El cierre de la ‘Uni de Otoño’ de Podemos fue, antes que nada, un cierre de filas del partido. Dirigentes como Irene Montero y ex dirigentes como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero reivindicaron a la formación morada como la “nave nodriza” de la izquierda ante el inminente proceso de refundación de ese espacio. Y lanzaron duras advertencias a Yolanda Díaz por la puesta en marcha de Sumar como plataforma alejada de los partidos políticos: “Podemos debe ser respetada”, avisó Iglesias.
Ante unos 1250 asistentes (según Podemos) que no llenaron por poco el aforo del Teatro Coliseum en Madrid, un acto trufado de intervenciones de representantes de la izquierda internacional se convirtió, en realidad, en un mensaje claro a quienes piensen que el partido de Ione Belarra está dispuesto a diluirse en un proyecto que no le otorgue el rol preponderante desempeñado hasta ahora. Toda una declaración de intenciones respecto a la hoja de ruta trazada por la vicepresidenta segunda, a quien el propio Pablo Iglesias señaló a dedo para ser candidata tras su dimisión.
La menos explícita durante su intervención al ya indisimulado conflicto político que amenaza con abrir nuevamente en canal a la izquierda fue Irene Montero. Aún así, la dirigente de la formación y ministra de Igualdad reivindicó el papel de su partido como “la única fuerza capaz de transformar nuestro país”. Y recordó que si no llega a ser por Podemos no habría gobierno de coalición. “Nosotros estamos aquí hoy gobernando este país gracias a la audacia y a la firmeza de Podemos. De Podemos”, remarcó.
Montero describió a su formación como la única transformadora de la izquierda “porque estamos convencidas de hacer posible lo que todo el mundo nos dice que es imposible. Y también porque somos la fuerza que dice la verdad por incómoda que sea”, planteó haciendo referencia a la postura con la guerra de Ucrania, las subidas de impuestos a los ricos o las leyes feministas. La ministra también expuso que, en su opinión, el ciclo electoral de 2023 irá otra vez “de destruir a Podemos” por ser la única fuerza que “hace imposible al régimen del 78 recomponer los consensos sociales que recomponen sus privilegios”.
Con la secretaria general de la formación morada, Ione Belarra, entre el público apareciendo por primera vez tras su reciente maternidad pero sin intervenir, la escaleta del mitin reservó para Pablo Iglesias el mismo papel protagonista que durante tanto tiempo desempeñó. A su cargo corrió el cierre del acto y la intervención más larga, en un tono especialmente duro hacia los planes de Yolanda Díaz, la mujer que un día también fue de su máxima confianza, que él eligió como sucesora y para la que no escatimó, sin nombrarla, incluso palabras gruesas.
“Podemos es una fuerza política que está en el Gobierno pero no está en el consenso (en referencia a la postura sobre Ucrania y el rechazo a la OTAN). Eso es lo que pretenden destruir con la ingenuidad estúpida de muchos sectores de la izquierda que tuvieron miedo a decir que no había que mandar armas a Ucrania, que era una hipocresía comparar Ucrania con Gernika, o que había que decir no a la OTAN”, dijo en alusión al desencuentro entre Podemos y la vicepresidenta segunda por el envío de armas al Gobierno de Zelenski.
Pero hubo más. Iglesias dijo que la receta para evitar un gobierno de PP y VOX no puede pasar únicamente por el BOE. “No basta con el BOE y con tener la simpatía de corruptos periodistas de izquierdas. Necesitamos una izquierda que diga la verdad, que apueste por la movilización social e ideológica”. Y añadió en alusión directa al planteamiento defendido por la ministra de Trabajo de impulsar Sumar al margen de los partidos políticos: “No hay discurso más reaccionario que el que dice que el problema son los partidos”.
El exvicepresidente deslizó que en los planes de Yolanda Díaz y de Sumar está el batacazo de Podemos en las municipales y autonómicas. “Algunos piensan que es una magnífica oportunidad para que Podemos tenga un mal resultado y para que Izquierda Unida desaparezca porque eso dejará todo el campo para una nueva izquierda que no será perseguida por las cloacas y que no será tratada de manera negativa por la progresía mediática. El nivel de ingenuidad de tal planteamiento es sonrojante. Hay que ser estúpido para creer que le puede ir bien a la izquierda en las generales si a Podemos le va mal en las municipales”.
Iglesias puso en valor que su partido “ha sido una fuerza política generosa como ninguna en este país”, poniendo como ejemplos la apuesta “por una candidata que no era de este partido” o que Podemos llevase al Gobierno a “formaciones políticas que ni siquiera compartían la estrategia de entrar en el Gobierno”, en clara alusión a IU. Por eso, dijo el ex secretario general, “hay que volver a tender la mano”. Aunque avisó: “Hay que apostar por confluir con Sumar en las elecciones generales, pero Podemos debe ser respetada”. Una advertencia que volvió a verbalizar en su frase final: “¡Ay de aquel o de aquella que se atreva a faltarle el respeto a la militancia de Podemos!”.