El magistrado de Púnica asegura que las prácticas de ayuntamientos del PP le recuerdan a Sicilia
Las revelaciones de José Luis Huerta, dueño de una de las subcontratas investigadas en Púnica -la empresa de eventos Waiter Music- sobre las prácticas de los dirigentes del PP para pagar las campañas electorales en los tiempos de Esperanza Aguirre han llevado al juez del caso Manuel García Castellón a admitir durante la declaración que el caso le recuerda a su época de juez de enlace en Italia y a algunas de las cosas que vio en Sicilia.
El empresario, otro de los imputados en este caso de corrupción que decidió tirar de la manta, confesó el pasado miércoles cómo el PP le entregó 30.000 euros en dinero negro para pagar la mitad del acto de fin de campaña de Aguirre en 2007 en el que actuaron Azúcar Moreno e Iguana Tango.
Huerta se extendió en los detalles y contó en la Audiencia Nacional los trabajos que durante años realizó para el municipio de Valdemoro, primero con Francisco Granados como alcalde, y después con su sucesor, José Miguel Moreno. Según su declaración ambos regidores le pidieron ampliar actos de partido fuera de contrato y luego le decían que tenía que facturarlos incrementando las facturas de otros encargos del ayuntamiento, el único sistema por el que, según él, se podía cobrar la deuda del PP.
El dueño de Waiter Music aseguró que nunca llegaron a pagarle todos los actos que organizó para el PP de Valdemoro e ilustró la relación que tenía con el ayuntamiento con un caso real. Contó que en una ocasión el sucesor de Granados en la alcaldía, José Miguel Moreno Torres, le dijo: “Luis, tengo el despacho lleno de regalos, no puedo ni pasar, pero no tengo ninguno tuyo”.
Entonces, según comentó, se vio “forzado” a hacerle a él, a Granados, a su secretaría y a otros cargos del Ayuntamiento regalos durante dos Navidades para intentar cobrar así el dinero que le debían y para compensar que le hubiesen concedido la organización de las fiestas del municipio.
Una revelación que dejó “impactado” al magistrado Carcía Castellón, según él mismo confesó en la sala recordando que esas prácticas se asemejan a los asuntos de corrupción que él mismo vio en Sicilia cuando fue juez de enlace en Italia.
El exalcalde de Valdemoro Moreno es otro de los imputados en la Púnica y, según los investigadores, recibió regalos de la trama a cambio de favores urbanísticos, entre los que figura un chalé en Marbella (Málaga), obras de arte o algún arma.
Fue el mismo dirigente que después cuando se convirtió en diputado autonómico en el PP de Aguirre contó de pasada al conseguidor de Púnica mientras le pedía una mordida para irse de vacaciones que él estaba “tocándose los huevos” que para eso se había hecho parlamentario.
Todo lo anterior surge a partir de la declaración del pasado miércoles de Huerta en la Audiencia Nacional donde confesó haber cobrado en negro y a través de facturas falsas 50.000 euros de un acto electoral del PP madrileño en 2007 para la candidatura de Esperanza Aguirre.
Huerta es el último de los investigados que ha decidido confesar, como ya han venido haciendo en los últimos meses otros exdirectivos de Cofely, una empresa de eficiencia energética investigada en la trama por sus contratos con distintas administraciones del PP.
El propietario de la empresa de organización de eventos centró su testimonio en el acto final de campaña celebrado en el Palacio de los Deportes de Madrid el 25 de mayo de 2017 para las elecciones municipales y autonómicas, según adelanta la agencia Efe, que cita fuentes jurídicas.
Según la versión del imputado, que negó en otras comparecencias haber inflado contratos en ayuntamientos madrileños, Edelmiro Galván (entonces asesor de prensa del exconsejero madrileño Francisco Granados) le solicitó que buscase artistas que actuasen en el acto y él consiguió a Iguana Tango y al dúo Azúcar Moreno.
Sin embargo, no fue hasta tres años después -según Huerta- cuando el PP madrileño a través de su entonces gerente Beltrán Gutiérrez, también imputado en este caso, se dispuso a pagarle los 50.000 euros que había costado la organización del acto.
El gerente -contó el empresario al juez- le pidió que hiciese dos facturas para enmascarar el pago y le citó para abonarle con un talón de 30.000 euros y el resto se lo dio en efectivo dentro de un sobre.
La Fiscalía preguntó al propietario de Waiter Music por un correo entre su mujer y el exgerente del partido Guillermo Mayoral -cesado el año pasado por sus vínculos con la Púnica- en el que se fijaba en 20.000 euros el presupuesto del acto, si bien Huerta explicó que finalmente el coste fue el triple del reflejado en las comunicaciones.