

Esto revela que la moción de censura les ha preocupado y que era un mecanismo parlamentario necesario al menos para plantarles cara y para llevar al Parlamento la actitud de muchos ciudadanos de lucha contra la corrupción y de decirle a este Gobierno que basta ya. Eso tenía que estar en el Parlamento. Además, son conscientes de que esta votación, si bien la han salvado y numéricamente la han ganado, la han perdido. El PP ya no tiene una mayoría parlamentaria que le permita seguir en el Gobierno.

¿Por qué parece que por ejemplo recordarle los 64 casos de corrupción le hace poco daño, que sale inmune?recordarle los 64 casos de corrupción

No es verdad que no les haga daño. Al contrario. Nuestro objetivo, y lo cumplimos, era aprovechar que este debate permite intervenciones más sosegadas y explicar que la corrupción no es una cuestión de casos aislados y que necesita de toda una estructura para funcionar. Yo dediqué tiempo a explicar que para que un empresario pague una mordida a cambio de la concesión de obra pública no hace falta solo dos manzanas podridas. Hace falta toda una estructura de gente que se conoce, que cohabita en palcos de fútbol o en cócteles o aperturas de años judiciales; que se conocen de haber estudiado en los mismos sitios; que tienen ciertas confianzas; que tienen enlaces con los que mandan en los medios de comunicación. Revelar toda esa estructura les hace daño. Como explicarles que la base estructural de la corrupción es un modelo económico que el PP defiende y donde las grandes empresas cogen la riqueza del país y se la llevan a sus filiales en paraísos fiscales. Por eso salen respondiendo con que España va muy bien. Si todo lo que estamos contando es mentira, ¿por qué no suben aquí y rinden cuentas políticas y nos lo aclaran a todos? Sí les hace daño y ayer [por el miércoles] tenían plena conciencia de haber perdido el debate de la moción y de salir más desgastados.

Ellos saben que no tienen una mayoría parlamentaria porque ni siquiera las fuerzas que votaron no estaban orgullosas de defender al Gobierno y centraron sus críticas en el candidato. Es verdad que se votaba al candidato pero es una moción de censura, algo habrá que hablar del Gobierno censurado. Y ninguna de las fuerzas políticas que votaron no estaban cómodas al lado del PP. Les hace daño aunque quizá los efectos no se ven tan rápido como a quienes tenemos otro proyecto les gustaría.

Se daba por hecho por las filtraciones que iba a subir la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Cree que el hecho de que Rajoy salga hace que su discurso gane en importancia mientras resta protagonismo a la vicepresidenta?

Creo que no le quita protagonismo a la vicepresidenta. Ella tiene un papel que todo el mundo en el PP le reconoce. Pero sí demuestra que nosotros hicimos un buen trabajo en la elaboración y exposición de la censura, que era la parte que a mí me tocaba hacer. Quizá ellos no tenían pensado que el presidente saliese a responder pero tuvo que abandonar su posición de “si puedo me quedo escondido y en un segundo plano”. Vio que la cosa era grave y un líder debe poder salir a dar la cara. Rajoy pocas veces lo hace, así que creo que es un síntoma de que hicimos un buen trabajo al preparar la censura.

La presidenta del Congreso retrasó la tramitación de la moción de censura más de un mes, lo que permitió que se aprobaran los Presupuestos Generales. ¿Cómo se logra que este debate tenga efecto a partir de septiembre?retrasó la tramitación de la moción de censura

El momento de la censura era este y se ha confirmado con cómo ha ido el debate. La censura era necesaria hacerla. Nosotros no hemos elegido los tiempos. Los procedimientos judiciales que habéis contado los periodistas ponen de manifiesto que parece que ha habido chivatazos, un uso partidista de las instituciones, injerencias en el poder judicial, etcétera. Hay un conflicto enconado entre los poderes del Estado. Estamos investigando el uso partidista del Ministerio del Interior y parece que puede deshacerse el pacto entre el PSOE, el PP y Ciudadanos que dificulta esa investigación. No hemos elegido el momento, pero sí lo supimos ver.

Pero una vez planteada, debatida y votada la censura, ¿cómo se aprovecha esa potencia política?

El debate de censura sirvió para ver cuál es el camino que podemos recorrer a partir de ahora. Pablo Iglesias hizo un descripción muy detallada de una serie de medidas que configuran la posibilidad de salir de la situación de emergencia social y democrática que vivimos y podamos sentar las bases para una recuperación democrática que esté basada en el empleo de calidad y no en contratos basura, un modelo económico que implique reindustrialización y un plan de transición energética, etcétera. Creo que presentamos una alternativa que fue reconocida por muchos de los grupos que o votaron a favor o se abstuvieron.

Presentamos también una solución a la cuestión territorial y un proyecto de país plurinacional donde se pueden sentir reconocidos muchos de los pueblos que configuran nuestro país. Todo eso abre un camino entre la gente que votamos y la que votamos abstención para construir una mayoría alternativa. La votación dejó algo claro: los noes no suman la mitad de la Cámara, el Gobierno no tiene la mayoría de la Cámara. Eso tiene una cara B. Hay una suma de abstenciones y síes que lógicamente tiene que se trabajada, no están las cosas hechas, pero entre esos síes y esas abstenciones podemos encontrar encajes y creo que así lo reconocieron las diferentes fuerzas. El camino está abierto. ¿eso garantiza que las cosas vayan a llegar a buen puerto? No, hay que trabajárselo. Hasta la moción de censura el Gobierno contaba con una mayoría estable para sacar las principales medidas. Ahora yo creo que está en duda.

Pablo Iglesias fue muy insistente en la mano tendida al PSOE y en esa posibilidad de mayorías alternativas. ¿Eso realmente se va a intentar o vamos al juego del trilero de 2016?la mano tendida al PSOE

El juego del trilero no tiene cabida ahora. Por muchos motivos, pero el principal es que Ciudadanos se ha desvelado ya como la fuerza política escudera del PP. Los hechos hablan por sí solos. Cuando el Gobierno del PP a nivel estatal está más cuestionado, que Ciudadanos reconoce que el PP es un partido lleno de corrupción, después de los chivatazos y las conversaciones que ha grabado la UCO, en el peor momento del PP, Ciudadanos ha apoyado al Gobierno. Una formación política que da estabilidad a un Gobierno como el de Rajoy es imposible que esté a la vez en el lado de la construcción de la alternativa. No se puede estar en los dos sitios a la vez. Y ellos se han decantado por el PP no solo a nivel estatal, también en Murcia y en Madrid. El juego del trilero es difícil y si alguien está pensando en hacerlo creo que los ciudadanos y las ciudadanas se van a dar cuenta.

¿Cree que hay una alternativa con el PSOE que no pase por Ciudadanos?

En mi opinión, es evidente que sí.

¿Pero ven al PSOE en esa posición?

El PSOE ahora mismo está en un momento de transición que termina este fin de semana con su congreso. Esperamos que salgan con una voluntad política firme de estar más cerca de nosotros que del PP. Nosotros sabemos dónde estamos, que es enfrente del PP, y también de sus socios de Ciudadanos. El portavoz del PSOE dijo en el debate que las propuestas presentadas por Pablo Iglesias son coherentes con lo que ellos piensan. Así que políticamente, además de numéricamente, es viable. Pero ellos tienen que tomar una decisión y nosotros respetar estos últimos días de transición. Esperamos que el PSOE no defraude y que tomen la decisión de estar más cerca de Unidas Podemos y de las confluencias que del PP.

Hasta ahora el ritmo en el Parlamento lo marcaban las propuestas legislativas. ¿Vuelve a ser una prioridad formar una mayoría alternativa al PP, algo de lo que ya no se hablaba?

Con la moción de censura demostramos que hemos sido capaces de traer algo que las demás fuerzas no querían traer, que era el rechazo a las prácticas del PP. Pero hemos traído también un proyecto de país concreto, es mucho más amplio que lo que habíamos presentado hasta entonces. Y así lo reconocieron el resto de fuerzas.

Nosotros ahora tenemos la obligación de utilizar todas las herramientas parlamentarias que nos permitan concretar esa alternativa. Ir metiendo en la agenda parlamentaria todos los elementos del proyecto de país que queremos construir. Pero no nos vamos a olvidar de que mientras el PP siga gobernando la situación es de excepción y una prioridad es echarles. Nos pondremos a hacer las dos cosas a la vez.

Dentro de un mes se votará el techo de gasto de 2018 en el Congreso. ¿Cree que el resultado será el de la moción de censura o el de los Presupuestos Generales?

No tengo una bola mágica. Podría pasar cualquier cosa porque aún no hemos visto esa propuesta. Mi impresión es que el PP traerá una propuesta injusta, que sigue condenando a nuestro país a perdonar el pago de impuestos a los ricos, como con la amnistía fiscal anticonstitucional. Espero que la respuesta de la Cámara sea más parecida a lo que ha ocurrido en esta moción de censura.

Será la primera prueba de Pedro Sánchez como secretario general ratificado por el congreso del PSOE.

No necesariamente la primera porque hay plenos antes. Pero sí una ocasión especialmente importante porque para garantizar la estabilidad de un Gobierno el techo de gasto es una piedra angular. Será un ejemplo que muestre si hay un PSOE que quiere caminar más cerca de nosotros que del PP.

El miércoles, el portavoz del PSOE, José Luis Ábalos, defendió el voto favorable del diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, a los Presupuestos Generales del Estado. Y lo hizo en primera persona [“En cuanto al candidato nuestro de Canarias, desde luego barato no ha salido”]. Dentro de un mes el PNV y Quevedo pueden volver a cambiar su voto.Y lo hizo en primera persona

Nosotros ya hemos dicho que Rajoy y Montoro tenían las cosas atadas y bien atadas cuando trajeron los presupuestos y que no nos ha gustado que el PSOE no llamase al señor Quevedo para que cambiase su voto en una cuestión tan importante.

Lejos de reprochárselo, el miércoles Ábalos defendió ese voto.

Efectivamente. En ese sentido, quiero ser respetuosa con el proceso de transición en el que están. Ya les hemos dicho claramente que no nos ha gustado. No es cuestión de remarcárselo en exceso, más bien creo que es momento de esperar a ver qué ocurre en el congreso del PSOE. ¿Esto quiere decir que mi posición sobre los presupuestos ha cambiado? No, pero la he dado muchas veces y no es momento de enfatizarla como de esperar a ver y establecer un diálogo, más allá de que haya cosas en las que no estemos de acuerdo.

Ábalos, que será el secretario de Organización de Pedro Sánchez, también dijo: “Sabemos que Ciudadanos no está a la izquierda, pero hay momentos en la política en que hay que sumar”. El propio Sánchez en un artículo en El Mundo señaló: “Si continúan los vetos buscaré decididamente ese apoyo mayoritario al cambio en las urnas”. ¿Se creen el giro ideológico del Pedro Sánchez?en un artículo en El Mundo

El deseo es creerle, no tenemos por qué renunciar. Pero hemos aprendido en estos años que lo que importa son los hechos más allá de las palabras. Queremos hechos, el deseo es que el PSOE no defraude y salga con una voluntad firme de entenderse antes con Unidas Podemos-En Comú-En Marea que con el PP. No tengo motivos para desconfiar pero queremos hechos.

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez han hablado. ¿Qué señales han recibido?

Cordialidad. Por lo menos hay un canal abierto, que es importante. Ahora hay que respetar ese proceso en el que Pedro Sánchez es verdad que ha sido elegido secretario general pero el congreso tiene muchos más elementos que condicionan lo que un secretario general hace luego. Importa el equipo, el Comité Federal, unas líneas políticas, etcétera.

La sintonía demostrada con ERC estos días, ¿qué recorrido tiene?

Nosotros somos claros y nuestros compañeros de En Comú Podem, también. Creemos que las movilizaciones consistentes en poner urnas, todo lo que tenga que ver con facilitar la expresión democrática de los catalanes y las catalanas como de cualquier ciudadano, nos parece perfecto. Son movilizaciones legítimas y no se deben criminalizar. Pero creemos que la solución para Catalunya pasa por un referéndum pactado y con garantías de que lo que se vote sea reconocido y tenga consecuencias.

La relación con ERC es buena y se ha demostrado en el debate. Es verdad que tiene sus particularidades cuando hablamos del Parlamento español o cuando lo hacemos de la realidad catalana, que tiene sus propios ritmos y reglas, sus propias formaciones y correlaciones de fuerza diferentes. Los compañeros de En Comú Podem están en una posición de liderazgo y responsabilidad, son los que han ganado las dos elecciones generales y les corresponde ir marcando esos ritmos.

Es la primera vez que una mujer defiende una moción de censura y que tiene un papel tan protagonista en un debate parlamentario que suele estar copado por hombres. ¿Qué sintió?

Es una sensación de cierto orgullo que corresponde a todo el equipo: no dejaba de ser un reto. Es una oportunidad que una mujer intervenga con un rol marcado por el reglamento tan sustancial, sino porque siempre somos doblemente observadas y marca mucha responsabilidad y era importante para el espacio del cambio y para el grupo parlamentario.

Por una parte, orgullo porque hemos hecho un buen trabajo. Mucha responsabilidad también. Y me he sentido muy arropada. La moción ha puesto de manifiesto que hay muchísima gente, muchísimas mujeres, capaces de empatizar y decirle al Partido Popular, más allá de mi rol concreto: nosotras queremos un país mucho más feminista del que ustedes se representan en sus cabezas y del que a usted les sale cuando las cosas les salen de dentro.

Creo que este debate ha permitido en el ámbito de la lucha feminista demostrar que al PP cuando las cosas le salen de dentro les sale mucho machismo, autoritarismo, desprecio por los jóvenes, por las mujeres, por todo aquel que no respete sus reglas del juego. Y ha habido una reacción social que ha dicho: somos más feministas que el PP y estamos en la senda de construir más igualdad, más derechos, y hay cosas que nos producen mucho rechazo.

A usted le criticaron su nombramiento como portavoz del grupo confederal en febrero, ¿ha tenido que pasar un debate extraordinario como la moción de censura, cuatro meses después, para sentirse reconocida?

El mío es un ejemplo que puede ser más visible por estar en el Congreso, pero ejemplos de que una mujer tras no sé cuántos meses de estar en una responsabilidad se le empiece a reconocer su valía, hay a diario. Ocurre en muchas profesiones en donde los hombres ocupan puestos de responsabilidad tradicionalmente. Incluso en la cocina ocurre que hay muchas más mujeres en el gremio pero los grandes nombres son hombres. Y pasa en el periodismo y en muchas profesiones donde las mujeres suelen estar en segunda fila. Lo mío es un ejemplo entre millones, y demuestra que todavía nos queda mucho camino por recorrer en la lucha por la igualdad.

¿Cree que se lo tiene que preparar más que sus compañeros hombres porque se nota más examinada?

Me siento más presionada. No sé si es el mejor nombre, pero lo llaman el síndrome de la impostora, que habla de esa sensación que tienen muchas mujeres incluso las que son muy reconocidas en su ámbito profesional y después de muchos años, se levantan por la mañana y dicen: ¿me lo mereceré? ¿No habrá hombres más preparados?

No sé si es tanto que me preparo las cosas más, pero sí siento tres veces más la presión. Y a mí es algo que me dicen: “Deja de preocuparte, que va bien”. Y no lo he visto sólo en mí: la presión que te pones sobre ti misma, como si no pudiésemos permitirnos fallar. Igual que si un hombre se equivoca no se pone en duda su valía, si una mujer se equivoca un día queda desacreditada para siempre. Y no es una experiencia solo mía, la comparten muchísimas mujeres en sus profesiones.

Al terminar el debate de la moción, Iglesias se abrazó con Xavier Domènech y, ya en el patio, con Bustinduy. ¿Se han terminado de cerrar ciertas heridas internas tras Vistalegre 2?

Este debate ha sido importante para el grupo parlamentario, porque todo el grupo ha trabajado y lo ha vivido como una piña. Todo el mundo ha tenido una función, toda la bancada ha arropado a los oradores, a Pablo, a mí, a Xavi, a Tone, a Alberto y ha tenido mucha dignidad frente a una bancada popular que ha hecho de todo: el murmullo constante, el insulto y la descalificación. Ha sido un momento muy bonito para el grupo y creo que eso es positivo, no tanto porque hubiera cosas que cerrar. Nos ha puesto ante una tarea que nos ha gustado hacer juntos y nos ha recordado especialmente que unidas podemos, que es el nombre de nuestro grupo confederal.