La Fiscalía de Madrid ha cambiado radicalmente su posición en el caso de la muerte a disparos de un joven en Vallecas por tres policías nacionales. De proponer que fueran juzgados por un homicidio con eximente incompleta, el Ministerio Público ha pasado en el último momento a solicitar el archivo de la causa para los agentes.
La Fiscalía de Madrid, que dirige María Pilar Rodríguez Fernández, alega para su petición de archivo el contenido de dos repentinos informes de la propia Policía, incorporados a la causa cuando esta iba camino del juicio con jurado y poco después de que el sindicato mayoritario de la Policía iniciara una serie de movilizaciones exigiendo que no se sentaran en el banquillo los tres policías, afiliados de su organización.
Kebyn Brayan Peralta Asencio, español de origen dominicano y 20 años de edad, murió a consecuencia de los seis impactos de bala que alcanzaron su cuerpo en el rellano de su casa del barrio de Palomares, en Vallecas, el 26 de noviembre de 2021. Los disparos fueron efectuados por tres policías nacionales que habían acudido a la vivienda alertados por la madre de Kebyn, que quería que mediasen o lo sacasen del domicilio por el alterado y violento estado en el que se encontraba. Los agentes aseguran que el joven les intentó matar con un cuchillo de 12,5 cm –similar al de un cubierto de carne– y que tuvieron que responder realizando al menos 18 disparos, de los cuales le alcanzaron seis.
Jupol, investigado por malversación
“Si bien es cierto que en la comparecencia de 20 de enero de 2023, el Ministerio Fiscal apreció la concurrencia de la eximente completa, no lo es menos que, con posterioridad a esa fecha, se han practicado dos nuevas diligencias cuyo contenido se considera relevante a la hora de apreciar la concurrencia de eximente completa”, explica el último escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso elDiario.es, y que resume en este párrafo el giro de 180 grados en la postura del Ministerio Público.
El caso de Kebyn era especialmente llamativo por sus consecuencias. Los policías que abaten a tiros a un supuesto delincuente en la calle o en un domicilio no suelen ser juzgados. A ello contribuye que la Fiscalía suele aceptar dar crédito a la versión de los agentes. Pero en este caso no había ocurrido así. Hasta que el juzgado recibió el escrito de la fiscal Laura Carmona Mijares del pasado 16 de marzo sobre la muerte de Kebyn Brayan Peralta Asencio, un joven de 21 años, residente en uno de los distritos más depauperados de la capital.
Los dos informes que cita la fiscal para cambiar radicalmente de postura han sido incorporados a la causa después de que el juez Pedro López Jiménez, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Madrid, diera por finalizada hace cuatro meses la instrucción concluyendo que “resulta verosímil la imputación que de los hechos relatados se hace a los policías nacionales”. Estos hechos, decía, “revisten, por ahora, y sin perjuicio de ulterior calificación, los caracteres de delito de homicidio”.
¿Qué ha ocurrido desde entonces para que la Fiscalía cambie de criterio? Según la fiscal del caso, el motivo es la incorporación de dos sorpresivos informes de la propia Policía a la causa. Ocurre que el sindicato mayoritario, Jupol, muy próximo a Vox e investigado por malversación de fondos públicos, inició una campaña para intentar torcer el sentido de la causa judicial.
Los policías se llegaron a congregar a las puertas de los juzgados el día de la vista preparatoria del juicio con jurado y exhibieron tres crucifijos con unos muñecos que simulaban los tres policías imputados, lanzando el mensaje de que era mártires.
Para defender la exoneración de los agentes, la fiscal Laura Carmona Mijares ha redactado un escrito de 20 páginas que supera en mucho la extensión de cualquier otra aportación de la Fiscalía durante el resto de la instrucción, que se ha prolongado durante más de un año y medio. En él recupera las declaraciones de testigos –aproximados, ya que en la escena del crimen solo estaba la víctima y los victimarios– y las de los agentes, que reinterpreta en sentido distinto a como la Fiscalía lo había hecho hasta el momento.
La manifestación de Jupol para presionar al juez se produjo el 16 de diciembre de 2022, con la investigación ya concluida. Un mes y medio después, el 31 de enero, los agentes de la Comisaría General de Policía Científica, tenían listo un informe en el que concluyen que las marcas del escudo protector que llevaban los agentes, de metro y medio de alto, son compatibles con el cuchillo que utilizó Kebyn. O los agentes ahorran el dato o la Fiscalía se guarda de reflejar las escasas dimensiones del cuchillo y que éste, además, apareció sin mango, lo que hacía imposible su empuñadura si no era produciendo cortes en las manos de la víctima, algo que el forense no apreció. La Policía Científica reflejó en un atestado que el cuchillo no tenía huellas.
Mismos hechos, nuevas conclusiones
El informe no aporta novedades al resto de atestados de la propia Policía durante la instrucción. Un segundo e imprevisto atestado, esta vez de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, llega a conclusiones que esos mismos agentes no habían alcanzado hasta el momento. Por ejemplo, y aunque esta no es su especialidad, los agentes concluyen que el escudo solo pudo ser dañado “al aplicarse al mismo una enorme fuerza, violencia y agresividad”. “El brazo derecho que empuñaba el arma sobrepasó el escudo hasta la zona del antebrazo del fallecido, rebasando la barrera defensiva que proporcionaba el escudo policial de la integridad física de los agentes”, añaden sus compañeros.
Cabe destacar que los agentes inciden en el consumo de marihuana y MDMA, más conocido como éxtasis o droga del amor. Ambas sustancias se presentan en el informe policial como “estupefacientes que pudieran transformar en un mayor nivel de energía e incremento de la conducta agresiva proyectada sobre los policías”. Se da la circunstancia de que el magistrado López Jiménez no se decidió a enviar a juicio la causa hasta que no recibió un informe de la Policía Científica que encargó ex profeso para averiguar cómo podrían haber influido las drogas en la resistencia de Kebyn. Una vez analizado, el juez propuso enviar a los policías al banquillo. El juzgado envió el pasado 23 de marzo a la Audiencia Provincial la causa para la celebración de la vista oral con tribunal del jurado.
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