El ruandés acusado por la Justicia española comparecerá ante un tribunal británico

El director general de los servicios de inteligencia de Ruanda, Karake Karenzi, detenido el sábado pasado en Londres, volverá a comparecer este jueves ante un tribunal británico en virtud de una orden de arresto cursada por España, confirmó hoy a Efe una portavoz de la Policía Metropolitana de la capital.

Karenzi ya compareció el mismo sábado ante la Corte de Magistrados de Westminster, tras ser arrestado en el aeropuerto londinense de Heathrow por la unidad de extradición de la Policía.

La fuente precisó que Karenzi fue detenido en Heathrow sobre las 08.45 GMT del sábado, pero rehusó dar detalles del lugar donde está retenido.

Karake Karenzi, solicitado por la Justicia de España en relación con el asesinato de tres cooperantes españoles, deberá presentarse el próximo jueves en la Corte de Magistrados de Westminster.

El ciudadano ruandés, de 54 años, es solicitado por la Justicia española, además de por el asesinato de los tres cooperantes, por crímenes de guerra.

La orden de captura fue emitida, según los medios, en 2008 por un juez español que le acusa de ordenar masacres mientras era jefe de la inteligencia militar, tras el genocidio de 1994 en Ruanda.

Ese año, entre abril y junio, se calcula que unos 800.000 ruandeses fueron asesinados por extremistas hutus.

La mayoría de los muertos eran de la minoría tutsi y hutus políticamente moderados.

Según la BBC, Karake Karenzi es uno de los 40 funcionarios militares o ex altos cargos ruandeses nombrados en la acusación española.

Tras conocerse esta detención, el responsable del Alto Comisariado de Ruanda en el Reino Unido, Williams Nkurunziza, se limitó a decir hoy a los medios británicos que el arresto es “un insulto” y descartó cualquier cargo de crímenes de guerra contra los líderes de su país.

De acuerdo con los medios españoles, Karenzi aprobó supuestamente el asesinato de los cooperantes españoles Flors Sirera, Manuel Madrazo y Luis Valtueña en enero de 1997 en Ruhengeri, al norte de Ruanda, después de que éstos prestasen ayuda a los supervivientes de una matanza de hutus a manos del Frente Patriótico Ruandés.