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Helen Oyeyemi cree que “entre realidad y ficción apenas hay diferencias”

EFE

Barcelona —

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Joven escritora prodigio, Helen Oyeyemi reflexiona en una entrevista con Efe sobre el proceso de creación literaria, afirmando que “entre realidad y ficción apenas hay diferencias”, a la vez que habla sobre su último título, “El señor Fox”, una historia que sorprende al lector por sus giros.

A sus 29 años, Oyeyemi, nacida en Nigeria en 1984, aunque subraya que se siente londinense, forma parte de la lista Granta de los mejores jóvenes novelistas británicos y posee un premio como el Somerset Maugham por “White is for Witching”.

Sin embargo, no esconde que, de pequeña, no tenía ganas de aprender a leer, e, incluso, debido a la insistencia de su padre en que debía hacerlo, llegó a escribirle una carta en la que amenazaba con irse de casa porque “consideraba aburrido leer”.

Lo que la salvó fue un amigo imaginario que la instó a continuar: “Le hice caso, aunque no recuerdo el momento exacto en el que me interesé ya por la escritura. Simplemente, hice una página y mis amigos imaginarios contribuyeron a que siguiera por este camino”, explica.

En “El señor Fox”, su cuarta novela, publicada en España por Acantilado, incluye diferentes relatos en torno a un escritor, llamado St John Fox, que no puede evitar matar a todas sus protagonistas femeninas, hasta que un día su musa literaria, Mary Foxe, lo convierte a él en un personaje literario.

Oyeyemi afirma que entre realidad y ficción no hay diferencias y advierte de que “siempre hay que tener cuidado con lo que se imagina, aunque no haya nada prohibido”.

Considerando que cada historia que se cuenta es como un “organismo vivo, que no muere nunca”, la autora del suroeste de Londres reconoce que, de pequeña, no le contaban muchos cuentos, pero sí hay varios relatos que forman parte de su vida.

Preguntada sobre la creación de unos personajes como el señor Fox y Mary Foxe, que transitan a lo largo de la obra por diferentes épocas históricas y geográficas, comenta que empezó haciendo una burla de un escritor que acaba con la vida de todas las protagonistas de sus historias.

Al final, “me acabó cayendo muy bien al ver que tenía unas circunstancias muy complicadas por las dos mujeres presentes en su vida”, comenta.

Con Mary Foxe no esconde que comparte “la empatía que muestra hacia otras mujeres”.

Respecto a si escribe para que la quieran -como le inquieren a uno de los personajes de “El señor Fox”- la novelista subraya que este es un diálogo interior que mantiene consigo misma. “¿Por qué escribo si realmente es tan difícil? ¿Por qué no me caso? Seguro que todo sería más sencillo”, se pregunta.

Además, señala que cuando se es joven y escritora son muchos los que se le acercan para decirle: “Primero vive, ten experiencias y luego ya escribirás”.

A juzgar por su producción -acaba de terminar su quinta obra, “Boy, Snow, Bird”- no hace mucho caso, porque defiende que también existe la imaginación para crear historias.

En cuanto a influencias, las hay variadas y no es ajena al celuloide, especialmente a los diálogos de las películas de cine negro americano de los años treinta o cuarenta.

Pero Oyeyemi es también seguidora, por ejemplo, de Agatha Christie, por sus “observaciones e ingenio” y una gran lectora de poesía, destacando de entre los de lengua castellana a Pablo Neruda, Antonio Machado y Octavio Paz.

Nerviosa por cómo aceptará la crítica su “Boy, Snow, Bird”, en la que trata sobre la maldad de las madrastras, ya está trabajando en otra narración, de la que no suelta prenda.

Irene Dalmases