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Feijóo se encomienda a las explicaciones de Mazón para mantener su ofensiva contra el Gobierno por la DANA

Aitor Riveiro

13 de noviembre de 2024 22:59 h

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El PP es consciente desde hace días de que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, no tiene intención de dimitir para asumir responsabilidades políticas por las riadas que provocaron más de 200 muertos hace ya dos semanas en la provincia de València. “Va a resistir”, asumen en la dirección nacional, donde ironizan que sigue la estela de Pedro Sánchez y su ‘Manual de Resistencia’. Alberto Núñez Feijóo ha optado así por cerrar filas con su barón y culpar de toda la catástrofe en exclusiva al Gobierno central. El líder del partido espera que las explicaciones del president en Las Cortes Valencianas (previstas en principio para este jueves pero que se han aplazado por el temporal que sacude a la comunidad) le ayuden en la nueva ofensiva.

Así lo expresó el propio Feijóo este miércoles en el Congreso tras la larga comparecencia del ministro de Política Territorial, Ángel Torres, para explicar la gestión del Gobierno durante la DANA. “Después de su comparecencia [de Mazón], habrá mucha gente que se sienta, al menos parcialmente, reconfortada con la clase política. Espero y deseo que así sea”, dijo en una rueda de prensa.

Feijóo atendió a los medios brevemente tras casi cinco horas de debate parlamentario del que el líder de la oposición estuvo ausente. El PP reprochó que faltase Pedro Sánchez, de viaje en Azerbayán para asistir a la Cumbre del Clima, mientras el escaño de su propio jefe de filas estuvo vacío toda la mañana.

Según la explicación de su equipo, el líder del PP estuvo toda la mañana en su despacho del Congreso. Tras la comparecencia de Torres, a la que no asistió, atendió a los medios de comunicación en una sala aneja al Hemiciclo y lanzó algunos mensajes sobre lo que espera que ocurra en el Parlamento valenciano cuando finalmente comparezca Mazón.

Feijóo dijo que “los poderes públicos no han estado a la altura en la gestión de la riada”. Pero quiso diferenciar muy claramente la responsabilidad de Mazón y los suyos de la del Gobierno por lo que añadió: “Y siguen sin estar a la altura en el ámbito del Gobierno central en la gestión de las expectativas de las víctimas”.

Esas “expectativas” de la ciudadanía que ha sufrido la devastación de las peores riadas que se recuerdan en la región, son las que Feijóo confía en que Mazón pueda colmar mañana con sus explicaciones en la sede del Legislativo valenciano. 

“Estemos atentos a lo que va a decir, a los compromisos que va a adoptar”, dijo el líder del PP desde la capital. “Y también estemos atentos a todas y cada una de las explicaciones que ha de dar”, una frase que más parece una exigencia que una certeza sobre lo que pueda ocurrir en Les Corts.

Tras los bandazos de las últimas dos semanas, el PP ha conseguido unificar una estrategia con su barón valenciano, al menos aparentemente. Si Mazón no va a asumir las responsabilidades en primera persona y de forma inmediata, pese a la miriada de informaciones que señalan su prolongada ausencia en los momentos clave del 29 de octubre y los fallos en los avisos a la población, ahora toca justificar por qué. Y Feijóo recurre a su tesis inicial: la información proporcionada por el Gobierno, vía AEMET y confederaciones hidrográficas, era errónea, insuficiente y llegó tarde.

Feijóo citó expresamente la comparecencia en la que, junto a Mazón, arremetió contra la nula “colaboración del Gobierno” y donde ya señaló que la Generalitat nunca tuvo la información en tiempo y forma para poder tomar las decisiones adecuadas.

Esa falta de información fidedigna es el clavo ardiendo al que se agarran Mazón, quien aquel mismo día contradijo a su jefe y agradeció a Sánchez y a sus ministros la colaboración, y también su equipo. El president ha pasado de agradecer a Sánchez su “colaboración” y “comunicación” a sostener que no tenía ni idea de lo que estaba pasando en su propio territorio, y donde alcaldes de su propio partido habían indicado horas antes de las riadas a sus vecinos que no salieran de sus casas por el riesgo de riadas. La víspera, el 28, la Universidad de Valencia optó por anular las clases del 29, una decisión que Mazón criticó justo antes de irse a comer durante horas con una periodista, según la versión oficial, para ofrecerle la dirección de la tele autonómica.

El respaldo de Feijóo a Mazón llega parejo a una gran ofensiva del PP en Bruselas para boicotear la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta de Competencia de la Comisión Europea. La todavía vicepresidenta tercera de España estaba precisamente en la capital comunitaria el 29 de octubre, día de la DANA, y se conectó por videoconferencia con el comité de crisis creado en la Moncloa.

Pero Feijóo la ha elegido como objetivo a batir, y para ello se ha aprovechado de los complejos equilibrios de poder en las instituciones europeas y la necesidad de Ursula von der Leyen de lograr el respaldo a su colegio de comisarios, incluido el ultra italiano Raffaele Fitto. El PP europeo se ha erigido en máximo defensor del vicepresidente propuesto por Giorgia Meloni y han utilizado la carta del veto a Ribera para forzar una votación conjunta que garantice que los socialdemócratas apoyen la entrada del italiano. La votación no tiene fecha de momento mientras los grupos parlamentarios negocian, aunque la alemana mantiene su confianza en la vicepresidenta española.

Feijóo pidió el miércoles a Sánchez que renuncie a Ribera y proponga otro candidato. En su cabeza está el ministro de Agricultura, Luis Planas, con quien el PP siempre ha mostrado mucha más afinidad que con la ministra de Transición Ecológica. El líder de la oposición no dejó mucho campo a la imaginación al pedir que a Ribera le sustituya un ministro con experiencia en Bruselas y conocedor de la agricultura española. No dio el nombre, pero tampoco hizo falta.

Los movimientos que haga Mazón en la Comunidad Valenciana determinarán cómo de virulentos pueden ser los ataques del PP contra Ribera. Lejos quedan ya las palabras del portavoz nacional, Borja Sémper, quien el pasado lunes dijo que su partido huiría “del barro” (sic) y de “emponzoñar” la vida política. Un día después su propio jefe de filas ya le llevó la contraria y arremetió contra el Gobierno. Pero la intensidad ha ido en aumento. Este miércoles, el eurodiputado Esteban González Pons aseguró en el Parlamento Europeo sobre Ribera: “¿Precisamente la ministra competente va a ser premiada cuando todavía hay cuerpos sin recuperar debajo del barro?”. Pons es vicesecretario de Política Institucional del PP y una de las personas de la máxima confianza de Feijóo.

Mazón puede ayudar a fijar el listón en su comparecencia, para la que todavía no hay fecha. En los últimos días se ha especulado sobre la posibilidad de que remodele el Gobierno autonómico, e incluso con que destituya a las personas más señaladas, junto a él, por la gestión de la DANA: la consellera de Justicia e Interior y responsable de Emergencias, Salomé Pradas, y la de Turismo, Nuria Montes. La primera fue la única alta dirigente de la Generalitat presente en el comité de crisis (Cecopi). La segunda ha protagonizado declaraciones desafortunadas tras la catástrofe.

Pero las conselleras, sobre todo Pradas, contaba en teoría con la misma información que Mazón. Y Feijóo dijo este miércoles una frase para salvar al president de la Generalitat que, en realidad, se puede aplicar a sus subordinadas: “No me parece justo intentar trasladar responsabilidades a quienes tomaban decisiones en función de información responsabilidad de otros”.

Feijóo y Mazón han hablado de forma intensa en las últimas horas, según han revelado fuentes de la dirección nacional del PP. Parece claro que el líder del PP ha participado de las decisiones que vaya a anunciar Mazón. Por eso se atrevió a decir este miércoles una frase a medio camino entre la afirmación y la súplica: “Después de su comparecencia habrá mucha gente que se sienta, al menos parcialmente, reconfortada con la clase política. Espero y deseo que así sea”. Las dudas se resolverán en una comparecencia prevista para este jueves y que ahora mismo no tiene fecha.