PSOE y Podemos tropiezan en los pactos de gobierno en La Rioja y Aragón

Los pactos locales y autonómicos entre el PSOE y Podemos son una de las bazas argumentales de Pablo Iglesias ante las reticencias de Pedro Sánchez a aceptar un Gobierno de coalición en el Estado. Hasta ahora las negociaciones habían ido bien. Ambos partidos, con la participación de otros socios en función del lugar, han cerrado acuerdos en la Comunidad Valenciana, Baleares, Navarra y Canarias. Todo apuntaba a que lo mismo ocurriría en Aragón y La Rioja. Pero las conversaciones se han atrancado y el futuro de ambos ejecutivos está en el aire bajo el riesgo de una repetición electoral. Los socialistas señalan que la entrada en escena de un nuevo negociador por el lado de Podemos ha torpedeado las negociaciones.

Los plazos en Aragón están claros: el 20 de agosto se disolverán las Cortes si ningún candidato logra superar la investidura. El presidente en funciones, el socialista Javier Lambán, logró atar poco después de las elecciones el apoyo del ambivalente PAR (Partido Aragonés), que en el pasado ha pactado tanto con el PSOE como con el PP, convirtiéndose en diferentes instituciones (ayuntamientos, diputaciones, autonomía) en la llave que abría los gobiernos.

El acuerdo entre el PSOE y el PAR suponía la entrada de los regionalistas en el Gobierno. Y cerraba la puerta a las tres derechas. PP, Ciudadanos y Vox no suman sin el Partido Aragonés. Así las cosas, IU y la Chunta, los otros dos partidos de un atomizado parlamento, apostaron por apoyar la investidura de Lambán sin compartir Ejecutivo con el PAR, a quien relacionan con casos de corrupción en la región. Esta misma semana, la exalcaldesa del municipio de La Muela ha sido condenada a 16 años de cárcel.

Pero Podemos sí quiere entrar en el Gobierno. Como ocurre a nivel estatal, creen que es la mejor forma de controlar qué ocurre en el Ejecutivo de Lambán. Las relaciones entre ambos partidos no han sido las mejores en los últimos años, pese a que Podemos apoyó la investidura del líder del PSOE en la región.

Los aragonesistas no quieren a Podemos en el Gobierno y el partido que lidera Nacho Escartín recurrió a un negociador de fuera de la región. Se trata de Francis Gil, mano derecha del que fuera secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina. Gil negoció en su día del Ejecutivo de coalición con Emiliano García-Page y diferentes fuentes consultadas por eldiario.es coinciden en señalar esta llegada como el detonante del problema.

Su presencia ha sido reclamada por las direcciones políticas de Podemos en Aragón, pero también en La Rioja, debido a su experiencia no solo en la negociación en Castilla-La Mancha, sino también por la gestión posterior. Gil conoce cómo funciona una administración autonómica y qué puestos son relevantes o no.

“Podemos no tiene intención de regalar su voto”

Desde el PSOE señalan que Gil reclamó “tres consejerías” para Podemos y, aunque reconocen que es lógico que esgrima sus cinco diputados frente a los tres del PAR, sostienen que la entrada de Podemos en el Gobierno es “un problema” porque choca con el partido que puede decantar la balanza.

eldiario.es ha hablado con Gil, quien defiende su bagaje y la libertad de Podemos para elegir a sus propios negociadores. Ante el PSOE, pero también ante la dirección estatal del partido. La figura de Pablo Echenique, exsecretario general en la región, exsecretario de Organización y ahora responsable de las negociaciones, sobrevuela las conversaciones.

“No soy novato”, señala Gil, quien señala que fue el PSOE quien recurrió a la “agresividad verbal” cuando fueron conscientes de que su entrada en la negociación subiría el nivel de las exigencias. Gil reconoce que “el escenario es muy complicado”, pero asegura que “Podemos no tiene intención de regalar el voto” en consonancia con la línea marcada por la dirección estatal.

La presencia de Gil en primera línea en Aragón fue breve. Apenas una reunión, según las fuentes consultadas por eldiario.es. Las formas y el fondo provocaron la negativa del PSOE y Escartín optó por retirar a su negociador a una segunda línea.

En la ecuación aparecen variables de la última gran crisis de Podemos, cuando el partido se rompió en Madrid por el salto de Íñigo Errejón a la plataforma de Manuela Carmena y la renuncia de Ramón Espinar. García Molina promovió un movimiento de algunos secretarios autonómicos. Entre los más activos estaban el de Aragón, Nacho Escartín, y el portavoz de la gestora que dirige el partido en La Rioja, Kiko Garrido. Su entrada en gobiernos autonómicos podría blindar sus posiciones ante la reordenación orgánica que deberá afrontar el partido cuando se cierre definitivamente el ciclo electoral.

Ahora las conversaciones han regresado, pero los socialistas señalan que, de momento, “está bloqueado”. El máximo órgano autonómico de Podemos se reúne este fin de semana para redefinir la estrategia. Los socialistas confían en que haya una reunión la próxima semana y se pueda avanzar. Lambán ofrece a Podemos puestos en segundos niveles de la Administración regional. “Hay instrumentos para que Podemos controle, de manera efectiva, la acción de gobierno” y lleve a cabo “tareas de gestión”, expresó el presidente aragonés en funciones este viernes. Una réplica de la negociación a nivel estatal que ofrece a Podemos además una guinda: el acuerdo entre el PSOE y el PAR no suma la mayoría absoluta.

Ruptura de Unidas Podemos en La Rioja

Francis Gil no apareció en Aragón directamente. Antes se implicó en la negociación de Podemos en La Rioja cuando el PSOE ya esgrimía un acuerdo con Unidas Podemos (Podemos, IU y Equo) para acabar con lustros de Gobierno del PP en la región.

De esa negociación del PSOE con la comisión tripartita salió un pacto para que IU se quedara con una vicepresidencia del Parlamento regional y Podemos se integrara en el Ejecutivo con una fórmula de coalición. Sin embargo, desde el PSOE apuntan a que todo “saltó por los aires” cuando cambiaron los equipos negociadores y Gil apareció con otro ayudante de Castilla-La Mancha y uno riojano sin avisar a IU.

A partir de ahí se quebró la coalición de Unidas Podemos y el PSOE ha puesto en marcha negociaciones separadas, aunque fuentes de la dirección socialista aseguran que con Podemos no ha sido posible sentarse a negociar. Con IU sí han cerrado un acuerdo programático este mismo viernes, tal y como ha confirmado la coalición de izquierdas a este medio.

Desde IU apuntan a que ellos “no ven necesario entrar” al Gobierno, pero que respetan que Podemos lo exija.

Para la investidura aún falta un voto a favor de la candidatura de Concha Andreu, el de la diputada de Podemos, Raquel Romero, que según los socialistas está al margen de la negociación. “Hubiéramos negociado el Gobierno en coalición, pero ahora no nos pueden sacar ese acuerdo porque no son dos –señalan desde el PSOE, que necesitan sumar a sus 15 diputados los dos votos de Unidas Podemos para lograr la mayoría absoluta en la investidura–. Ahora mismo no garantizan el Gobierno”.

Los socialistas se plantean fijar la investidura como muy tarde el 23 de julio para que la primera votación coincida con la de Pedro Sánchez en el Congreso y, en el caso de que haya repetición electoral, las generales coincidieran con las de La Rioja. En ese escenario, también consideran que la diputada de Podemos podría sumarse a los 16 votos afirmativos para Andreu.