Feijóo confía en que el Gobierno caiga por sí mismo tras las europeas

Aitor Riveiro

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El PP cree tener al alcance de la mano el Gobierno de España. Su triunfo en las elecciones europeas de este domingo, en el que endosó cuatro puntos y dos diputados al PSOE, sitúa a los de Alberto Núñez Feijóo en una posición de ventaja en caso de un hipotético adelanto electoral. Pero el primer partido de la oposición ha pasado de exigir expresamente la convocatoria a darla por inevitable. Pese a que los socialistas han resistido en las urnas, mal que bien, el desfonde de los socios de la coalición ha provocado la dimisión de Yolanda Díaz al frente de Sumar. Y el PP ha aumentado la presión en el flanco más débil del Ejecutivo.

El pasado 26 de mayo, el PP reunió a decenas de miles de personas en el centro de Madrid. Con la Puerta de Alcalá como telón de fondo, Feijóo lanzó la campaña de las europeas sin dar voz a su candidata, Dolors Montserrat. El PP dijo en el inicio de aquella semana que las europeas eran un “ahora o nunca” para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y ya el domingo reclamó elecciones generales , mientras Isabel Díaz Ayuso explicitó que el 9J sería “un plebiscito”.

Tras el recuento de las votos, y pese a casi “cuadruplicar” la distancia con el PSOE que el PP logró en julio del 2023, la secretaria general, Cuca Gamarra, no pidió la disolución de las Cortes Generales y una convocatoria electoral. Pero lo dejó caer: “Hace apenas un año las convocó tras perder las municipales por tres punto. Hoy pierde por cuatro”, dijo al filo de la medianoche, cuando el recuento confirmaba no solo el triunfo del PP, sino la caída generalizada de la izquierda. “Pedro Sánchez ha recibido una censura en las urnas. Los españoles han hablado. Que sea consecuentes”, zanjó Gamarra. Pese a las preguntas de los periodistas, la número dos del PP no se salió del guion.

Poco después compareció, sin preguntas, Feijóo. “Estamos ante un nuevo ciclo político”, dijo. Pero tampoco pidió elecciones. Se reafirmó, eso sí, ante los suyos al arrogarse “una nueva responsabilidad” que dijo asumir “con humildad y sentido de Estado”. Vamos a gobernar después de las próximas elecciones generales“, advirtió.

Tampoco pidió expresamente elecciones este lunes el portavoz nacional, Borja Sémper, en una rueda de prensa tras la celebración del Comité de Dirección. “La moción de censura es esta”, replicó, con un mapa de la noche electoral en la mano cuando se le cuestionó si Feijóo iba a exponer al presidente del Gobierno al voto del Congreso. Durante la campaña, el líder del PP sí abrió la puerta de la censura, pero la cerró rápidamente su equipo.

El portavoz dibujó los puntos, pero no los unió. “No tiene mayoría para seguir adelante”, aseguró. “Parece esperable que hoy anuncie unas nuevas generales”, añadió. Y puso como ejemplo a un exdirigente querido entre las bases, pero ya fallecido: “Rubalcaba anunció que dejó el liderazgo del PSOE en 2014. Asumió que la responsabilidad era solo suya, suya y suya. Como suya es la responsabilidad de Sánchez”.

Sémper obvió que esa dimisión no fue inmediata. Y siguió punteando el dibujo, sin terminarlo. “El tiempo del PSOE se ha terminado, el de Pedro Sánchez también. Está en tiempo de descuento, tanto él como su política ha quedado sentenciadas”. “La salida de Pedro Sánchez se cocina a fuego lento, el presidente caerá”, dijo. “Otro presidente con más talla estaría pensando su futuro”, añadió.

Paso al lado de Yolanda Díaz

En el PP creen que la situación de Pedro Sánchez es insostenible, pero han optado por esperar a que se cueza en su propia salsa. Que no puedan utilizar las peticiones de dimisión o de elecciones como un arma con el que atrincherarse entre los suyos.

Los estrategas de Génova confían en que la situación se le complique todavía más al presidente del Gobierno con la conformación del Gobierno en Catalunya. Este lunes, el Parlament eligió como presidente al diputado de Junts Josep Rull, y el independentismo se hizo con la mayoría de la Mesa, pese a existir una alternativa viable si el PSC y los comunes sumaban recibían el apoyo del PP.

La dirección nacional de Feijóo se borró de la decisión, al menos de cara a la ciudadanía. “Será el PP de Catalunya, con Alejandro Fernández a la cabeza, los que tomen la decisión de qué hacer en el Parlament”, dijo Sémper. La decisión fue no apoyar al PSC, y Fernández se quejó en Twitter de algo que nunca ocurrió: la creación de un “cordón sanitario para que esté en la Mesa el que saca 6 (Comunes) y no los que tenemos 15”. Luego cambió el argumento.

Desde el PP nacional señalaron a los socialistas: “El PSOE, que hizo ayer el ridículo perdiendo más de 2,1 millones de votos respecto a las últimas elecciones europeas, amplía el bochorno hoy al no conseguir la Presidencia de la Mesa del Parlament”.

En Génova confían en que Salvador Illa no pueda hacerse con las riendas de la Generalitat y se produzca una repetición electoral que podría modificar las mayorías que salieron de los comicios del 12 de mayo, y que dejaron al PSC a las puertas de recuperar la Generalitat. En todo caso, sostienen en el PP, si el PSOE consigue la Generalitat quizá sea a cambio de perder la gobernabilidad del Gobierno central y no poder aprobar los necesarios Presupuestos Generales de 2025. Un escenario propicio para los intereses de Feijóo.

Pero si algo refrendó el lunes la tesis del PP fue el anuncio de Yolanda Díaz de dimitir de sus responsabilidades al frente de Sumar tras un muy mal resultado el 9J. Aunque seguirá como vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, cargos desde los que mantendrá la coordinación del grupo parlamentario y de sus ministros en el Gobierno de coalición.

En el PP recibieron la noticia con alborozo. Primero, porque la dirección gallega del partido conoce (y aborrece) a Díaz desde hace mucho, y se lo tomaron casi como una cuestión personal, a tenor de los tuits del portavoz parlamentario y enemigo declarado de la vicepresidenta, Miguel Tellado.

Y segundo, y más importante, porque creen que es otro golpe del que el Gobierno de coalición no se podrá recuperar. En un mensaje remitido a los periodistas, el PP aprovechó para volver a reclamar, otra vez de forma indirecta, la dimisión del presidente: “La decisión de Díaz debe tener continuidad en las que adopte Pedro Sánchez. Su coalición se tambalea y ya no tiene mayoría para seguir adelante. Ha perdido la mayoría social, parlamentaria y política. Es sorprendente que tras el batacazo de estas elecciones europeas quien dimita sea la vicepresidenta y no el presidente”.