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Koldo declara en el Supremo señalado por Aldama como el principal nexo con el Gobierno

Koldo García, en su comparecencia en el Senado.

Elena Herrera

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Koldo García, el todopoderoso asesor, el hombre que da nombre a la trama que ha situado la corrupción en el primer mandato de Pedro Sánchez, tiene este martes la posibilidad de dar su versión delante de un juez. Su citación en el Tribunal Supremo se produce tras los recientes interrogatorios a quien fuera su jefe, el exministro José Luis Ábalos, quien descargó sobre él buena parte de la responsabilidad en las irregularidades que han sacado a la luz meses de pesquisas, y al supuesto conseguidor de la trama, Víctor de Aldama, quien este mismo lunes lo señaló como el principal nexo con el Gobierno. 

En realidad, los focos están puestos sobre Koldo desde el pasado 20 de febrero, cuando la Guardia Civil irrumpió en su domicilio de Alicante y se lo llevó detenido. Acababa de estallar el 'caso Koldo', que apenas días después se llevó por delante a Ábalos, una figura de la máxima relevancia del PSOE. El que fuera 'número tres' de los socialistas acabó expulsado del partido y defenestrado en el Grupo Mixto del Congreso. 

El escándalo sacó a la luz la figura de Koldo, un militante del PSOE de Navarra, excandidato en una localidad habitualmente controlada por fuerzas abertzales, que realizó labores de escolta mientras ETA estaba activa y fue antiguo portero de prostíbulos y discotecas. Esta tarea la simultaneó como colaborador de varios servicios de información hasta que el actual 'número tres' del PSOE, Santos Cerdán, lo llevó a Madrid para colocarlo de chófer del partido. Y también de guardián de las papeletas que dieron el triunfo a Sánchez en las primarias del PSOE. 

De ahí pasó a ser asesor y mano derecha de Ábalos, con una destacada influencia en uno de los ministerios con más presupuesto. También obtuvo asiento en consejos de administración de varias empresas públicas. La investigación ha revelado que su hermano estaba asimismo a sueldo de la Administración y que su mujer se convirtió en ayudante de secretaria en el ministerio.

“Relación muy cercana” con Aldama

Hasta el momento, Koldo ha guardado silencio. Pero los dos principales implicados en el caso —Ábalos y Aldama— han apuntado a su figura como totalmente relevante para los negocios de la trama corrupta. “Koldo era mi línea directa”, llegó a decir Aldama este lunes en su declaración en el Supremo, en la que describió al asesor como su interlocutor principal, una persona con la que tenía “una relación muy cercana” y al que llamaba con el mote de “grandullón”. 

Previamente, los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ya habían sacado a la luz las relaciones tejidas entre Koldo y Aldama, el empresario que supuestamente pagó comisiones ilegales a cambio de que Ábalos y él le abrieran las puertas a un suculento negocio sufragado por la Administración: los contratos de mascarillas en lo peor de la pandemia que dieron origen a la investigación y gracias a las que el supuesto conseguidor ganó 5,5 millones de euros. No era el primer negocio que hacían juntos, según el relato de Aldama, que ha asegurado que colaboraban desde 2018.

El pasado noviembre, en su declaración voluntaria ante uno de los dos jueces que lo investigan, Aldama trató de elevar las sospechas sobre ambos al vincularles con el cobro de mordidas a cambio de grandes contratos de obra pública. Según el empresario, las constructoras pagaban entre un 1% y un 1,5% de comisión por cada contrato adjudicado.

Era un porcentaje que según su versión en sede judicial dependía de la magnitud de la obra y que fue orquestado a instancias de Koldo, quien le habría reclamado ayuda para cobrar esas comisiones. Ante el juez, Aldama aseguró que él solía hacer de “recaudador” —cifró en hasta cuatro millones de euros el dinero recopilado— y que Koldo era el receptor principal de las mordidas que supuestamente después repartía con Ábalos. 

Sendos informes elaborados por el Ministerio de Transportes y por ADIF refutan esas acusaciones al no haber hallado irregularidades en los contratos denunciados por el empresario. “Ninguna tramitación ha devenido ni incluso en la sospecha de algún trato de favor o actuación irregular”, recoge el documento técnico elaborado por el gestor ferroviario. 

Además, en su declaración de este lunes, el empresario trató de extender al PSOE las sospechas sobre el cobro de comisiones al asegurar que ambos le decían “continuamente” que “una parte” de esas mordidas iban para el partido, si bien él no hizo entregas directas a la formación ni tiene pruebas de que eso efectivamente ocurriera. Aún sin pruebas, el testimonio del supuesto comisionista pone el foco en una acusación de financiación ilegal del PSOE que sin duda marcará el interrogatorio de este martes. 

Entre las afirmaciones del empresario que sí corroboran y amplían los indicios expuestos por los investigadores en sus informes están las prebendas a Koldo y Ábalos. Los atestados reflejan el flujo de dinero en efectivo que manejaba el asesor y cómo utilizó a familiares como “testaferros” en cuentas bancarias e inmuebles. Según los investigadores, recibía “de manera periódica” pagos de 10.000 euros en metálico que reflejaba en una contabilidad manuscrita hallada en su domicilio. Cuando fue detenido, el 20 de febrero, los agentes incautaron en su casa 24.000 euros en efectivo. 

Aldama situó el inicio de la relación entre ambos en la segunda mitad de 2018, a raíz de un viaje a México, donde se estaba gestando un relevante contrato de infraestructuras que interesaba a empresas españolas. La relación entre ambos la había propiciado el hermano del empresario, policía nacional destinado a la escolta del anterior ministro y, posteriormente, de Ábalos. Y habría seguido, según las pesquisas, hasta el estallido del caso el pasado febrero.

La tesis de los investigadores es que el comisionista utilizó su relación con Koldo no solo para hacerse con millonarios contratos de compraventa de mascarillas, sino para consolidar otras vías de negocio. Una relación engrasada con “detalles” que, en realidad, no eran más que sobornos en forma de prebendas y abundante dinero en efectivo que Aldama manejaba gracias a otro elemento clásico de las tramas de corrupción: el negocio de la construcción.

“Hay mucho metálico básicamente ahí”, reconoció el empresario en la Audiencia Nacional. Koldo tiene este martes la oportunidad de refutar estas acusaciones si cambia de estrategia y opta por no guardar silencio. 

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