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El Gobierno insiste en Mari Mar Blanco al frente de la Fundación para controlar a las víctimas de ETA

La presente legislatura puede suponer el fin definitivo para la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT) como la institución apartidista y aglutinante que surgió del Pacto Antiterrorista que PSOE y PP firmaron en 2000. Después de sopesar su propia salida, Mari Mar Blanco defiende ahora que no hay incompatibilidad entre su puesto de presidenta de la Fundación, que representa a todas las víctimas del terrorismo sea cual sea su orientación ideológica, y su elección como diputada del Partido Popular.

Blanco concedió una entrevista a diariocritico.com el 23 de junio de 2016, a tres días de las elecciones generales, en la que contestaba indistintamente como candidata del PP y presidenta de la Fundación de Víctimas. Bajo el titular “Me molesta mucho mezclar a las víctimas del franquismo con las del terrorismo”, Mari Mar Blanco respondía así sobre su continuidad al frente de la institución si conseguía el escaño: “Si eso ocurre tendríamos una reunión del patronato de la Fundación y, aunque los estatutos no determinan que exista incompatibilidad entre ese cargo y el de diputada, yo entiendo que quizás no es demasiado ético”.

eldiario.es se puso el pasado jueves en contacto con un portavoz de la Fundación de Víctimas que, preguntado por la continuidad de Blanco, se limitó a insistir en que “no hay incompatibilidad” entre ser diputado y presidente de la FVT, de acuerdo con los estatutos de la institución. En la misma línea, fuentes próximas al Ejecutivo señalan que en estos momentos no hay previsión de sustituir a Mari Mar Blanco como presidenta de la Fundación, a pesar de haberse convertida en diputada del partido en el Gobierno.  

Desde su creación y hasta octubre de 2012, la Fundación de Víctimas de Terrorismo estuvo presidida por Maite Pagazaurtundua, hermana del exjefe de la policía local de Andoain asesinado por ETA. Pagaza es hoy europarlamentaria por UPyD, partido al que se incorporó tras su paso por la Fundación. Durante su Presidencia, la institución se pronunciaba públicamente después de consensuar posturas con todas las asociaciones, también en la época en la que Francisco José Alcaraz era presidente de la AVT y colaboraba estrechamente con el PP en llevar a la calle las protestas por la política antiterrorista del Gobierno. Sin acuerdo de todos, no había pronunciamiento.

“Partidismo” en lugar de consenso

Con Mari Mar Blanco, hermana del concejal de Ermua asesinado por ETA, esa dinámica ha cambiado. Según fuentes del colectivo, la presidencia de Blanco es “personalista y partidista”, alineada con las políticas del Gobierno y defensora de la gestión del ministro del Interior. 

Blanco defiende que, a diferencia de Pagaza, ella no recibe asignación alguna por ser presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. A cambio, el PP la contrató como asesora parlamentaria de su grupo en el Congreso cuando se trasladó a Madrid para ejercer el cargo. 

A diferencia de la etapa de Pagaza, los vicepresidentes nunca representan públicamente a la asociación cuando le es imposible a Blanco. En ello puede pesar que una de las personas que ocupa ese cargo es Ángeles Pedraza, enfrentada abiertamente al Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz desde su presidencia de la AVT.

Pedraza abandonó el cargo de la AVT el pasado marzo, pero sigue de vicepresidenta de la Fundación, al menos de forma nominal. En octubre, Pedraza se afilió al PP de la mano de Cristina Cifuentes y aseguró que seguirá diciendo lo que no le gusta porque ingresa “en un partido, no en una secta”.

Según coinciden las citadas fuentes, la figura de Mari Mar Blanco fue escogida por el Gobierno para hacer “contrapeso” a la AVT. La legislatura de Fernández Díaz vivió el más duro enfrentamiento entre el PP y el sector de víctimas en la AVT y otras asociaciones a cuenta de la excarcelación del preso de ETA Josu Uribetxeberria Bolinaga y la aplicación de la sentencia de Estrasburgo sobre la doctrina Parot.

En una concentración contra la aplicación de la sentencia, dirigentes del PP tuvieron que abandonar el acto entre insultos y duros reproches. Mari Mar Blanco, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP desde 2008, exculpó en todo momento al Gobierno y echó la culpa al “mal llamado proceso de paz” del Gobierno de Zapatero.

Cambio de Cultura a Interior

En octubre de 2014, el Gobierno dio un nuevo giro al control sobre la Fundación con la decisión de que dejara de estar adscrita al Ministerio de Cultura para que pasara al Ministerio del Interior, con cuya cúpula de entonces Blanco mantiene perfecta sintonía. La Fundación de Víctimas maneja un presupuesto anual superior a los 300.000 euros. 

En pleno enfrentamiento entre el Ministerio del Interior y la AVT, la asociación mayoritaria de víctimas de ETA, Fernández Díaz acudió a la ONU en julio pasado acompañado de tres víctimas, dos del terrorismo islamista y una de ETA. Fernández Díaz presumió en Nueva York de su política en relación con el colectivo. No hubo voces discrepantes. Las dos víctimas del terrorismo islamista no desempeñan cargos en asociación alguna ni tienen proyección pública. Para representar a las víctimas de ETA, el Gobierno eligió a Mari Mar Blanco.

La AVT ha recibido el nombramiento de Zoido con la insistencia en el decálogo que defiende la asociación para la política antiterrorista, en el que se incluye la “aplicación” de la Ley de Partidos para la ilegalización de Bildu.