El mensaje interno de Íñigo Errejón
Unidad, unidad, unidad
Hola compas,
Todo lo que está ocurriendo en Madrid me entristece igual que a todos nosotros y nosotras. Está siendo un día durísimo para todos, especialmente para los y las compañeras de Madrid. El ataque que hemos vivido hoy, que parece ser una ofensiva en marcha, tiene algún precedente pero muy pocos, lo cual revela que todo el aparato del PSOE y alrededores está necesitado de algo con lo que tapar su reciente giro hacia el PP arrastrado por Rivera. Parece que algo hemos hecho bien las últimas semanas si provocamos semejante ofensiva, si para intentar asegurar la restauración les hace falta tal despliegue cuando antes conseguían la gobernabilidad de los de siempre en condiciones de normalidad. Ahora pagamos el precio.
Parece que algunos medios pretenden trazar una frontera ficticia entre “moderados” y “radicales” dentro de Podemos, como intento de encerrarnos a hablar de nosotros mismos y para tratar de crear un culebrón que no se corresponde con la realidad. Esas son las categorías del adversario, y su intención es generar enemigos internos. Correrán los rumores, los teléfonos estropeados, los opinadores hablarán y hablarán. Ni caso, seguimos a lo nuestro.Trasladar un problema de Madrid a estatal es obviamente un arma que querrán arrojar y amplificar para evitar así, hablar del escoramiento del PSOE hacia la gran coalición de la mano de Rivera. Pablo y yo hemos estado hoy un buen rato juntos pensando cómo salir al paso de este ataque, y lo vamos a parar.
Por eso hoy más que nunca debemos repetir una y otra vez que solo hay un Podemos, el que tiene claro que las políticas de recortes y austeridad deben ser cosas del pasado, el que nació para construir pueblo, recuperar la soberanía y ganar España para su gente, pateando el tablero y desafiando los manuales, el que cada vez da pasos más grandes para lograrlo, en dos años vertiginosos y heroicos. Hemos abierto brecha y avanzamos, con todas las dificultades venidas y por venir, y en un terreno aún marcado por el adversario, ahora en este tiempo de impasse y empate histórico. Es normal que los privilegiados se pongan nerviosos; toca cabeza fría, mirada larga y paso corto.
Un abrazo, seguimos. Claro que se puede.