Es, desde el mes de julio, el rostro del Gobierno de Pedro Sánchez. A Isabel Rodríguez (Abenójar, 1981) le corresponde responder en nombre de la coalición tras los Consejos de Ministros de los martes. Y últimamente le toca dar explicaciones de los sucesivos choques dentro de la coalición que ella se esmera en intentar normalizar como parte del funcionamiento de un bipartito. En la remodelación, el presidente buscaba en buena medida perfiles jóvenes que compitieran entre esos votantes que siguen a la izquierda del PSOE con liderazgos como el de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Y a Díaz es precisamente a quien lanza una advertencia la nueva portavoz, por más que las dos partes intenten dar el conflicto de la última semana por zanjado: “Este es un coro que merece la pena que suene afinado y no es un coro donde puedan existir solistas”. La ministra portavoz también reprocha a la vicepresidenta segunda que haya ido a la reunión del diálogo social sin “observar las consideraciones” de otros departamentos. A tenor de sus palabras, el Ejecutivo se abre a cambiar los compromisos adquiridos en la reforma laboral si así se acuerda en el diálogo social. Los sindicatos no van a ponerlo fácil.
Sobre el papel de su Ministerio, de Política Territorial, en la mesa de diálogo con la Generalitat, que por ahora solo se ha reunido una vez, asegura Rodríguez que los dos gobiernos están en contacto permanente. Y en vísperas de que culmine el plazo para la presentación de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos, cuya aprobación supondría tumbar los cuentas, expresa el “deseo” de que PNV y ERC no lleven a cabo su amenaza, pese a que los socios parlamentarios dan ya síntomas de agotamiento. Rodríguez confía en que todo se reconduzca. Tras el fin de los vetos de Casado para renovar órganos constitucionales como el Defensor del Pueblo o el Tribunal Constitucional, la ministra portavoz pide “normalizar” las relaciones del Gobierno con el PP y se muestra esperanzada en que los populares se avengan a renovar el Poder Judicial, aunque admite que no ha habido nuevas reuniones en ese campo.
Se acaba de solucionar la enésima crisis en la coalición, esta vez por la reforma laboral. ¿Tanto lío por la presencia de otros dos ministerios en la mesa de negociación?
En la cultura de la coalición hay que entenderla, trabajarla y explicarla. No denominaría tanto crisis sino que la metodología de trabajo, la manera que tenemos de coordinarnos los distintos departamentos, ha de mejorarse siempre. Es la primera vez que en esta etapa democrática hay un Gobierno de coalición y tiene muchas ventajas –somos distintos puntos de vista con un mismo objetivo, que es mejorar nuestro país, y nos complementemos–, pero también tiene dificultades y en algunas ocasiones hay que parar un momento, recolocar las piezas, confluir en objetivos comunes y también en metodología, que es lo que ha sucedido en esta ocasión. Desearíamos que no hubiera tanto ruido, pero no pasa nada si el ruido finalmente concluye y, sobre todo, si mantenemos los objetivos y nuestra directriz de trabajo.
¿Comparte el diagnóstico de Adriana Lastra de que ese ruido lo hace Unidas Podemos cuando se avecinan buenas noticias?
Soy portavoz del Gobierno, me gusta hablar en nombre de todo el Gobierno y creo que todos los miembros del Gobierno tenemos la obligación de hacerlo de este modo. En el momento en el que las dos fuerzas políticas que nos representan deciden gobernar en coalición todos conformamos el Gobierno, todos somos responsables de las decisiones del Gobierno, de sus éxitos y cuando erramos. Este es un coro que merece la pena que suene afinado y no es un coro donde puedan existir solistas. Este es un coro donde la música va dirigida a la inmensa mayoría de los trabajadores y donde el trabajo debe ser colegiado. Y así me gusta que funcione el Gobierno, en estos términos me expreso cuando hablo del Gobierno en su conjunto y me siento tan orgullosa de la política en materia de vivienda, como en materia de protección social... Me da igual quién haya sido el ministro o la ministra que lo haya liderado, todos colaboramos en todas las normas y eso es lo más importante, que consigamos siempre el mejor objetivo y sin perder nunca el norte de para qué estamos aquí.
¿Ha intentado Yolanda Díaz ser solista?
No creo que tenga yo que expresarme en esos términos. Es la ministra competente de Trabajo. Nadie ha cuestionado que en esa área es donde se trabaja la mesa del diálogo social, pero es cierto que ningún ministro ni ninguna ministra puede ir sin observar las consideraciones de los compañeros, de los equipos, de los departamentos, máxime cuando estamos hablando de una cuestión tan importante como la reforma laboral. Si de verdad queremos que sea exitosa, tiene que ser una reforma compartida, donde acordemos y todos participemos de los debates, lleguemos en profundidad a los asuntos, que origine un mayor diálogo en el seno de la mesa de diálogo social y que, finalmente, termine con el mayor de los consensos. Desde el Gobierno queremos que esta reforma lo sea de toda la representación del diálogo social y, por tanto, en contraposición con la reforma que hizo el Partido Popular, sin contar con nadie –ni con sindicatos, ni con empresarios, ni con otros partidos políticos con representación parlamentaria–. Nosotros queremos que esta sea una reforma acordada entre empresarios, sindicatos y con mucha fuerza también de apoyo político, porque será la garantía de la estabilidad en el futuro.
Usted ha dicho esta mañana que se trata de que haya un diálogo en el que tienen que estar todos y ha dicho: “Cuando hablo de todos, hablo de sindicatos y patronal”. ¿Insinúa que se ha dejado fuera o de lado a la patronal durante estos meses de negociación?
Este Gobierno ha recuperado algo esencial para la paz social, que es el diálogo entre la patronal y los sindicatos. Eso es bueno para los trabajadores y las trabajadoras. Da serenidad, solvencia, seguridad. Y en una reforma como esta debe hacerse, en nuestra opinión, en ese contexto, en el del diálogo social. Hemos llegado a muchos acuerdos, algunos de ellos en los peores momentos de la pandemia, todos los relativos a los ERTE y a los sistemas de protección, pero también una gran transformación que estaba comprometida con Europa, como la reforma de las pensiones. No se alcanzó en la cuestión del incremento del Salario Mínimo Interprofesional y entendemos que en este caso ha de recuperarse precisamente porque nosotros no aspiramos solo a una contrarreforma de la reforma laboral del Partido Popular. Queremos ir mucho más allá: acabar con todas las injusticias y con todos los impedimentos que para los trabajadores trajo aquella reforma laboral; pero sobre todo estamos pensando en que, en este momento, lo que necesita nuestro país es una reforma moderna, unas relaciones laborales que se adapten a un nuevo mercado empresarial, a un nuevo modelo productivo. Tenemos que ser muy valientes en afrontar esta reforma de manera profunda y con el mayor de los consensos para que sea sostenible en el futuro.
Nosotros decimos que todo se puede mejorar en la mesa de diálogo social. No queremos renunciar a ninguna de nuestras posiciones, pero cuando se abre el diálogo, nadie gana del todo y, sobre todo, gana la mayoría
El líder de la patronal hoy mismo ha dicho que no está de acuerdo con desmontar la reforma laboral del PP. Sin la patronal, ¿es posible hacer hacer esos cambios? ¿Harán los cambios necesarios, estén o no los empresarios?
Lo más deseable es que estemos todos.
¿Pero si ellos no están en las cosas en las que ustedes se han comprometido a hacer?
Tenemos un plazo temporal muy importante y vamos a trabajar para agotar ese plazo. Lo deseable también para los trabajadores es que los empresarios apoyen esta reforma laboral. Es un compromiso del presidente que lo incluyó en su discurso de investidura, es un compromiso del Gobierno de coalición, es un compromiso ratificado en la Unión Europea con nuestro plan de reformas. Pero es deseable, y yo prefiero agotar hasta el último instante las negociaciones, que esa mesa sea útil, que se enriquezca con la participación que vamos a incorporar ahora y que tratemos de tejer esas relaciones para conseguir esa reforma laboral en la que hayan participado empresarios y trabajadores, porque será la mejor garantía de obtener la mejor de las reformas.
Entiendo de lo que dice que es un compromiso y que, por tanto, los compromisos se cumplen. Entonces, ¿mantienen que deben prevalecer los convenios sectoriales sobre los de empresa como viene en el acuerdo programático?
Ese es el acuerdo que tenemos en el Gobierno de coalición. Aspiramos a llegar a un acuerdo en el que estén incorporados los agentes sindicales y empresariales. Si este Gobierno no quisiera hablar y hubiera implementado solo el acuerdo de investidura, entonces no hubiera sido necesario el diálogo social. Nosotros decimos que todo se puede mejorar en la mesa de diálogo social. Esa es la filosofía del diálogo social y del trabajo. No tenemos ninguna duda de cuáles son nuestros compromisos; pero también hay un compromiso importante que hemos asumido en este tiempo y que, sobre todo, hemos proyectado en los últimos meses después de la gestión de la pandemia, que es que siempre es mejorable cualquier acuerdo en el ámbito social si se cuenta con todas las partes.
¿O sea que están abiertos a renunciar a determinadas cosas, como la prevalencia de los convenios sectoriales sobre los de empresa en el caso de que haya otra propuesta?
Nosotros no queremos renunciar a ninguna de nuestras posiciones, pero cuando se abre el diálogo, nadie gana del todo y, sobre todo, gana la mayoría.
En cuanto a la ultraactividad, Unidas Podemos dice que quiere que vuelva a ser indefinida. ¿Este es uno de los elementos compartidos por el PSOE porque dicen ustedes que no había problemas en cuanto a los contenidos dentro de la coalición?
Seguimos reiterándonos en nuestro acuerdo de la coalición.
Se acerca un momento clave para los Presupuestos Generales del Estado con el fin del plazo para la presentación de las enmiendas a la totalidad. ¿Cree que ERC y PNV van a cumplir su amenaza y las van a presentar?
Yo deseo que no. Son dos organizaciones políticas que tienen responsabilidad de gobierno, tanto en el País Vasco como en Catalunya y, por tanto, saben que estos son unos buenos presupuestos para España, que son unos buenos presupuestos para el crecimiento económico, que incorporan los fondos europeos en el proceso de transformación, que atienden socialmente a la ciudadanía en un momento en el que todavía estamos recuperándonos de la anterior crisis, que atienden de forma muy particular a los territorios y que mantienen el espíritu de este Gobierno de dotar de fondos suficientes a las autonomías. Son unos buenos presupuestos para España, pero también lo son para el País Vasco y para Catalunya y espero que no presenten enmiendas a la totalidad y que en el trámite de enmiendas parciales puedan verse mejorados por estas formaciones.
¿Tiene conocimiento de cómo van esas negociaciones?
Las negociaciones, para que salgan bien, tienen que ser discretas. La ministra de Hacienda está haciendo un magnífico trabajo y espero que dé muy buen resultado.
Una de las exigencias de ERC tiene que ver con la ley audiovisual. Piden que el 7,5% de la producción de plataformas como Netflix esté en catalán u otras lenguas cooficiales. ¿Es un porcentaje asumible para el Gobierno?
Es una norma que en estos momentos está trabajando el Gobierno. La industria audiovisual es muy importante, creciente en nuestro país, que genera mucho empleo y tenemos un compromiso de hacer una apuesta por esta industria. Estamos proyectando un hub audiovisual en nuestro país. En el caso de la nueva ley audiovisual, estamos obteniendo los informes técnicos para que salga un buen anteproyecto de ley que después tendrá que circular en participación pública y también en tramitación parlamentaria. Seguro que va a poder ser enriquecida por los distintos agentes, también por los partidos políticos. Este es un Gobierno sensible con el uso de las otras lenguas oficiales de nuestro país. Todas las lenguas españolas tienen una garantía constitucional.
¿Pero es un porcentaje asumible?
Me parece entrar en un detalle que en este momento nosotros estamos abordando con esa concreción, a falta, como digo, de todos los informes técnicos que han de llegar.
Otro de los asuntos que ERC plantea es que se cumpla el compromiso del traspaso del Ingreso Mínimo Vital o de los fondos europeos, ¿aquí hay algún avance?
En relación al Ingreso Mínimo Vital, ha habido un pronunciamiento del Tribunal Constitucional que remarca que se trata de una competencia estatal. Por tanto, podremos llegar a acuerdos en cuanto a gestión, como en otros muchos ámbitos. No tenemos miedo a abordar el ámbito competencial desde un punto de vista tranquilo, sosegado. Esto afecta también a la gestión de personal de las distintas administraciones. En el ámbito de las competencias no importa tanto de quién es la competencia, sino cuál es el objetivo y qué hacemos cada uno para lograrlo.
En la gestión de los fondos, las comunidades autónomas están teniendo un protagonismo absoluto, ya tienen delegados o en sus cuentas, 8.000 millones de euros. Están en una participación activa con el Gobierno de España en la gestión de los mismos. Tanto las comunidades autónomas como los ayuntamientos queremos que tengan una participación importante porque se trata de movilizar una cantidad ingente de recursos económicos (140.000 millones de euros) y tenemos que estar todos alineados en la misma dirección, también el sector privado.
Son unos buenos presupuestos para España, pero también lo son para el País Vasco y para Catalunya y espero que ERC y PNV no presenten enmienda a la totalidad y que en el trámite de enmiendas parciales puedan verse mejorados por estas formaciones
Cuando se hace el análisis de lo que se presupuesta, Andalucía y Catalunya son las que más perciben; pero luego en nivel de ejecución está por encima la Comunidad de Madrid. ¿Esto por qué ocurre? ¿Y hay algún mecanismo para solucionarlo?
En esas cifras nos estamos fijando solo en las inversiones y puede ocurrir en un territorio que en una anualidad o en varias anualidades haya que acometer una gran infraestructura que, por tanto, eleva la sensación del porcentaje invertido. Se acaba la obra, se acabó la inversión y, por tanto, bajaría la inversión. No se pueden medir los Presupuestos Generales del Estado solo con el indicador de la inversión. Creo que no deben valorarse solo y exclusivamente en términos de crecimiento o no por inversiones en infraestructuras. Creo que hay que hacer un estudio mucho más profundo, imputando todos aquellos gastos que van a sanidad, a educación, a protección social, a dependencia, a pensiones, que son el grueso de los presupuestos.
Usted forma parte de la mesa de diálogo con Catalunya. Se reunió una vez en este nuevo periodo en Barcelona, pero no hemos tenido nuevas noticias. ¿Hay algún avance?
Ya les dijimos que íbamos a tener que ser pacientes. La situación en Catalunya no se ha producido de la noche a la mañana, ha sido una década en la que se fracturó social y políticamente. Hay que recomponer, recuperar afectos, recuperar la relación entre ambas administraciones. Creo que se ha dado un paso muy importante y es que nos sentamos a la mesa. Estamos hablando en distintos foros: ahora en el debate de presupuestos, en los equipos técnicos -a nivel bilateral o a nivel sectorial- estamos hablando con normalidad con la administración de la Generalitat y, por tanto, creo que eso es un paso muy positivo. Cuando haya algo relevante que explicar o que contar en ese foro ya les dijimos que les daríamos cumplida cuenta.
¿Pero se han vuelto a ver?
En ese foro no.
O sea que los avances que se estén dando en ese ámbito son a nivel técnico.
Sí.
¿Augura un acuerdo para la financiación autonómica o cree que va a ser un caballo de batalla?
Sería también muy deseable. Es un asunto complejo porque España es diversa. No se sostienen igual servicios públicos con una concentración de población importante que con una segregación de la población en mucho territorio. No es igual un territorio con un mayor envejecimiento de la población que un territorio con población joven. No es igual un territorio industrializado que aquel que no lo es. El Gobierno se ha comprometido a que a las autonomías no les falte de nada, y seguramente tengamos que hacer un planteamiento de revisión de otro sistema de financiación. Esta revisión no se puede hacer enfrentándonos, porque entonces no llegaremos a ningún puerto. No podemos levantar frentes. Si queremos llegar a un acuerdo, tendríamos que tender puentes. El Gobierno de España lo que desearía es que afrontáramos el proceso de financiación de las comunidades autónomas desde el ámbito de saber que tenemos que consensuar y que hay dos principios básicos que marcan esta cuestión: el principio de solidaridad entre todos los territorios que consagra la Constitución y el principio de igualdad entre todos los españoles y españolas vivamos donde vivamos.
¿Le pediría a los presidentes socialistas que dejen de participar en reuniones con presidentes del PP para levantar esos frentes?
Los presidentes socialistas comparten estas consideraciones de la solidaridad y de la igualdad. Cada uno lo defiende con la óptica de su territorio y con la vehemencia de saber de sus peculiaridades y de su posición. Pero el PSOE siempre es un partido que ha dado una respuesta común a este país. Sabiendo que somos distintos y que incluso el PSOE en los distintos territorios tiene sus peculiaridades, incluso a efectos organizativos, cuando se han de adoptar decisiones importantes somos un partido de Estado y respondemos como tal. Estoy segura que en este ámbito lograremos también llegar a acuerdos entre nosotros para marcar una posición común. Pero no es malo que los presidentes autonómicos hablen entre ellos si de lo que están hablando es de buscar soluciones y no espero que ningún otro presidente de ningún otro partido estuviera buscando otra cosa distinta.
¿Siguen en contacto con el PP para la renovación del Poder Judicial después del acuerdo de la semana pasada para el resto de órganos constitucionales?
Nosotros deseamos y vamos a mantener esa petición al Partido Popular. Por fin hemos logrado esta renovación de los órganos constitucionales, era necesario. Cuando nos llamamos constitucionalistas y cuando peleamos por mantener la democracia en nuestro país, hay que abordarlo en toda su extensión y no solo aquello que más nos gusta o en el momento en el que mejor nos viene. Esto lo llevábamos reivindicando desde el Gobierno todo este tiempo. Ha llegado el acuerdo, bienvenido sea; pero falta una parte importante que es ese órgano de gobierno de los jueces, donde esperamos también alcanzar el acuerdo.
¿Pero están en contacto con el PP?
No se ha producido ninguna reunión en este periodo, pero es que ha sido cuestión de días. La reivindicación y el deseo sigue y lo vamos a seguir abordando. Hablaba antes de la normalidad de las relaciones entre los miembros de la coalición y este Gobierno también demanda una normalidad de las relaciones del Gobierno con el principal partido de la oposición. Eso es bueno para el Gobierno, es bueno para la oposición y, sobre todo, es bueno para España.
Casado siempre se queja de que Pedro Sánchez no le llama.
Creo que Casado ha buscado en demasiadas ocasiones demasiadas excusas y la llamada del presidente del Gobierno creo que no puede ser una excusa para abordar cuestiones de Estado. Lamentablemente, el señor Casado no ha estado a la altura del momento que nos ha tocado gestionar y que nos ha tocado vivir. Su partido hubiera merecido un líder que hubiera estado al lado del Gobierno de forma incondicional en los peores momentos de la gestión de la crisis sanitaria y no estuvo con nosotros. Afortunadamente, representantes del PP en el territorio, presidentes de comunidades autónomas, alcaldes, alcaldesas, representantes en la oposición en distintos ámbitos, sí lo hicieron; pero en ese momento Casado no estuvo a la altura, no demostró ser un hombre de Estado. Espero que estas últimas decisiones hagan reconducir su posición, porque eso no solo será bueno para él, que seguro que sería bueno para él, sino que será bueno para España.
Ahora que el Tribunal Constitucional ha tumbado el segundo estado de alarma, ¿cree que la decisión se debe a su mayoría conservadora o piensa que el Gobierno debería haber adoptado otro tipo de medidas?
Nosotros respetamos la sentencia, que como la anterior conserva votos particulares. Desde ese respeto y ese acatamiento que merecen todos los pronunciamientos judiciales, el Gobierno tiene absoluta tranquilidad de que hicimos lo que teníamos que hacer cuando tuvimos que hacerlo. Estamos satisfechos de las decisiones que adoptamos porque con ellas salvamos vidas y eso no hay quien lo discuta. El confinamiento era la medida más eficaz para luchar contra el virus cuando no teníamos nada más con lo que luchar, cuando estábamos pendientes de la llegada de los materiales de protección para los sanitarios, cuando no había nada, cuando no había vacunas, tuvimos que tomar esas medidas que se comprendieron perfectamente por la inmensa mayoría de la ciudadanía que respetó escrupulosamente el estado de alarma.
Entrevista completa a Isabel Rodríguez
Vídeo: Nando Ochando, Alejandro Navarro Bustamante y Judit Florit