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El Gobierno avisa de que el estado de alarma es “imprescindible” y negocia contra reloj con PNV y ERC

Reunión del Consejo de Ministros.

Irene Castro

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El Gobierno reitera que prorrogar el estado de alarma durante el proceso de desescalada es “imprescindible” para mantener la restricción de la movilidad, que es clave para frenar los contagios de la COVID-19. El Consejo de Ministros ha aprobado la solicitud para alargar la excepcionalidad hasta el 25 de mayo, pero su aprobación en el Congreso este miércoles está en el aire. “No es momento de apostar por experimentos”, ha advertido el ministro de Sanidad, Salvador Illa. El Gobierno está negociando con otras fuerzas, como el PNV y Ciudadanos, cuyo apoyo es imprescindible si los de Pablo Casado finalmente se desmarcan y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, también ha contactado con el vicepresidenta catalán, Pere Aragonès. La portavoz, María Jesús Montero, ha pedido al principal partido de la oposición que abandone los intereses partidistas.

“Se espera y se desea un acuerdo de los dos grandes partidos para que haya una prórroga del estado de alarma”, ha afirmado Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno en el Senado en la que ha insistido en que es necesario que la prórroga salga este miércoles adelante: “El único instrumento que permite ahora mismo al Gobierno de España luchar contra el COVID, salvar vidas y defender la salud pública del conjunto de ciudadanos es la prórroga del estado de alarma”.

A pesar de que el Gobierno mantiene conversaciones con PNV, ERC y Ciudadanos, mantiene la presión sobre el PP. “Es obvio que a un Ejecutivo le gustaría contar con un principal partido de la oposición que permitiera que siguiéramos avanzando en la reconstrucción social y económica (...), que se abandonaran intereses partidistas y se pusiera el interés general por encima de cualquier cosa”, ha expresado Montero en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que ha reconocido sentir cierta “envidia” por la actitud de la oposición en Portugal, donde el partido hermano del PP ha tendido la mano al Gobierno de Costa.

Su afirmación se ha producido en respuesta a una de las preguntas de los periodistas en la que ha evitado hacer autocrítica por la actitud que ha mantenido el Gobierno, que es uno de los principales reproches del resto de partidos y presidentes autonómicos: la falta de información antes de la toma de decisiones. Montero ha asegurado que el “diálogo” con el resto de grupos ha sido “permanente” así como con los gobiernos autonómicos. Calvo también ha contactado con el presidente gallego, Alberto Núñez Feijoó.

Illa ha asegurado que el proceso de desescalada se realizará con los principios de “colaboración y coordinación” y que se “refuerzan todos los mecanismos de cogobernanza” con las comunidades autónomas. Así, se ha mostrado dispuesto a estudiar y aceptar los criterios que le hagan llegar en sus propuestas.No obstante, la última palabra en las decisiones la tendrá el Ministerio de Sanidad.

Tanto Illa como posteriormente Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno en el Senado han insistido en que el estado de alarma es la única herramienta jurídica con la que se puede restringir la movilidad, “un vector de contagio que hay que limitar”. El presidente ha asegurado que si decae el estado de alarma no habría ninguna fórmula para impedir desplazamientos entre provincias y ha puesto como ejemplo que no sería posible controlar que ciudadanos se desplazaran desde Madrid a sus segundas residencias en Murcia, por ejemplo.

Pero el Gobierno subraya que no solo los criterios sanitarios hacen obligatorio el mantenimiento del estado de alarma sino también por cuestiones sociales o económicas porque da por hecho que si se tumba muchas medidas adoptadas, como los ERTE desaparecerían. “El Gobierno ha desarrollado batería de medidas que tenían como periodo de vigencia el mismo que tuviera el estado de alarma; si decae el estado de alarma, decaen de manera automática”, ha dicho Montero-.

En esta ocasión -la cuarta vez que el Gobierno pide al Parlamento autorización para mantener el mando único-, la víspera se mantiene la incógnita sobre los apoyos que logrará. El PP amaga con no apoyar la prórroga, aunque no ha desvelado si sus 88 diputados se abstendrían o votarían 'no'. El voto en contra de los de Pablo Casado situaría al Ejecutivo en una aritmética complicada en la que el voto favorable de Ciudadanos sería decisivo después de que ERC ha anunciado que votará en contra, al igual que JxCat y Vox. Por eso el Ejecutivo ha desplegado la presión sobre los presidentes autonómicos conservadores a través de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. El gallego Alberto Núñez Feijóo, se ha mostrado partidario de facilitar esta prórroga para dar “tiempo” a Pedro Sánchez a “organizarse”, pero rechaza alargar el estado de alarma “sine die”

El Gobierno negocia in extremis con los grupos parlamentarios, especialmente con el PNV. El lehendakari mostró su rechazo a mantener el estado de alarma porque considera que se puede mantener el control a través de la ley de salud pública de 1986 sin necesidad de que el Ejecutivo siga con el mando único, pero el Gobierno sostiene que el estado de alarma es la única fórmula jurídica que permite restringir la movilidad recogida en el artículo 19 de la Constitución y que está prevista en el plan de desescalada. El líder del partido, Andoni Ortuzar, se ha mostrado abierto a apoyar la prórroga si el mando único es compartido con las comunidades autónomas.

Por ahora, además de los votos a favor de PSOE y Unidas Podemos, han anunciado su respaldo Más País y PRC. BNG pasa del 'sí' a la abstención. Inés Arrimadas explicó este lunes que está dispuesta a apoyar de nuevo la prórroga si el gabinete acepta una serie de condiciones. Gobierno y Ciudadanos iniciaron una negociación, aunque la formación de Arrimas reprocha que Sánchez tome las decisiones antes de abordarlas con los grupos que tienen que apoyarlas. En las filas socialistas dan por hecho, no obstante, que la solicitud saldrá adelante, aunque con un margen más estrecho que en las ocasiones anteriores. Sánchez presiona al resto de formaciones: o estado de alarma o “caos”.

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