Espinosa de los Monteros, el escudero de Abascal y abanderado del llamado 'sector liberal' de Vox

Iván Espinosa de los Monteros se marcha. Deja la primera línea de la política y su escaño en el Congreso de los Diputados. El hasta ahora portavoz parlamentario del partido se había convertido en una de las caras más visibles de Vox en estos últimos años. Su presencia en el Congreso le ha otorgado una exposición pública que, junto a Santiago Abascal, le ha convertido en uno de los rostros más reconocidos, en una formación sumida en el hiperliderazgo del líder del partido. Él argumenta razones familiares para justificar su marcha, pero lo cierto es que se produce en medio de una guerra de poder en el partido entre el sector liberal, que él representa, y el más ultracatólico.

Casado con Rocío Monasterio, otra de las caras más conocidas de Vox, es primogénito del ex comisionado para la Marca España y marqués de Valtierra, Carlos Espinosa de los Monteros. Se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales en ICADE. 

El trabajo de su padre hizo que Espinosa de los Monteros se criase en Chicago (Estados Unidos). “En casa hablaba español pero mi lengua era el inglés, mis amigos eran americanos”, explicó a El Mundo. Recientemente, en la presentación del programa económico del partido, dio cuenta de su bilingüismo al contestar en inglés y traducirse a sí mismo a una pregunta que le realizó un periodista japonés. 

Antes de llegar a Vox se dedicó a la auditoría, a la consultoría y a la intermediación inmobiliaria. Según la información facilitada por su partido, tras estudiar un MBA “comenzó una andadura profesional por cuenta propia fundando una serie de compañías de fortuna diversa, y también de sectores diversos”. Durante la crisis del 2008 se fue a vivir y a trabajar a Polonia. 

Operaciones señaladas por Hacienda

Ya de vuelta a España algunas de las operaciones que ha realizado han sido señaladas por la administración. Tal y como reveló elDiario.es. Hacienda descubrió que el matrimonio defraudó con una “factura falsa” de 169.000 euros por una intermediación realizada entre 2015 y 2016. No es el único incidente que detectó una inspección fiscal. La Agencia Tributaria alertó de que el dirigente de Vox había dejado de ingresar una cuota de 268.676,79 euros en concepto de IRPF, al intentar atribuir a dos sociedades suyas un trabajo que en realidad había realizado él. No son estas, sin embargo, las únicas irregularidades en las que se ha visto envuelto.

Este martes, cuando ha hecho pública su salida, el economista ha recordado sus inicios junto a Abascal en la Fundación Denaes. En esta asociación centrada en la defensa de la nación española, coincidió el grupo que sucedió a Alejo Vidal-Quadras al frente del partido, después de que el ex eurodiputado del PP no revalidase escaño en el Parlamento Europeo en las elecciones del 2014. De aquel núcleo, en el que se encontraban Abascal, Monasterio, Espinosa de los Monteros, Javier Ortega Smith y Enrique Cabanas, ya solo queda este último en el círculo de poder más cercano al líder de Vox.

Durante aquellos años de irrelevancia política e institucional de Vox, Espinosa de los Monteros ocupó distintas responsabilidades en el partido. Ha sido secretario general, actualmente estaba al frente de la portavocía del grupo parlamentario y de la Vicesecretaría de Relaciones Internacionales. Aunque ha estado más centrado en su labor en el Congreso, en 2020 y 2019 viajó a Estados Unidos para establecer contactos con los republicanos norteamericanos en la cumbre conservadora Conservative Political Action Conference (CPAC), en la que participó Donald Trump. 

Su salida aboca al partido a afrontar una nueva etapa en el Congreso. Cuentan con un grupo parlamentario más mermado, ya que han perdido 19 escaños y se ha desvanecido la opción de presentar mociones de censura. En estos últimos años, alejado de la actividad orgánica del partido, el día a día de Espinosa se ha limitado a la labor parlamentaria. Este economista se ha enmarcado en el llamado ‘sector liberal’ del partido que ha salido mermado en la confección de las últimas listas, en detrimento de la facción más tradicionalista liderada por Jorge Buxadé. 

Coincidiendo con la elaboración de las candidaturas, la última modificación de los estatutos también impactó en el poder orgánico de Espinosa de los Monteros. El cambio que promovió Abascal en la asamblea de junio dejaba en el aire su presencia en el Comité de Acción Política, un equipo de trabajo que se reúne semanalmente para analizar la actualidad política y del que ejerce como portavoz Buxadé. La nueva redacción de los estatutos ya no recogía la participación del portavoz parlamentario como obligatoria y dependía, a partir de entonces, de que Abascal e Ignacio Garriga le quisieran incluir. El presidente y el secretario general son desde entonces los únicos miembros natos del comité. 

Desde ese denominado ‘sector liberal’ asumen que el nuevo portavoz parlamentario será una persona afín al núcleo más cercano a Abascal. Sus compañeros de partido alaban las dotes comunicativas de Espinosa de los Monteros. Durante los primeros años de legislatura creó un tándem con Macarena Olona, a la que convirtió en su mano derecha en la gestión y el control del grupo. Desde su entorno reconocen que no fue fácil para él ser el encargado de romper en público los lazos entre ella y el partido. “Este es el fin del camino”, apuntó Espinosa para zanjar los intentos de Olona de reincoporarse a Vox.  

Aunque en su despedida ha esgrimido motivos personales, fuentes cercanas al ya exdiputado reconocen que se ha ido viendo arrinconado por la facción más tradicionalista del partido. Desde el ‘sector liberal’ se asumió como una intromisión en las labores de Espinosa de los Monteros que el programa económico del 23J no fuese presentado únicamente por él. No comprendieron por qué ese acto público también estaba conducido por Buxadé, aseguran que desconocen en qué consistió la aportación de un abogado del Estado a la estrategia económica del partido. 

Las fuentes consultadas por esta redacción consideran que la marcha del economista se debe, entre otros motivos, al malestar surgido por la elaboración de las candidaturas en las que Abascal y su núcleo duro prescindieron de nombres muy afines a él como Víctor Sánchez del Real. Con la marcha de la política institucional de estos dos fundadores del partido, el núcleo fundacional de Vox se desmembra y aboca a la extrema derecha a una reorganización interna.

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