Treinta años después de la muerte de Enrique Tierno Galván, el socialista Juan Barranco cree que es “muy difícil encontrar un personaje tan especial” como el exalcalde con el que compartió trabajo y amistad, y que acabó enamorado de la capital: “Tierno transformó a Madrid y Madrid transformó a Tierno”.
Barranco conoció al “viejo profesor” en los tiempos de la clandestinidad previos a la democracia, cuando él era sindicalista y Tierno presidente del PSP (Partido Socialista Popular).
Llegó a ser alumno del catedrático y, más tarde, coincidió con él como diputado constituyente, pero no fue hasta la campaña electoral de 1979 -en la que colaboró Barranco y donde Tierno Galván figuraba como cabeza de lista del PSOE, tras disolver su anterior partido- cuando empezaron a tener más contacto.
Los principios no fueron fáciles: “Me veía como el jovencito que le había puesto el PSOE para controlarle”, comenta en tono de broma en una entrevista con Efe.
Sin embargo, con el tiempo Barranco llegó a mantener una relación muy estrecha con Tierno Galván en la que había un “gran entendimiento y complicidad”, hasta el punto de que tras el fallecimiento del exalcalde fue el encargado de gestionar su cuenta bancaria, aunque siempre se llamaron de usted.
El socialista recuerda con mucho cariño a una de las personas “más importantes” de su vida que, en su opinión, sigue siendo “el mejor alcalde y el político más querido que hemos tenido en la época contemporánea en la historia de España”.
“Es muy difícil encontrar un personaje tan especial”, asegura.
Barranco ejerció como teniente alcalde en la segunda legislatura de Tierno Galván, su época “más feliz” como político, y lo sucedió al frente de la Alcaldía tras su fallecimiento, en enero de 1986.
Ninguno de los dos estaba interesado en la política municipal. De hecho, Barranco recuerda que Tierno Galván “no se veía” como alcalde, pero al final terminó “encantado” y enamorado de la capital.
“Tierno transformó Madrid como alcalde y creo que la ciudad también transformó a Tierno”, sostiene.
Entre los actos más simbólicos del que fue el primer alcalde de Madrid elegido en las urnas después de la dictadura, destacan la suelta de patos blancos en el río Manzanares como imagen de su ambicioso plan de saneamiento y la orden de derribar el “scalextric” de la glorieta de Atocha.
Sin embargo, para Barranco uno de los aspectos más importantes del legado de Tierno Galván fue la “dinamización” económica y cultural de la capital, donde asegura que el exalcalde se convirtió en uno de los “artífices” de la 'Movida madrileña' por el impulso que dio a muchos artistas.
“La actividad cultural era impresionante, venía mucha gente para ver qué pasaba en Madrid”, cuenta.
Desde el escritor Camilo José Cela hasta la cantante Alaska, Tierno Galván mantuvo contacto con buena parte de los creadores del Madrid de la época, acudía a los conciertos y no se perdía ninguna de las fiestas populares de Madrid, lo que hacía que se quedara sin vacaciones en agosto.
“Consiguió devolverle a los madrileños el orgullo de ser ciudadanos”, opina Barranco.
Cientos de miles de personas quisieron despedirse de su alcalde, ya fallecido, en el paseo de la capital del coche fúnebre, una escena que para el socialista es síntoma de cómo Tierno Galván consiguió ganarse a la gente.
Su inteligencia, su ironía y su cercanía -pedía que se quitaran las vallas para poder saludar a la gente- son para Barranco algunos de los rasgos que mejor definen al exalcalde que, a pesar de la barrera de edad y de su imagen de “viejo profesor”, logró el “entendimiento” con los más jóvenes.
En su vena de intelectual, publicó varios bandos que para Barranco fueron “joyas de la literatura municipal” y no descuidó su gran pasión, la lectura.
“Si querías dar con él, como no había móviles, ibas a una librería y lo encontrabas buscando libros viejos”, cuenta.
El socialista, que se retiró de la actividad política hace un año, tuvo que afrontar la difícil tarea de tomar el relevo de un hombre de la “talla y el prestigio” de Tierno Galván y no cree que haya nadie capaz de igualarle en su magnetismo, tampoco la actual alcaldesa, Manuela Carmena.
“Hay figuras que son inimitables”, dice.
Todavía hoy recuerda con simpatía la fotografía de Tierno Galván junto con Susana Estrada en la entrega de los premios del 'Diario Pueblo', en la que la actriz dejó uno de sus pechos al aire, y se admira del “estoicismo” con el que el exalcalde afrontó su enfermedad, así como de su manera de hacer política.
“No la concibió como un espectáculo, como se hace ahora”, comenta.
Un “ejemplo a seguir” de un político que Barranco considera no tanto un “viejo profesor”, sino más bien un “maestro”.